La tecnología ilumina el pasado
El comisario de la muestra, Pérez del Campo, destaca el uso por el IAPH de métodos no invasivos de escaneo · Valdivieso celebra el impulso ciudadano al proyecto
Según recogen los textos apócrifos, Santa Ana se casó hasta tres veces: con San Joaquín, Cleofás y Salomé. Del primero tuvo sólo a la Virgen, a la que llamó María. Tras morir San Joaquín se casó con Cleofás y al enviudar de nuevo se unió a Salomé. Con los dos últimos tuvo otras hijas que protagonizan, según el catedrático Enrique Valdivieso, las dos tablas más importantes del retablo trianero pintado por Campaña. María de Cleofás con sus cuatro hijos y María Salomé con sus dos hijos son las cimas estéticas de un proyecto colosal que tiene "su contrapunto espectacular, sus fuegos artificiales" en la pintura San Jorge y el dragón, que ocupa el tercer cuerpo de la calle central del retablo y cuya presencia se justifica por ser uno de los patronos de la iglesia. "Las dos tablas que representan a las hermanas por parte de madre de la Virgen María y enmarcan el episodio triunfal de la Asunción son espectaculares. Están pintadas como dos bellas matriarcas romanas que abrazan a sus vástagos, algunos de los cuales -como San Juan Evangelista y Santiago el Mayor, hijos de María Salomé- serían primos y discípulos de Jesús según estos textos y leyendas de enorme difusión en los Países Bajos y Alemania", rememora.
Ambas tablas constituyen "una iconografía única en Andalucía y Sevilla, y casi diría que en España, de una calidad altísima", explica a Diario de Sevilla Valdivieso, que dirigirá unas jornadas complementarias sobre este artista "que no era español pero se puso al servicio de la clientela más rica de su tiempo: los burgueses y comerciantes de Sevilla que costearon este ambicioso retablo, que ejecutó entre 1550 y 1556".
En Triana, que durante el siglo XVI fue residencia de familias adineradas vinculadas al mar, el comercio y la cerámica, el encargo del ambicioso retablo mayor de su iglesia también tropezó con dificultades económicas y hubo que pedir dinero prestado a la colegial del Salvador para acabar de pagarlo. "Como se ve, no sólo ahora se piden créditos", bromeaba Valdivieso en uno de los días "más felices de mi vida porque se ha cumplido una de mis grandes ilusiones. El retablo de Santa Ana estaba prácticamente destruido por el polvo, tenía grietas y desconchones. Era un enfermo terminal que ahora, tras pasar por el quirófano del Instituto Andaluz de Patrimonio (IAPH), ha recobrado nueva vida para los próximos 200 ó 300 años. El resultado es maravilloso".
Tras la restauración, asumida al 50% por la Junta de Andalucía, hay "una preciosa historia ciudadana" que contó con una intervención fundamental: la del abogado Joaquín Moeckel. "Al principio, cuando pedí fondos para este proyecto, me sentía muy solo e incomprendido. Que Moeckel se sumara para organizar una colecta ciudadana que permitiera salvar el retablo fue esencial. Conseguimos una alta cantidad, que ha permitido que el Arzobispado pagara su cuota sin tener que desatender obras sociales", rememora Valdivieso de esa aventura, hace ya tres años, que agilizó su curso hace año y medio con la llegada del IAPH.
Para Lorenzo Pérez del Campo, jefe del Centro de Intervención del IAPH y comisario de Pedro de Campaña en el retablo de Triana, "esta exposición organizada por la Consejería de Cultura permite dar a conocer los contenidos de la restauración y da acceso por primera vez, con criterios museológicos, a a la que posiblemente es la colección más importante de pintura renacentista de Sevilla antes de su reintegración en el templo a finales de octubre. Ahora estamos terminando además el trabajo con la madera, con la estructura lignaria del retablo, que se restaura in situ en el presbiterio de Santa Ana".
En la intervención, el IAPH ha aplicado novedosas técnicas que serán, según indicó el consejero de Cultura, Paulino Plata, "un avance de lo que está llamado a ser, pues vamos a potenciarlo como centro tecnológico y de formación internacional en el que tenga cabida la iniciativa privada".
Una de esas técnicas, explica Pérez del Campo, se llama LIF y permite un reconocimiento de la estructura material "mediante un sistema de escáner que no necesita tomar muestras y, por tanto, no es invasivo". Este procedimiento innovador ha podido desarrollarlo el IAPH gracias a los acuerdos científicos suscritos con universidades de Francia e Italia, así como con la Pablo de Olavide y la Hispalense.
Además de las pinturas, la intervención ha permitido recuperar el esplendor y policromía de la imaginería presente en los laterales del retablo, unas tallas escasamente estudiadas aún y que José Gestoso atribuyó en el siglo XIX al desconocido escultor Pedro Delgado.
Este clima de euforia y optimismo no silenció, sin embargo, las obligadas preguntas sobre la pendiente reforma y ampliación del Bellas Artes. Y Paulino Plata volvió a declarar, como tres meses antes, que "la firma del convenio para la ampliación del Museo con la incorporación de Monsalves será inminente, una vez que la apruebe el Consejo de Ministros".
2 Comentarios