El tatuaje en el mundo de ayer y de hoy
Exposiciones
CaixaForum Sevilla acoge la exposición «Tattoo. Arte bajo la piel», en la que se analiza la dimensión cultural y social del tatuaje en nuestras sociedades actuales e históricas
Exposición Tattoo. Arte bajo la piel
Caixafórum presenta su programación
“Lo más profundo es la piel”, escribió Paul Valéry. Porque en la piel se expresa el lenguaje del tiempo, de nuestra vida. Es en esta superficie donde situamos el corredor de nuestras intimidades, recuerdos e historia. Hacia estos lugares, tan profundos, se aproxima la exposición Tattoo. Arte bajo la piel, que podrá visitarse en la sede de CaixaForum Sevilla desde el 5 de octubre hasta el 14 de enero de 2024.
Todo lo concerniente al tatuaje quizá nos pudiera parecer un tema superficial o simplemente estético. Pero en absoluto es así. Esa tinta que queda adherida a nuestro cuerpo nos puede servir para reflexionar e indagar en siglos de historia cultural. El tatuaje contiene una lectura antropológica e histórica que nos ayuda a comprender el mundo que nos ha precedido y el mundo en el que hoy convivimos. Sobre estas líneas se construye el discurso de la muestra Tattoo. Arte bajo la piel, que fue presentada a los medios en el centro cultural CaixaForum de Sevilla, en una rueda de prensa en la que intervinieron Isabel Salgado, directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundación “La Caixa”, Moisés Roiz, director de CaixaForum Sevilla, Jérôme Bastianelli, director general del Musée du Quai Branly y, por último, Anne Richard, comisaria de la exposición.
Tattoo. Arte bajo la piel consta de más de 240 objetos, obras y piezas de valor –dibujos, pinturas, audiovisuales-. Entre ellos destaca una serie de prototipos de cuerpos hiperrealistas hechos en silicona y, por supuesto, tatuados con tinta, los cuales han sido moldeados expresamente para la exposición en Sevilla. Distintos tatuadores, reconocidos en todo el mundo, son los artífices de los tatuajes que lucen estos cuerpos. Hablamos de nombres como la madrileña Laura Juan, o los creadores Horiyoshi III, Filip Leu, Mark Kopua, Kari Barba o Jee Sayalero.
“En España, uno de cada tres jóvenes tiene un tatuaje, y nuestro país ocupa el sexto lugar en el ranking de personas tatuadas del mundo”, indicó Isabel Salgado en la presentación de la muestra a los medios. Esa costumbre del tatuaje, esa tendencia que es ya una moda, encierra multitud de lecturas. La primera es que se trata de una práctica hoy día socialmente aceptada, aunque hace no mucho no fuese así. Pues los tatuajes se asociaban a lo marginal, a la actividad criminal, a los delincuentes. La exposición da respuestas a los motivos que nos ha llevado a normalizar la piel tatuada, prescindiendo de sus connotaciones peyorativas, y también trata de explicar el éxito de este fenómeno social, relativamente reciente. Sobre todo, en nuestro tiempo, entre los jóvenes. “Esta exposición pretende analizar las causas del éxito del tatuaje y, a su vez, pone el foco en las raíces antropológicas e históricas”, señaló Salgado.
De “espacio de aprendizaje” calificó Moisés Roiz a la muestra. Y muchas son, así es, las curiosidades que aprendemos en Tattoo. Arte bajo la piel. Por ejemplo, en la exposición observamos la prueba más antigua que existe sobre el tatuaje. Al menos en Europa occidental. El primer rastro de esta técnica ancestral se encuentra en la momia Ötzi –de más de 4500 años de antigüedad-. Y avanzando en el tiempo, se cita a algunos de los pueblos celtas, los cuales estuvieron ubicados por zonas de las actuales Francia, Bélgica, Italia y el oeste de Alemania. Eran estas sociedades que “también mostraban marcas en el cuerpo”, afirman desde la organización.
El itinerario de la exposición se divide en cinco tramos: El tatuaje vinculado a lo marginal y al espectáculo, Un arte en movimiento, La renovación y la resistencia del tatuaje tradicional, Nuevos territorios tatuados y El tatuaje como manifestación de identidad y marca personal. Son cinco apartados que abarcan el aspecto social, histórico y cultural del tatuaje.
El primero de estos nos orienta en la cronología de esta técnica tan antigua y moderna, y relata cómo surgen, a partir del siglo XIX, esos “mensajes íntimos o sociales” asociados al tatuaje, dejando atrás su uso como marca de sometimiento o estigma social. El segundo apartado estudia la difusión del tatuaje en Asia, América y Europa. Con el tercero, viajamos hasta Oceanía y el Sudeste Asiático para conocer a la artista Whang-od Oggay, de 106 años –la tatuadora más anciana del mundo-. En el cuarto punto de la visita se produce un importante salto temporal, hasta finales del siglo XX, para conocer las nuevas escuelas de tatuadores y las expresiones culturales en la que estos influyen, como la cultura pop, los videojuegos o el cine. Por último, cerramos este recorrido con un apartado en el que el tatuaje es una herramienta de comunicación social, donde el tatuado define su rol social a través del diseño tatuado; es decir, aquí el tatuaje indica a los demás una personalidad, y posee, por tanto, un fin identitario.
Inaugurada en el año 2014, en París, en el Musée du Quai Branly – Jacques Chirac, la exposición Tattoo. Arte bajo la piel llega a CaixaForum Sevilla tras visitar países como Canadá, Estados Unidos o Vietnam. Una colección itinerante que, sin embargo, siempre aporta nuevas obras allá donde se expone. Renovándose siempre y, claro está, dejando huella.
Generando un debate cultural sobre el tatuaje
Tattoo. Arte bajo la piel no se limita a un contenido expositivo, pues la muestra también busca propiciar el debate cultural. Para ello, CaixaForum Sevilla ha organizado una serie de actos –un encuentro y dos conferencias- que servirán para dialogar sobre este tema tan de moda.
El encuentro tiene por nombre Noche Tattoo, y consistirá en una velada –el próximo 11 de noviembre- en la que se mostrará “la cara más actual del milenario arte del tatuaje”. En cuanto a las conferencias, estas tratarán el papel de la mujer en el mundo del tatuaje, en una primera sesión prevista para el 16 de noviembre; y, por otra parte, el 23 de noviembre, se diseccionará “la vertiente más oscura del tatuaje”, pues esta técnica de dibujar sobre la piel ha sido, en numerosas ocasiones, usada como castigo o como sinónimo de “desviación social”, de “proclividad al delito”.
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