VANDALISMO
Destrozan las históricas calesitas de Triana

"El derecho a ser madres es algo que nos hemos inventado"

Susana Martín Gijón | Escritora

Tras una larga y paciente trayectoria, Susana Martín Gijón debuta en Alfaguara con 'Progenie', un 'thriller' ambientado en Sevilla y en el que se suceden extraños crímenes de mujeres embarazadas

La escritora Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981). / José Ángel García
Francisco Camero

19 de enero 2020 - 06:00

Sevilla/Es verano en Sevilla y el calor está a punto de fundir los plomos de todos los que no han podido huir aún a las playas. Entre las estoicas víctimas de la ola de calor se encuentra Camino Vargas. No es muy de mandar porque le gusta más que nada en el mundo ir a su rollo, no dar explicaciones de nada a nadie, y además le cuesta la misma vida acatar escrupulosamente todo lo que huela a reglas y papeleo. Pero su jefe se debate entre la vida y la muerte tras un tiroteo y le ha tocado a ella el marrón de dirigir el Grupo de Homicidios de la Policía. Y encima ahora se enfrenta a una investigación que por momentos se vuelve más y más escabrosa: una mujer acaba de ser salvajemente atropellada y todo en el suceso huele fatal: había cruzado la ciudad, sola, embarazada, en plena madrugada, para llegar sin un motivo claro al lugar donde murió tan violentamente, y además su cadáver ha aparecido con un chupete en la boca, lo cual sugiere que hay un chalado espantoso firmando sus asesinatos.

Así arranca Progenie, el ágil thriller, compuesto en capítulos breves y veloces diálogos, con el que Susana Martín Gijón debuta en Alfaguara. La escritora, nacida en Sevilla pero criada en Extramadura, donde ha hecho su vida, da el salto a la primerísima línea editorial después de haber publicado ocho libros –muy ligados también a la novela criminal– en editoriales más pequeñas. De la musculatura de su nueva casa habla a las claras el hecho de que ya, sólo una semana después de su llegada a las librerías, está en marcha la segunda edición de la novela.

"Aquí fue donde yo empecé a amar la literatura de género", dice la autora, de visita en Sevilla para promocionar el libro. "Toda mi familia materna estaba aquí y a mi abuela le encantaban las novelas de misterio y policiacas, era muy fan de Agatha Christie. Cuando venía en verano, y por eso Progenie sucede durante una ola de calor, yo leía y leía y leía... Me zampé toda la biblioteca de mi abuela", dice Martín Gijón, que tras localizar las novelas de su trilogía Más que cuerpos en Mérida y la provincia de Badajoz y Pensión Salamanca, Destino Gijón y Expediente Medellín en las ciudades contenidas en sus respectivos títulos, ahora regresa literariamente a su ciudad natal. "Por mi infancia, como decía antes, siento mucha conexión con Sevilla. Pero es que además me parece un escenario extraordinario para ambientar una novela y en el mapa noir había muy poquitas novelas que sucediesen aquí, en comparación al menos con otras ciudades españolas", explica.

La autora durante su visita a Sevilla para promocionar la novela. / José Ángel García

Dice la autora que en todas sus novelas, sirviéndose de los efectivos códigos de la literatura de género, en este caso del thriller, le gusta escribir sobre "injusticias, desigualdades o realidades sociales" que le preocupan por un motivo u otro. En el caso de Progenie esto queda de manifiesto por la importancia en la trama de los tratamientos clínicos de fertilidad y del anhelo de una serie de mujeres que quieren ser madres "a toda costa". Sólo diremos, para no desvelar más de la cuenta, que la referida al principio no será la única mujer embarazada muerta de manera extraña y violenta en las páginas de esta novela.

La eficaz trama criminal, más centrada en los procedimientos y en el ecosistema del equipo policial que en la habitual truculencia retorcida tan de moda en el género en estos últimos tiempos, le da pie a la escritora –"pero sin pretender hacer un ensayo, sino a través de un libro que va a intrigar y a divertir por momentos", precisa– para ofrecer un muestrario de las nuevas formas de familia y de maternidad en la sociedad actual.

"La gestación subrogada es una perversidad más del capitalismo; al final es hacer uso del cuerpo de una mujer que necesita dinero. Y un uso dramático, además"

"En Progenie el deseo de ser madre juega un papel muy importante, y eso se contrapone al perfil de Camino, que es otro tipo de mujer que también existe y que yo quería mostrar: la mujer que simple y llanamente no quiere tener hijos, no porque sea estéril o no haya podido por cualquier otro motivo sino porque es lo que ha elegido, porque tiene su trabajo, sus aficiones, y le gusta vivir la vida de esa forma, sin más”, dice sobre su policía protagonista, una mujer fuerte, directa y reacia a expresar sus sentimientos que rehúye toda forma de compromiso pero cuando se quita el uniforme se lo pasa bien sin esperar ni querer promesas más allá del rato liberador de gimnasia en la cama. "Puede dar una impresión de dureza o insensibilidad, pero a mí sobre todo me parece entrañable porque esa aparente falta de empatía es en realidad torpeza, el caparazón que lleva puesto", dice Martín Gijón sobre Camino Vargas, personaje que, por lo pronto, tendrá continuación en el futuro próximo en otra novela.

Sobre ese anhelo de experimentar la maternidad (o su reverso) que sobrevuela toda la novela, percibe la escritora que "todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando algún político desfasado dice que una mujer sin hijos no es una mujer completa, pero la realidad es que, pese a esos aspavientos, sigue habiendo muchísima presión para las mujeres de una determinada edad". "Las familias, las amistades, incluso muchos desconocidos no se cortan un pelo a la hora de preguntarte o de decirte que te lances, que se te pasa el arroz, que te vas a perder lo mejor de la vida... ¡Y ellos qué sabrán qué es lo mejor de mi vida!", dice.

Susana Martín Gijón poco antes de la entrevista en un céntrico hotel de Sevilla. / José Ángel García

Si se habla del deseo de ser madres "a toda costa", como la propia escritora recalca, viene inevitablemente a la cabeza la vía de la gestación subrogada o, con terminología menos hipotecaria y más directa, los vientres de alquiler. "Yo en el libro no he querido meterme en ese tema porque es muy polémico y no es donde yo estaba interesada en poner el foco de la historia. En mi visión personal, no me parece bien. Se le pueden dar muchas vueltas, pero al final es hacer uso del cuerpo de una mujer que necesita dinero. Punto. Y un uso bastante dramático, además. Me parece una perversidad más del sistema capitalista en el que estamos inmersos. Algunos, para defender esa opción, hablan del derecho a ser madres o padres. Ah, ¿pero eso existe? El derecho a ser madres es algo que nos hemos inventado. Y en todo caso, cuando se habla de derechos conviene pensar si esos derechos se ejercen a costa de alguien", afirma.

En un momento del libro, Camino Vargas, su protagonista de armas tomar, tiene una conversación sobre libros con un sospechoso muy leído. Y dice, la policía, que ella no lee libros de mujeres porque le "aburren, son demasiado emocionales". Y uno sospecha que el personaje habla con sarcasmo por boca de su autora. "Ni siquiera sabría decir la cantidad de veces que he escuchado eso: muchas, muchas... Pero quiero pensar que eso está cambiando un poquito, lentamente. Es incuestionable que se ha menospreciado la literatura hecha por mujeres, y se ve muy claro cuando un autor, por ejemplo, publica una autobiografía y se alaba cómo habla de la vida, mientras que si lo hace una autora habla de su vida; todo eso, tan viejo ya, de que si un hombre habla de emociones se refiere a la amplitud de la experiencia universal mientras que si lo hace una mujer... claro, de qué va a hablar una mujer si no es de emociones".

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