Acabar con 'la cuestión india'
Sugarcane | Estreno en Disney+
La ficha
**** 'Sugarcane'. Documental, EEUU, 2024, 114 min. Dirección y guion: Emily Kassie, Julian Brave NoiseCat. Fotografía: Emily Kassie, Christopher LaMarca. Música: Mali Obomsawin.
Coinciden en las salas y las plataformas dos películas sobre la Iglesia Católica. En Cónclave, la elección del nuevo Papa viene envuelta en luchas de poder, intrigas y suspense para las masas en aras de un requiebro final no apto para ortodoxos o tradicionalistas. En el documental Sugarcane, camino del quinteto final de los Oscar y recién llegado a Disney+, el Papa Francisco aparece para recibir a las víctimas y condenar desde el Vaticano los abusos y asesinatos cometidos por la iglesia norteamericana en internados para la población indígena.
La primera entretiene, la segunda conmueve y remueve. Estamos en Canadá, en la reserva india de Sugarcane, cerca de Williams Lake, en la Columbia Británica. Allí, varios miembros de la comunidad indígena viven en primera persona las consecuencias de las recientes excavaciones que buscan por fin sacar a la luz las pruebas de lo que ya se conoce: el enterramiento o la cremación de jóvenes suicidas, niños e incluso bebés nacidos de los abusos sexuales y las violaciones cometidas por los curas de la Misión de Saint Joseph, silenciados durante años por la propia institución a pesar de las denuncias e informaciones.
En Sugarcane también aparece Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá que, como el Papa Francisco, aunque esta vez sobre el terreno, pide perdón en nombre de la nación y se pone al servicio de la verdad, la búsqueda de responsabilidades y la restitución moral de las víctimas y, por extensión, del pueblo indio nativo. Porque todo aquí gira en torno al racismo y al exterminio sobre cuyas bases se asientan las dos grandes naciones norteamericanas y cómo la propia iglesia católica también ocupó un papel determinante en su perpetuación en pleno siglo XX. De hecho, la misión de Saint Joseph no cerró hasta 1997 cuando muchos de los crímenes denunciados se remontan a los años 40. Las imágenes de archivo recuperadas redoblan aún más en su aparente normalidad el eco trágico de lo allí ocurrido.
Uno de los dos directores del documental es hijo de uno de los pocos supervivientes de aquellos crímenes. Se trata de revelar la verdad e intentar curar el dolor y superar el trauma que atenaza a la comunidad y que explica la deriva suicida o la vida marginal de algunos de sus miembros. Sugarcane lo hace con tacto, distancia justa y sensibilidad, abierta a los procesos de investigación y búsqueda, cerca de las víctimas, sin afán revanchista pero con determinación en su propósito.
Kassie y Brave NoiseCat prefieren el relato sanador a la confrontación con los culpables, el reconocimiento de los hechos a la venganza. En su mejor escena, el padre del cineasta consigue al fin hablar con su anciana madre sobre su caso particular. La cámara se queda fuera de la casa y apenas escuchamos el inicio de la conversación que tal vez pondrá fin a tantos años de silencio, sufrimiento y vergüenza. El cine documental se erige aquí como acto de denuncia, pero sobre todo como proceso de acompañamiento y consuelo colectivo.
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