Isbilya refuerza su apuesta por el arte contemporáneo

Arte

Obras de Tàpies y Domingo Zapata destacan en la subasta de la próxima semana, que también tendrá una gran selección de pintura antigua

Las obras de Domingo Zapata se exponen en un lugar destacado en la sede de Isbilya.
Las obras de Domingo Zapata se exponen en un lugar destacado en la sede de Isbilya. / José Ángel García

La biografía del pintor Domingo Zapata (Palma de Mallorca, 1974) es una sucesión de capítulos inesperados: escribió letras para Michael Jackson y Jon Secada, el bailaor Rafael Amargo llevó a escena un libro suyo, Leonardo DiCaprio y Johnny Depp se cuentan entre los admiradores de su obra y uno de sus cuadros, la Mona Lisa Torera, superó el millón de dólares en una puja a beneficio de Unicef en la isla caribeña de San Bartolomé. Vinculado por la crítica a titanes como Andy Warhol y Basquiat, con los que comparte el cromatismo y el ánimo desenfadado, y amado por el Museo del Louvre, Zapata es uno de los reclamos de la subasta de invierno de Isbilya, Isbilya que se celebra la semana próxima, el lunes y el martes a partir de las 18:00, en su sede de la calle Virgen de la Antigua. Una cita que dispone 1.400 lotes y que apuesta esta vez abiertamente por el arte contemporáneo.

De Zapata salen a la venta en Sevilla tres piezas: uno de sus emblemáticos osos panda, I love you; Flamenquito, una escena en la que recrea la emoción de un concierto con un guitarrista y un cantaor, y Doble polo, en la que se percibe ese trazo ágil que caracteriza al autor, ésta con un precio de salida de 55.000 euros. Es la obra más reivindicada en estos días por los responsables de Isbilya junto a Portal Blanc, el lienzo de Antoni Tápies y la pieza más destacada del catálogo, que se ofrece inicialmente por 100.000 euros. "Es un precio muy ajustado y muy atractivo para coleccionistas: en los últimos remates que se han hecho con obra de Tàpies en Sotheby’s se alcanzaron los 500.000", informa Patricia Acal, especialista en pintura contemporánea, que apunta que Portal Blanc, fechado en 1966, "pertenece a un periodo de madurez del creador en el que ya se han afianzado sus referentes estéticos".

‘Portal Blanc’ de Antoni Tàpies.
‘Portal Blanc’ de Antoni Tàpies. / D. S.

En esta ocasión, la subasta –cuyos fondos se pueden visitar también el fin de semana, en el que abrirá sus puertas Isbilya– da prioridad al arte contemporáneo. "Queremos impulsar un poco más este campo en Sevilla, donde tenemos cierto hándicap", explica Acal. "A veces, de hecho, ni siquiera tenemos la opción de tasar piezas. Que se acabe de cerrar la participación de estas obras en subasta es otra historia, es que tampoco nos suelen llegar colecciones de arte contemporáneo interesantes. Por eso, aprovechando que tenemos un Tàpies y pinturas de Domingo Zapata, queríamos dirigir más atención a este departamento", añade la investigadora sobre una selección que contempla también otros nombres como Isabel Ramoneda, Celso Lagar, Magdalena Merino o Cecilio Chaves.

La oferta de la próxima subasta incluye, no obstante, una importante representación de esa pintura antigua y costumbrista más acorde con la sensibilidad de los clientes habituales de Isbilya. Con un precio de partida de 12.000 euros destaca Procesión en Venecia, un pequeño pero impresionante óleo del jerezano José Gallegos y Arnosa, que se puede ver estos días en la sede de Isbilya junto a obras que parecen encajar en el molde del clasicismo pero en las que se aprecian gestos de modernidad, como En la fuente, una escena típica de Germán Álvarez de Algeciras en la que sin embargo la pincelada suelta con la que se refleja la luz se aleja del academicismo más estático. Un sobrio Retrato femenino de Federico de Madrazo, en el que captan el interés del espectador la penetrante mirada de su protagonista o el esmerado tratamiento de sus ropajes, o un Desnudo académico de joven de Ignacio Pinazo en el que su autor perfila con minuciosidad la anatomía de un muchacho, son otras de las joyas que se exhiben. También se expone una Inmaculada de la Escuela Andaluza, fechada entre XVII y XVIII, una composición que esquiva con su barroquismo lo edulcorado; una Virgen de Guadalupe del siglo XVIII o pintura religiosa de Francisco Antolínez "más amable que los retratos de mártires", sostiene Eduardo Ribas, especialista en pintura antigua, "y que representa paisajes del Antiguo Testamento" como El regreso de Jacob a Canaán o Jacob y Raquel en el pozo.

José Muñoz, propietario de Isbilya, asegura que el cambio de guión de las próximas pujas se debe a que "todas las casas de subastas de España están apostando por la pintura contemporánea, se está vendiendo más que la pintura religiosa del XVII, que ahora mismo se ha estancado", observa el experto, ilusionado con el movimiento que registrará la sede de Isbilya en estos días, lejos ya de aquel silencio terrible de la pandemia en su peor etapa. "Se genera un ambiente estupendo. Hay mucha gente que no compra pero viene a ver las pujas. Hay momentos en que unos y otros se disputan una obra, y eso resulta emocionante, nos demuestra que estamos llegando a la gente", afirma Muñoz. El responsable de la casa de subastas mantiene esperanzas también en los clientes extranjeros. "Estamos en una plataforma francesa que llega a coleccionistas italianos, ingleses, franceses, filipinos... Llaman por teléfono o pujan a través de la web". Porque el arte, como bien sabe Zapata, no entiende de fronteras.

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