Los Síndrome cumplen 25 años

La época navideña de la Sala Cero está íntimamente ligada a las producciones de Los Síndrome, esa pareja de clowns formada por Víctor Carretero y Práxedes Nieto que, justamente ayer, el diez  de enero, cumplieron 25 años como compañía profesional.

Han conseguido algo que esta Sevilla nuestra le niega a muchos, el ser profetas en su tierra. Desde hace lustros, una semana antes de que comiencen su mes de actuaciones, cerrando y abriendo el año, lo hacen con todas las localidades agotadas. En esta ocasión, con el estreno de Cineclown (Sala 2) lo han vuelto a conseguir.

Retoman, con esta obra, la fórmula que los hizo queridos, seguidos y respetados, el dúo clown listo y clown ingenuo aunque si se me permite me parece que estos dos fenómenos del humor están viviendo lo mismo que el Quijote y Sancho Panza, que empiezan a mimetizarse el uno con el otro fundiéndose en esa ‘extraña pareja’ que, con su humor blanco, se mete al público en el bolsillo desde su primera aparición.

Hace la friolera de catorce años, Los Síndrome ya se acercaron al mundo del cine y ahora lo recuperan ampliándolo pero manteniendo algunas de las películas que hemos visto a lo largo de nuestra vida y nos han hecho crecer, disfrutar y, por qué no, tener miedo.

De esta manera, Cineclown (Sala 2) se convierte en una entrañable y nostálgica comedia que mira con humor  los retos de mantener viva una sala de cine clásica. Gracias a los tráileres de las películas volvemos a vivir, entre carcajadas, secuencias inolvidables de Lo que el viento se llevó, Rocky III, El resplandor, El exorcista, El cabo del miedo, o El padrino, la película programada para ese día pero que los interminables tráileres no nos dejarán poder verla.

Dicen que los grandes humoristas, Chaplin, los hermanos Marx, ese Groucho y Harpo, Buster Keaton, nuestra Lina Morgan, repetían una y otra vez sus personajes y en esa tradición secular se mueven Práxedes Nieto y Víctor Carretero (que presenta en esta obra a Víctor Carretero Junior, su hijo). Sabedores de que han conseguido esa fórmula mágica que pocos logran: divertir a todo tipo de públicos, mayores y jóvenes, ofreciendo siempre un altísimo nivel y un humor basado en la agilidad mental que no busca zaherir aunque en este espectáculo hemos apreciado ciertas referencias a la actualidad que se agradecen.

Queridos por el público, respetados por la profesión, los Síndrome son un ejemplo en el que mirarnos: excelente propuesta creativa y permanente atención al público al que respetan. Con Cineclown (Sala 2) lo vuelven a lograr. Un espectáculo que provoca la hilaridad desde el comienzo reviviendo las películas clásicas y que no queremos que acabe nunca.