El 'show' de Gargamel

Animación, EEUU, 2013, 105 min. Dirección: Raja Gosnell. Guión: Kirkpatrick, Ronn, Scherick, Stem, Weiss. Fotografía: Phil Meheux. Música: Heitor Pereira. Intérpretes: Neil Patrick Harris, Jayma Mays, Hank Azaria, Brendan Gleeson. Cines: Ábaco, Alameda, Al-Ándalus Bormujos, Arcos, Cineápolis, Cineápolis Montequinto, Cinesa Plaza de Armas 3D, Cinesur Nervión Plaza 3D, CineZona, Los Alcores, Metromar.

Salidos del lápiz de Peyo a finales de los cincuenta, los Pitufos han conocido una larga vida comercial en sucesivas reencarnaciones animadas para televisión (Hanna-Barbera), cine (Las aventuras de los pitufos, 1965; La flauta de los pitufos, 1971) e incluso el ámbito del pop, con aquellos hits de infausto recuerdo protagonizados por el Padre Abraham o las posteriores versiones makineras que todavía duele recordar.

Tras su exitosa resurrección digital en 2011 de la mano de Raja Gosnell, toca ahora seguir explotando el filón infantil veraniego, para lo que sus responsables no sólo no han escatimado en gastos de producción, con un París de aire mágico y mélièsiano recreado por todo lo alto y un reparto de actores de carne y hueso en el que Hank Azaria repite como desaforado Gargamel (lo mejor de la función) y al que acompañan el televisivo Neil Patrick Harris y el gran actor irlandés Brendan Gleeson, sino que también parece haberse invertido tiempo y cierto talento en armar una historia con un largo desarrollo argumental en la que, al rescate de Pitufina secuestrada y con la intención de evitar un fatal complot antipitufo de Gargamel, se suceden numerosas escenas de acción al más puro estilo Ratatouille trufadas de algunos buenos golpes slaptick, trucos, transformaciones (el gato Azrael, el padre convertido en pato….) y unos efectos visuales que, al margen de la desagradable figura de los pitufos de turno y sus ojos saltones, resultan más que aceptables para tratarse de un producto eminentemente infantil con blanda moraleja familiar que tal vez hubiera tenido el mismo éxito con una inversión más rácana.