Las nuevas exploraciones indo-jazz de John McLaughlin con Shakti
This moment | Crítica
El grupo ha tenido una presencia pública intermitente a lo largo de 50 años. 'This Moment' es otro elocuente ejemplo del diálogo intercultural en el que se produce su música
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La ficha
This Moment. Shakti. Abstract Logix, 2023.
La publicación de un nuevo álbum del guitarrista John McLaughlin siempre es una noticia destacada, pero si además es una nueva grabación con Shakti se convierte en todo un acontecimiento, que mueve a repasar y reivindicar el protagonismo de este músico en el jazz contemporáneo.
El prestigio alcanzado por Shakti en los últimos treinta años es más que notable. McLaughlin organizó el grupo en 1974 y desde el primer momento fue mucho más que otro experimento comercial de fusión tan de moda en la época. Shakti logró una sonoridad fluida y orgánica que combinaba la improvisación jazzística con los colores instrumentales de la música clásica india. Los músicos orientaron su capacidad instrumental hacia la exploración de un terreno común entre las dos tradiciones musicales, empezando primero en sesiones privadas de ensayo y más tarde desarrollando su música en actuaciones en directo y la grabación de tres álbumes: Shakti (1976), Handful of Beauty (1976) y Natural Elements (1977). La palabra sánscrita, Shakti, se traducía en las notas de su primer álbum como "inteligencia creativa, belleza y poder".
En la década de 1960 McLaughlin comenzó a interesarse por la espiritualidad y la música india formándose con varios músicos, entre ellos Ravi Shankar, y tomando al gurú indio Sri Chinmoy como maestro espiritual. Desde entonces se ha movido en un espacio creativo entre el jazz y la experimentación exploratoria de la música india. En uno de sus primeros disco en solitario, My Goal’s Beyond (1970), experimentó con estructuras y texturas de la música india. En la edición original en vinilo una cara del disco la ocupa McLaughlin en solitario con la guitarra acústica tocando temas de Charles Mingus, Miles Davis, Chick Corea y otros músicos, además de composiciones propias; la otra cara la ocupan dos temas largos, Peace One y Peace Two, con evocaciones y colores tonales hindúes anticipando lo que después desarrollaría con Shakti. Inicialmente McLaughlin había obtenido reconocimiento en el mundo del jazz a través de su participación en varías grabaciones de Miles Davis: In A Silent Way (1969), Bitches Brew (1970), A Tribute To Jack Johnson (1971) y On The Corner (1972), discos emblemáticos del jazz rock inicial. A la vez consolidaba su reputación como instrumentista liderando un proyecto propio, Mahavishnu Orchestra, otro grupo pionero en la fusión jazz-rock. Los álbumes The Inner Mounting Flame (1971) y Birds of Fire (1973), muestran la calidad del trabajo desarrollado por la banda.
Shakti empezó a funcionar después de la primera disolución de Mahavishnu Orchestra; McLaughlin se asoció con el percusionista indio Zakir Hussain y junto al violinista L. Shankar y el percusionista de ghatam TH Vikku Vinayakram dieron forma a una música que no era conscientemente ni música de jazz ni música india, sino una inteligente y sensible mezcla de ambas. Aunque ese híbrido no era nuevo, otros músicos habían intentado conjugar la música india y el jazz –Dave Brubeck, Don Ellis, Paul Horn, Joe Harriott y John Mayer entre otros– sin alcanzar la fluida interacción y veracidad obtenida por Shakti. Un proyecto arriesgado en aquel momento que muchos críticos y aficionados, y sobre todo los ejecutivos de la empresa discográfica, no llegaron a aceptar provocando que la banda dejara de tocar en 1978.
En 1999 McLaughlin y Hussain volvieron a reunir otra banda con el mismo planteamiento: Remember Shakti. Fuertes ventas de los tres álbumes publicados, entradas agotadas en sus giras por Europa y América y reverencial cobertura de la prensa especializada en todo el mundo confirmaron la aceptación y éxito público de su trabajo. Para Remember Shakti, McLaughlin y Hussain, dejaron que su música fluyera de una manera mucho más sosegada y meditativa dentro de la tradición musical india, temas como Chandrakauns de 33 minutos y Mukti de 65 minutos atrapan al oyente en largos y complejos desarrollos instrumentales.
Salvo algunas esporádicas y excepcionales actuaciones en directo Shakti volvió a quedar inactivo entre 2001 y 2023, año en el que McLaughlin y Zakir Hussain retoman la idea para grabar el álbum que presentamos, This Moment. Esta vez en compañía del vocalista Shankar Mahadevan y el percusionista Selvaganesh Vinayakram, que ya formaron parte de Remember Shakti, y el violinista Ganesh Rajagopalan. La presencia del violín hace que en algún momento This Moment recuerde a la formación inicial de Shakti, aunque los músicos han conseguido una sonoridad muy diferente a las de las anteriores encarnaciones de la banda. Una característica distintiva de This Moment, a diferencia de grabaciones anteriores, es el protagonismo de la voz. Shankar Mahadevan alterna el konokol (fraseo vocal rítmico y percusivo sin palabras) con el canto, subordinando el desarrollo melódico de la guitarra y el violín a la voz.
McLaughlin toca guitarra acústica y eléctrica sintetizada produciendo una amplia gama de tonos y colores orquestales, que le permiten crear un sonido aflautado e integrarse en el conjunto de una manera más orgánica de la que permite el sonido de la guitarra amplificada. Junto a las percusiones, su guitarra sostiene la arquitectura sonora en todos los temas y marca el tono general del álbum, -tanto si se trata de rápidas ejecuciones de pocas notas, etéreos fondos sintetizados o aportando líneas melódicas y detalles texturales.
El álbum está compuesto de ocho temas, el primero de ellos, Shrini’s Dream, está dedicado, al igual que el álbum, al mandolinista indio U. Srinivas, miembro de Shakti fallecido en 2013. En el destaca la interacción entre la guitarra sintetizada de McLaughlin, la voz de Mahadevan y el agudo violín de Rajagopalan que por momentos recuerda al violín de Jean-Luc Ponty en Mahavishnu. Otros dos temas que sobresalen son Karuna y Changay Naino, donde el sintetizador de guitarra vuelve a actuar como instrumento de acompañamiento y el violín de Rajagopalan toma el rol solista de una manera más lírica y suave.
Las Palmas, firmado por McLaughlin es un tema que destaca por su singularidad. Entrecruza ritmos hindúes y flamencos. Una melodía simple y pegadiza, próxima a una tonada castellana, conducida por el violín que se desliza a través de un fondo percutido de palmas. El corte que cierra el álbum, Sono Mama, es otro corte a destacar; un ejemplo de fusión indojazz-rock con konokols grupales y notas de bajo de McLaughlin sobre unas vibrantes percusiones de las tablas. En resumen, un álbum diferente de Shakti que añade un nuevo punto y aparte a la excelente discografía de la banda, donde belleza y alegría siguen siendo los epítetos que mejor la definen.
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