Sevilla invade Utrecht

Música

El mayor festival de música antigua del mundo dedica su edición de 2024 a los compositores y los intérpretes de la música hispalense

Paul McCreesh, el fundador y director artístico de Gabrieli Consort & Players, es uno de los invitados al festival.

Aunque los sevillanos tendamos a sobrevalorar –a veces hasta el ridículo– las cualidades de nuestra mediocre ciudad actual, son tan grandes las glorias pasadas de la urbe que es difícil que las exageremos, e incluso es frecuente que tengan que ser los foráneos quienes nos recuerden la inmensa valía de nuestro patrimonio histórico y cultural. Es el caso del Festival de Música Antigua de Utrecht, el más importante del mundo de los de su género y que ha tomado a “Sevilla” (sic) como motivo de inspiración para su edición de 2024, que comienza el próximo viernes 23 de agosto.

Fundado en 1982 –muy poco antes, por cierto, que su equivalente sevillano, el Femás–, el festival neerlandés es verdadero punto de peregrinación anual de profesionales y aficionados de todo el mundo, atraídos por una inmensa agenda de actividades que supera los doscientos eventos en cada edición: conciertos sobre todo, claro está, pero también conferencias musicológicas, actos divulgativos y coloquios públicos.

TivoliVredenburg, la sede del Festival de Música Antigua de Utrecht. / Michiel Ton

La elección de Sevilla como referencia da sin duda mucho juego musical, y ello sin necesidad apenas de rozar levemente temáticas típicas como las óperas románticas o el flamenco –asuntos demasiado modernos para un festival de música antigua–: la larguísima e intensa vida musical de la ciudad andaluza desde la Edad Media abre múltiples líneas artísticas a las que Utrecht 2024 dedicará conciertos, desde las cantigas de Alfonso X hasta la música para tecla de finales del siglo XVIII, pasando por la importantísima escuela polifónica del siglo XVI y las conexiones de la Sevilla del Siglo de Oro con América. A este último asunto dedican sus conciertos L’Arpeggiata de Cristina Pluhar (La Torre del Oro) y Hespèrion XXI de Jordi Savall, dos conjuntos que nunca se cortaron en visitar terrenos prohibidos para los puristas y que para la ocasión se lanzan directamente a las “músicas del mundo”, mezclando obras renacentistas y barrocas con piezas del folklore colonial africano y americano. De modo similar el Euskal Barrokensemble tomará como referencia la primera circunnavegación de Elcano para “hacer hincapié en Sevilla como eje del desplazamiento del centro de gravedad cultural del Atlántico al Mediterráneo: una primera globalización”, según nos explica su director, Enrike Solinís, en un concierto que dará una vuelta musical al mundo desde las Molucas hasta la España andalusí y renacentista, pasando por Macedonia y Sicilia. En su segundo programa en el festival el conjunto vasco interpretará su singular versión de El Amor Brujo de Manuel de Falla.

Polifonistas

Pero sin duda el gran repertorio del festival será la polifonía del Renacimiento, en la que Sevilla cuenta con autores nativos de primer nivel mundial como Cristóbal de Morales y Francisco Guerrero. Su música es habitualmente más cantada fuera de España que en nuestro propio país, especialmente en el caso del primero: cantor de la Capilla Sixtina cuando esta, recién pintada por Miguel Ángel, era un auténtico dream team artístico, y compositor de inmenso prestigio en la Europa del siglo XVI, tal vez la aridez de su estilo –polifonía imitativa estricta, nada fácil para el oyente moderno– haya perjudicado su popularidad actual. Las obras maestras de Morales y Guerrero son sin embargo habituales en los atriles de los mejores conjuntos polifónicos mundiales, casi todos presentes en el festival, y para la ocasión unos han creado programas específicos y otros han tirado de su mucho repertorio previo dedicado a ellos. Así, Vox Luminis (conjunto que, por cierto, nos dejó una memorable Pasión según San Mateo en el Femás de 2023) dedicará su concierto a la Misa de Requiem de Morales; Cantica Symphonia, como siempre con Giuseppe Maletto al frente, llevará a Utrecht un programa dedicado a sus mejores motetes (incluido el legendario Lamentabatur Jacob) y otro al más que probable maestro de Morales en la catedral de Sevilla, Francisco de Peñalosa; el polémico Björn Schmelzer ha engarzado para su grupo, Graindelavoix, un programa de Lamentaciones de Morales, Guerrero y Alonso Lobo, y otro dedicado al sucesor del último como maestro de capilla de la catedral de Sevilla, el portugués Francisco de Santiago, autor hoy rarísimo de escuchar; y los británicos de Stile Antico unirán en sus dos conciertos la música de Lobo, Morales y Guerrero a la del abulense Tomás Luis de Victoria y a la de polifonistas migrados al Nuevo Mundo como Hernando Franco o Gutiérrez de Padilla.

País de enorme tradición coral, para los grupos vocales del Reino Unido la música de Morales y Guerrero es más que familiar. En torno al año 2000 los Gabrieli Consort & Players de Paul McCreesh dedicaron a ella tres impactantes discos: “una música profundamente hermosa, a la que es un gran placer volver ahora”, declara a Diario de Sevilla el director inglés, que recuperará en este Utrecht 2024 el repertorio exacto de su CD Misa para la Fiesta de San Isidoro de Sevilla, centrado en la Misa Mille Regretz de Morales. “Entonces trabajamos intensamente un repertorio que abarcaba todo un siglo de música española, intercalando la polifonía con piezas para banda de vientos y con el canto llano, a la manera de la tradición local del siglo XVI”. “En las últimas décadas ha habido algunas novedades en el estudio de esta música y por ejemplo habrá algún ajuste en cuestión de tonos entre coro e instrumentos, pero en lo fundamental nuestra concepción será la misma”, continúa McCreesh. “Solo lamento no poder dirigirla en las maravillosas iglesias de Sevilla o en la propia Catedral, aunque esperamos visitarlas pronto”, añade con cierto misterio. También tomará como referencia una grabación propia ya veterana el director italiano Marco Mencoboni: en concreto su rompedor CD de 2009 Ad Vespras, que centró en el toledano Diego Ortiz, para articular un programa en torno a su música y la de Guerrero, Morales y Victoria.

Los pueblos y ciudades del entorno de la ciudad de Sevilla tendrán también su protagonismo polifónico: además de sonar la música del ya citado Alonso Lobo, nacido en Osuna, el conjunto español Cantoría dedicará uno de sus conciertos al marchenero Juan Navarro, discípulo de Morales; y Rodrigo de Ceballos, aracenero, aparecerá en los programas aquí y allá, al igual que Juan Vásquez, pacense pero sevillano de adopción.

La Accademia del Piacere en el Laeiszhalle de Hamburgo. / Daniel Dittus

Intérpretes sevillanos

No solo se tratará de compositores: los mejores músicos del poderoso panorama actual de la música antigua hispalense estarán presentes también en Utrecht 2024. La Orquesta Barroca de Sevilla acudirá con la soprano María Espada como solista y conducida por uno de sus directores hoy habituales, Shinske Sato –de gran prestigio en los Países Bajos–. Según nos explica Ventura Rico, coordinador de la orquesta, “el programa conecta a Corelli, paradigma del estilo barroco italiano, con uno de sus introductores en la música española, el maestro de capilla en Jaén Juan Manuel de la Puente, pasando por Vivaldi y el curioso Francisco José de Castro, violinista nacido en Sevilla en 1677 que hizo su carrera en Italia”.

El otro gran conjunto sevillano actual, Accademia del Piacere, llevará a Utrecht el programa de su reciente CD Colombina, dedicado al gran cancionero del siglo XV conservado junto a la Catedral de Sevilla. Según nos explica su director, Fahmi Alqhai, “gracias a las investigaciones recientes de Lucía Gómez sabemos que el manuscrito fue compilado muy probablemente en la casa de Medina Sidonia, concretamente en su antiguo palacio de la Plaza del Duque por Juan de Triana, y podremos reproducir la plantilla original de cantantes e instrumentos de su capilla, que incluía el primer consort de violas da gamba del que se tiene noticia”. Alqhai dirigirá además un programa de polifonía dedicado a Francisco Guerrero y sus villanescas.

El clavecinista Javier Núñez interpretará obra del teclista del siglo XVIII Manuel Blasco de Nebra. / Jesús Espadas

Como solistas acudirán también a Utrecht los clavecinistas Irene González Roldán y Javier Núñez, este con música del teclista del siglo XVIII Manuel Blasco de Nebra, “un autor de gran originalidad, que unas veces puede recordarte a Soler o a Mozart, pero que realmente tiene un estilo muy personal, con unos movimientos lentos muy peculiares y expresivos”, según Núñez. “Blasco de Nebra era sobrino del gran José de Nebra pero pasó casi toda su vida en Sevilla, en cierto aislamiento del mundo musical del momento, y tal vez debamos a ello ese estilo tan singular”. El flautista Rafael Ruibérriz, por su parte, llevará al festival las sonatas de Luis Misón recientemente descubiertas en el palacio de la Condesa de Lebrija de la calle Cuna de Sevilla, que acaba de grabar en CD.

A Utrecht acudirán además algunos de los mejores clavecinistas del panorama internacional actual, como Francesco Corti, que centrará su repertorio en Domenico Scarlatti (residente en Sevilla algunos años); también grandes organistas como Bernard Foccroulle, que focalizará su concierto hacia el gran Correa de Arauxo, organista de la Iglesia del Salvador en el siglo XVII; y vihuelistas de la talla de Enrike Solinís, Ariel Abramovich y Xavier Díaz-Latorre, cuyos programas orbitarán en torno a Alonso de Mudarra, compositor y canónigo de la catedral hispalense en el siglo XVI.

La interminable lista de eventos de interés de este Utrecht 2024 hace breve este largo resumen, e imposible seguir todos ellos incluso desde la propia ciudad neerlandesa; el melómano podrá conformarse con seguir desde la distancia los mejores conciertos del festival, retransmitidos en directo por su propio canal de televisión: no es poco consuelo.

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