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Santiago Posteguillo | Escritor
Sevilla/Tras mostrar el rápido crecimiento y el portentoso esplendor del Imperio romano en sus trilogías sobre Trajano y Escipión, Santiago Posteguillo finaliza su retrato de Julia Domna, una emperatriz con más poder y presencia política de la que muestra la historia, que la invisibilizó durante siglos. "La historia ha sido escrita por los hombres. Para reconstruir a Julia he tenido que, como vulgarmente se dice, buscarme la vida porque toda la información estaba mezclada con otras cosas. Todos los materiales clásicos que he consultado hablan de Julia, pero siempre de forma indirecta, no hay un solo capítulo dedicado a ella. Tuve que buscar en los capítulos que protagoniza el emperador Septimio Severo y ahí encontré referencias a la esposa, y en los que se ocupan de Caracalla o Geta, que son sus hijos, me ofrecieron referencias sobre la madre".
Dice Posteguillo que ha regresado literariamente a Julia Domna porque "una vez reunida la información sobre su vida, cuando comencé a escribir la novela que presenté al Planeta me di cuenta de que tenía demasiado material y debía de acotar un periodo concreto. Y entendí que tenía lógica, que funcionaba perfectamente como una unidad explicar su ascenso: una mujer, siria, extranjera, que llega al poder".
Una novela, Yo, Julia, con la que obtuvo el Planeta, reeditada en multitud de ocasiones, cosechando un gran éxito de público, hasta el punto de que, según explica el autor, "muchísimos lectores me escribían pidiéndome que les contara el desenlace de la historia de Julia. El material lo tenía y además, el personaje estaba muy fresco, lo acababa de escribir. Nada más comenzar, me di cuenta que la segunda parte de su vida era aún más emocionante: mantenerse en el poder es más complicado que llegar. Tengamos en cuenta que tras ella se pasa a la anarquía militar y los emperadores se suceden en cuestión de meses, hay enfrentamientos internos que los debilitan internamente y por eso el de Julia supone, en gran medida, el último periodo de esplendor del Imperio Romano".
No duda Posteguillo en afirmar que escribir sobre la Antigua Roma es hacerlo también, en cierto modo, sobre el presente, "ya que la naturaleza humana es la misma, y seguimos teniendo muchos problemas sin resolver que tenían ellos, como, por ejemplo, la eutanasia, o las epidemias y virus, como nos sucede hoy; o el de mujeres que deben luchar por hacerse un hueco en un mundo de hombres, o el de xenofobia, tan presente en los dos periodos. O sea, tenemos los mismos problemas que tenían hace 1.800 años".
Entre el conjunto de personajes que rodean a Julia Domna, destaca Galeno, que para Posteguillo representa "el conocimiento, el avance científico, y que el poder en numerosas ocasiones coarta. Severo y Julia acuden a él ante el avance de la epidemia de viruela, pero sin embargo no le permiten seguir avanzando en sus investigaciones. Galeno, además, me parecía un narrador fascinante, porque es un gran intelectual y ofrece reflexiones muy interesantes sobre lo que le sucede a la emperatriz Julia, a la que termina admirando".
Y Julia retó a los dioses comienza, precisamente, con la explicación de Galeno a Julia sobre la enfermedad que padece, "de una manera pedagógica, con la intención de que el lector aprenda el origen del nombre de esta enfermedad (el cáncer), a la que, por cierto, se enfrenta la emperatriz con una gran dignidad: Si he de morir de algo, que sea de un enemigo tan implacable como yo, proclama ella en sus últimos momentos".
La obra de Posteguillo se caracteriza por el rigor histórico, pero a pesar de eso en su nueva novela le concede un gran protagonismo al Más Allá, lo que le ha dado al autor "una relativa libertad creativa, ya que he tenido que hacerlo dentro de la congruencia de su mundo mitológico, de su Olimpo". "He tenido que ensamblar muy bien estos capítulos con la tradición homérica de los dioses que aparecen en la Ilíada y la Odisea, ya que hay muchos guiños a esos enfrentamientos que se reproducen entre los dioses, y que vienen desde antiguo. Me ha halagado especialmente que le haya gustado mucho a Carlos García Gual, que lo ha considerado como un bonito guiño teatral a Homero. Además, esto me ha permitido no finalizar la novela cuando Julia muere, que hubiera sido de una gran tristeza para el lector. He podido continuar más allá de su vida real, en el Reino de los Muertos, y en paralelo seguir contando como conseguía su gran victoria post mortem: que su dinastía continuara a pesar de los muchos enemigos. Quería que la novela tuviera un final muy en alto y con justicia poética; ya tenemos bastantes problemas en este mundo como para que encima acabe la novela con la tristeza de la muerte de Julia".
La documentación realizada para definir el personaje de Julia Domna ha propiciado el nuevo proyecto de Posteguillo: "He encontrado otras mujeres con un peso importante en el Imperio romano, hay bastantes, en realidad, y estoy trabajando en una serie documental para televisión (Movistar), de momento de seis episodios y titulada El corazón del imperio, en la que vamos a hablar de otras muchas mujeres de la Antigua Roma que también fueron muy importantes y cuya historia no es tan conocida como debiera".
También ha comenzado Posteguillo la redacción de "una nueva novela sobre el Imperio romano, y lo único que puedo decir es que tal vez se trate de mi proyecto más ambicioso. Hace unas semanas escribí el capítulo final, que es algo que a veces hago, porque me sirve de guía, de estrella polar, de referencia a lo que quiero llegar, y ya veremos si llego y no me disperso por el camino".
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