Muñoz Machado: "El español no está en peligro en Cataluña"
Foro Joly Andalucía
El director de la RAE recorre en el Foro Joly la historia de la institución que coordina y enumera los desafíos que impone el presente.
Cree que Cádiz "tiene muchas papeletas" para celebrar el Congreso de la Lengua en 2025.
El director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, realizó este martes en el Foro Joly Andalucía un apasionante viaje por la historia de la institución que coordina, desde su fundación en el siglo XVIII siguiendo la estela de la Accademia della Crusca, en Italia, o la Académie Française hasta un presente en el que el español vive un momento "dulce", con un notable peso en el mundo y dando respuesta a los desafíos que plantea la inteligencia artificial.
En un acto celebrado en el Hotel Alfonso XIII, patrocinado por la Fundación Unicaja y presentado por el redactor jefe de Diario de Sevilla Luis Sánchez-Moliní, Muñoz Machado (Pozoblanco, 1949), abogado y catedrático de Derecho Administrativo, corrigió la creencia extendida de que un jurista es un "profesional de segunda calidad frente a lingüistas y filólogos, que son los que deben estar al mando de la Academia. Se equivocan", apuntó el también presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), antes de poner como ejemplos de otros directores juristas al sevillano (de Osuna) Francisco Rodríguez Marín, experto en Cervantes y el Siglo de Oro, y Antonio Maura, que compatibilizó el cargo en la RAE con la presidencia del Gobierno "e impulsó el Boletín filológico que hoy sigue publicándose".
En su intervención, Muñoz Machado se remontó a 1713, cuando el Marqués de Villena creó una institución que tomaba el ejemplo de otras academias. "El francés y el italiano se habían desarrollado lo suficiente para fijar unas normas y que se estudiaran", señaló el especialista, que contó cómo ya desde la fundación los académicos trabajaron en la "planta" de un Diccionario. "El concepto de planta es aquí similar al de arquitectura, el lugar desde el que se levanta el edificio". En la labor de "recolección" de palabras se recurrió, precisó, tanto a "fuentes literarias como a fuentes legislativas, ahí también se encontraron entradas para el Diccionario", un proyecto que recurría tanto a una ordenanza de casas como al Quijote y que acompañaba a cada definición el dato de dónde procedía esa referencia.
El Diccionario, observa Muñoz Machado, evolucionó pronto, se redujo a un solo volumen y dejó a un lado las autoridades que añadía a cada entrada, un precedente de la capacidad de adaptación que ha tenido el proyecto desde entonces. En ese formato ya ha conocido 23 ediciones "y estamos preparando la 24, una cifra llamativa cuando la Academia francesa sólo ha hecho ocho ediciones". Al contrario que los franceses, que se ciñeron al lenguaje de París, los investigadores de la RAE se abrieron al lenguaje de provincias y de los territorios americanos, y al habla vulgar, la "jerigonza". De Andalucía entrarían 177 términos, como atarazana, gazpacho, cortijo o jamacuco.
En su charla, Muñoz Machado relató cómo movimientos surgidos tras la independencia de Hispanoamérica incitaron a los nuevos países a liberarse del "yugo cultural" como se habían desprendido del "yugo político. Había voces que proponían una lengua nueva" con las palabras que se habían ido alumbrando al otro lado del océano. Una figura fundamental en la causa de la RAE fue el humanista chileno, venezolano de nacimiento, Andrés Bello, que defendió que había que conservar el carácter "castizo" de la lengua española. "La Academia subsistió y las normas fueron aceptadas", prosigue el escritor, Premio Nacional de Ensayo y Premio Nacional de Historia, y que ocupa el sillón 'r' de la RAE. Decisiones como invitar a "los literatos más importantes de América" o crear diferentes academias en estos parajes ayudaron a, como resaltaba Patricio de la Escosura, españoles y americanos tuvieran "una patria común en la lengua y la literatura".
El "trabajo en cooperación" con estas academias continúa siendo, explicó Muñoz Machado, una de las líneas maestras de la RAE, en la elaboración de proyectos como el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico o el Diccionario histórico de la lengua española. El autor de Cervantes, una completa biografía del autor del Quijote que vio la luz hace unos meses, confesó que él y sus compañeros están "ilusionados" con una iniciativa como Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA). "A algunos les llama la atención que hayamos escogido ese nombre, que es el de la princesa de La guerra de las galaxias, poco propia para una institución que consideran vetusta". El pasado esplendoroso de la RAE no la exime de responder a las demandas del presente, y hoy hay, detalló el investigador, 7.000 millones de máquinas que hablan español. "Estamos hablando con los fabricantes de esas máquinas, que son en su mayoría de Silicon Valley, para darles las herramientas para que se use el español más correcto".
Muñoz Machado rechazó que la RAE acepte "muchos anglicismos. Incorporamos como mucho una docena de palabras procedentes del inglés, y en todo caso es una situación enriquecedora, como cuando el francés estaba de moda y lo que añadíamos eran galicismos. El nuestro siempre ha sido un idioma mestizo".
Mirada a la actualidad
Tras su disertación, Muñoz Machado contestó en el Foro Joly a preguntas sobre la actualidad, un momento en el que confirmó la definición que había hecho de él Sánchez-Moliní minutos antes, la de un "intelectual que no rehúye entrar en el debate público cuando es necesario" y lo hace con "prudencia, honestidad y valor".
Cuestionado sobre si el futuro del español "está en peligro en Cataluña", opinó que las políticas que buscan el "monolingüismo no lo están consiguiendo, estas imposiciones de que se hable catalán en el recreo no se están cumpliendo. Un estudio que hicimos mostraba que el 80% de los jóvenes era bilingüe, aunque hay que ver la calidad de ese bilingüismo".
Después Muñoz Machado definió como "una manía que va en retroceso" la utilización del lenguaje inclusivo. "Hay políticos que hacen el desdoblamiento de todos y todas, pero en la conversación de la calle eso no se da, porque exige un esfuerzo que no responde a la economía del español", consideró. "Da la impresión de que es un tema que no preocupa demasiado, que está asumido. En alguna entrevista en Hispanoamérica he afirmado que el lenguaje inclusivo no iba a ninguna parte, y no ha habido protestas", añadió. El académico recordó un informe que les encargó Carmen Calvo cuando era vicepresidenta del Gobierno sobre el lenguaje "machista o masculinizado" de la Constitución, "y en ese informe decíamos que la Constitución estaba bien escrita, que no tenía defecto".
Muñoz Machado se mostró "partidario" de reformar la Constitución, pero es "consciente de que no es posible", porque "la situación de la clase política no lo hace razonable. Pero no habrá un constitucionalista que diga que un texto que tiene ya 40 años no hay que tocarlo. Aunque hay detalles que no hace falta cambiar, como lo referente a los derechos de los ciudadanos".
El jurista lamentó que "estamos a punto de cargarnos la independencia del poder judicial", con los partidos condicionando la elección de miembros de órganos judiciales, aunque matizó sobre la politización de la justicia que "conozco a magistrados del Tribunal Supremo o el Constitucional que difícilmente se dejarían llevar por sus tendencias políticas".
Volviendo al ámbito lingüístico, Muñoz Machado se refirió al andaluz como un "dialecto, no es una lengua propia, me dan mucha envidia las comunidades autónomas que hablan una lengua propia. Andalucía tiene palabras muy hermosas, y países que presumen de tener buen español como Colombia tienen una importante herencia andaluza".
Sobre la candidatura de Cádiz para ser sede del X Congreso Internacional de la Lengua Española en 2025, Muñoz Machado aseguró que tiene "muchas papeletas, está haciendo un esfuerzo descomunal", pero sopesó que antes debe celebrarse en marzo de 2023 otro congreso en Arequipa y que "la decisión corresponde al Gobierno [como país anfitrión] con lo que le traslademos desde la RAE y desde las otras 23 academias".
En su despedida, Muñoz Machado trazó un panorama esperanzador. "El español goza de muy buena salud, con 600 millones de hablantes, 480 nativos", desveló, antes de expresar su interés en que las Academias celebren el Congreso de la Lengua "en EE UU, pero no en ciudades como Los Ángeles o Texas, donde se habla mucho español, sino en Chicago o Kentucky". La tecnología, en su opinión, vista tantas veces como amenaza, ayudará esta vez a conservar el patrimonio del idioma. "Hoy gracias a los traductores automáticos puedes leer un mensaje en tu lengua. Esto quiere decir que ya no hay que hablar inglés obligatoriamente, y que puedes seguir comunicándote en español. Parecía que este Babel diverso iba a desaparecer para que todos nos expresáramos en inglés, pero no ha sido así".
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