Una madre no

Salve María | Crítica

Laura Weissmahr en una imagen del filme de Mar Coll.
Laura Weissmahr en una imagen del filme de Mar Coll.

La ficha

*** 'Salve María'. Drama-thriller, España, 2024, 111 min. Dirección: Mar Coll. Guion: Mar Coll y Valentina Viso. Fotografía: Nilo Zimmermann. Música: Zeltia Montes. Intérpretes: Laura Weissmahr, Oriol Pla, Giannina Fruttero, Magali Heu.

Se ha saludado el retrato de la maternidad no normativa y problemática de esta película de Mar Coll (Tres días con la familia, Todos queremos lo mejor para ella) como anomalía dentro del cine español, aunque en realidad todo en ella está bastante en sintonía con el espíritu de los tiempos, a saber, con esa nueva imagen construida desde el feminismo que reniega de los viejos roles y servidumbres de la mujer-madre para emanciparla en un presente sin ataduras, códigos ni certezas.

La madre primeriza de esta Salve María salida de la novela (Las madres no) de Katixa Agirre atraviesa un particular via crucis posparto en el que la precariedad y el peso de la crianza se le hacen insoportables hasta el límite de la neurosis. Una música inquietante de Zeltia Montes nos avanza desde el primer momento, previa visita del ave siniestra, la deriva de género de un filme que no quiere contentarse con la mera crónica realista y aspira a una lectura más simbólica y psicológica de sus elementos cotidianos.

La película se abre así pronto a esa oscilación entre la prosa explícita de la lactancia, la cesárea, el reflujo, la mastitis, las noches sin dormir, la soledad y la escasa ayuda del hombre-padre y la densidad fabuladora activada por la obsesión por un suceso atroz que cataliza las identificaciones, los tabúes y pesadillas de una mujer arrepentida que busca también recuperar su vida previa y su prometedora carrera como escritora.

Un paulatino extrañamiento se apodera así de un filme que se parte en dos para acompañar una fuga de la responsabilidad que es también la puerta de acceso (sin retorno) hacia la confrontación de los miedos profundos y esa pulsión de muerte que, en el espejo de una madre filicida, va a ser el tortuoso camino para la revelación y la autoaceptación.

Laura Weissmahr, premiada en Valladolid, se entrega en gesto desencajado, desgarro interior y cuerpo (abierto) a su personaje y hace pasar a través suya una preocupación generacional que encuentra su eco histórico y mitológico en las citas de Rich, Plath, Beauvoir y Suleiman y en las referencias artísticas que se cuelan como oscuras premoniciones de un sueño del porvenir.  

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