Ruido, sonido, música
PLURALENSEMBLE | CRÍTICA
La ficha
***XIV Festival Encuentros Sonoros. Programa: 'I am made of broken wood', de J. L. Perdigón; 'Plural Toccata', de G. López Gavilán; 'El sombrero de Lucky', de A. Poncela; 'Set cançons valencianes' (selección), de J. Rodrigo; 'Credo', de A. Vázquez Torres; 'Cual (Un ciervo en el desván)', de M. Zavala. Intérpretes: Lope Morales (flauta), José Viana (clarinete), Duncan Gifford (piano), Ema Alexeeva (violín) y Carlos Sánchez (violonchelo). Director: Fabián Panisello. Lugar: Espacio Turina. Fecha: Martes, 19 de noviembre. Aforo: 30 personas.
Fiel a su espíritu, el PluralEnsemble ofreció un programa integrado por obras (salvo el breve homenaje a Joaquín Rodrigo por los veinticonco años de su fallecimiento) creadas en este mismo año, unas por propio encargo del grupo y otras por encargo conjunto con el INAEM. La obra de José Luis Perdigón explora las barerras y las concomitancias entre el sonido y el ruido, con un atractivo resultado de fusión más que de superposición entre el sonido "natural" de los instrumentos y el ruido producido por latas, silbatos, globos estrujados, con el complemento de las técnicas extendidas en el piano y los sonidos extremos del violín sul ponticello o los pizzicati alla Bartok. Todo un despliegue técnico por parte de los magníficos instrumentistas, que tuvieron una nueva oportunidad de lucirse en la virtuosística Plural Toccata de Guido López Gavilán, pieza en su primera sección sin estructura fija, casi improvisatoria, como las tocatas del stylus fantasticus barroco, que exige un fino encaje entre las breves frases de cada instrumento. De aire más expresionista, la pieza de Andrés Poncela comienza con una serie de acordes conjuntos cambiantes en lentas oleadas que se van tensionando progresivamente antes de regresar a un mundo más calmado. A modo de homenaje a las víctimas del desastre natural valenciano, Ema Alexeeva y Duncan Gifford ofrecieron versiones muy intensas de dos de las canciones valencians de Jaquín Rodrigo, con todo un ejecicio de contención expresiva que rehuyó en el violín de un fraseo exagerado (sin portamentos y con poco vibrato) y con atención al corazón sentimental de la música, como esa melodía de aire sefardí de la segunda pieza. Y regreso a la experimentación sonora en una obra de Aitor Vázquez Torres en la que destacaban las combinaciones tímbricas cambiantes. Por último, Mercedes Zavala mostró las virtualidades expresivas de la alternancia entre tensión y distensión sonora, con pasajes de fuerte densidad en compañía de otros de texturas y sonidos más ligeros. Bajo la dirección de Fabián Panisello, el PluralEnsemble revistió de calidad y de profundidad interpretativa a este programa.
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