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Rosario Toledo no quiere mentir

Flamenco

La gaditana interpreta 'Me encuentro', un corto grabado durante la pandemia que reflexiona sobre la soledad de los artistas frente al espejo

Rosario Toledo, en una imagen de 'Me encuentro'.

Rosario Toledo golpea un cristal, busca a alguien tras el vidrio, sabe que esa ventana se interpone entre ella y el mundo. La bailaora (Cádiz, 1977) traduce con su espectacular movimiento el cúmulo de emociones vividas en este turbulento 2020, un año en el que la pandemia, el encierro y la distancia social nos ha obligado, a la intérprete y a todos, a un diálogo con nosotros mismos a falta del contacto con los otros. Toledo protagoniza Me encuentro, un corto grabado durante el confinamiento que dirige Ana Solinís y al que pone la música Ruven Ruppik, una propuesta que se presentó ayer en la sede de la Fundación Cajasol en Sevilla.

La artista transita por distintos estadios como la confusión y la rabia, también la serenidad de quien entiende que quizás se baste consigo misma, en esta película que se rodó gracias a una ayuda de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). "Hay que hacer cosas, hay que seguir haciendo cosas, aunque luego no salga nada", se anima Toledo en un momento de esta producción que se grabó en el Espacio Silvestre de Vejer, que gestiona su "maestra" Charo Cruz.

Un trabajo en el que la gaditana no perseguía el virtuosismo, una exhibición "para que la gente diga qué bien bailo", sino la "verdad", asegura, "esa verdad que todos llevamos dentro" y que las circunstancias extremas de este año han puesto de manifiesto. "Yo no soy Meryl Streep, ya me gustaría, y no sé mentir", reconoce ante un proyecto con el que quería "sentir que estaba diciendo algo. Me expongo bastante, porque estaba en buenas manos. ¿Para qué protegerse? ¿Para qué esconderse? Lo interesante era mostrar esa vulnerabilidad que en estos tiempos nos une a todos".

A Solinís, realizadora curtida en el ámbito de la música y la danza, le interesaba el retrato de una bailaora en la soledad del estudio. "Grabamos en las últimas horas de la tarde para potenciar con esa luz la sensación de intimidad", analiza la directora, para quien Me encuentro "no va sólo sobre baile, también sobre ese proceso de revisión de nosotros mismos que todos hemos llevado a cabo en estos meses".

Rosario Toledo y Ana Solinís, con el cartel del corto.

"Aguanto. Respiro. Braceo", va diciéndose Toledo hasta que llega al "me encuentro" del título, una idea con la que los responsables del filme quisieron quedarse porque refleja la fortaleza que emerge en las situaciones difíciles, esa conquista de "estar bien, estar en paz, a pesar de todo". Para la intérprete, la pieza puede entenderse como un homenaje a su profesión, un símbolo de la "soledad que siente todo artista frente al espejo. Hay ideas en la película que surgieron de la conversación por whatsapp con un compañero, en la que hablamos del tiempo que llevábamos sin trabajar, de la incertidumbre que teníamos".

La ya veterana Toledo siente que se adentra con esta propuesta en un territorio nuevo, inexplorado hasta ahora. "Mientras hacíamos el corto me parecía que estaba saliendo de mi zona de confort. Me han grabado otras veces, pero ha sido mientras interpretaba algún espectáculo, no en un diálogo como éste con la cámara", apunta sobre una vivencia que la ha "enriquecido" y le ha despertado la curiosidad. "No descarto usar más lo audiovisual a partir de ahora", afirma. Me encuentro, que contiene guiños a Falla y a la bailarina Mary Wigman y en el que participa también la cantaora Inma La Carbonera, se podrá ver en el canal de Vimeo de la Aecid.

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