Un reportero de medio pelo en un diario de medio pelo
cómics
Cifré crea en 1946 'El repórter Tribulete' en una sociedad española sin libertad de expresión
En 1946, en el primer número del renacido Pulgarcito, se publicó la primera historieta de El repórter Tribulete, que en todas partes se mete, personaje creado por el historietista español Guillermo Cifré (Barcelona, 1921-1962).
Una norma no escrita de Editorial Bruguera fue que los títulos de las series tuviesen un ripio, que para este personaje se eliminó en 1955, quedando la serie en El repórter Tribulete.
Tribulete es un personaje de pequeña estatura, de largo flequillo dibujado con unos simples trazos, de rostro afable y sonriente, y con una larga nariz apuntando hacia arriba.
La historieta trata de forma satírica el ambiente en la redacción de un periódico imaginario, El Chafardero Indomable, y las conflictivas relaciones entre el reportero Tribulete y su jefe, el director del periódico, cuyo nombre nunca se menciona. Como es habitual en las historietas humorísticas de Bruguera, el protagonista suele terminar recibiendo golpes de su jefe como castigo por sus tropelías.
Tribulete se tira todo el día en la calle, pero la mayor parte de las veces con resultados infructuosos, ya sea porque sigue pistas falsas, y eso hace que sus crónicas falten a la verdad, o porque se topa en sus propias narices con una noticia fabulosa y no es capaz de verla.
Aparece de vez en cuando un personaje en la redacción el típico pelota del jefe, que se llama significativamente señor Cepillo. Por cierto que el competidor de El Chafardero Indomable, no puede tener otro título más gráfico, es El Chismoso Insumergible.
De Tribulete no trasciende vida social, y confunde a veces el domingo con un día laborable, día que decide en un dechado de valor llamar al director para decirle que ese día no va a ir a trabajar, o cuando se encuentra la noticia más fabulosa que reportero alguno pudiera imaginar y ese día no puede teclear su máquina.
Las de Tribulete son historietas de humor absurdo, como queriendo recalcar la época en que se hicieron, en la que no existía libertad de prensa. Por eso, Tribulete se limita a dar noticias como un robo, un animal que se escapa del zoo, la llegada de incógnito de una estrella al país…, es decir, lo que era la prensa del régimen.
La figura de un reportero, en busca continua del reportaje, era en sí misma un contrasentido en la sociedad dictatorial y sin libertad de expresión en la que apareció el personaje. Por esta razón, la actividad profesional de Tribulete se movía más cerca del absurdo que del costumbrismo, lo contrario de lo que ocurría con sus relaciones laborales con su "amado dire", que respondían a un modelo autoritario muy realista por aquel entonces, aunque humorísticamente exagerado. Durante muchos años, Tribulete fue sinónimo de periodista en España. De hecho, este nombre sigue asociado a la figura de un reportero que trota la calle entre una amplia generación de españoles, evidencia clara de la popularidad del personaje.
Cifré moriría prematuramente en 1962, con tan sólo cuarenta años de edad. El repórter Tribulete era una serie muy popular, por lo que los directivos de Bruguera buscaron a otros autores para continuar con nuevas entregas al tiempo que publicaban reediciones de las páginas originales firmadas por su creador. El primer nuevo dibujante de la serie fue Enrich, cuñado de Cifré, que escribió y dibujó muchas historietas de la serie en la década de los sesenta y algunas en los años setenta, pero no fue el único. Ya en los setenta, y sin firmar, El repórter Tribulete fue realizado por Antoni Bancells, por entonces miembro del estudio de dibujantes y guionistas de Blas Sanchís. Otro de los dibujantes sin firma de la serie fue Ayné, un veterano y gran historietista que ya había participado en el Pulgarcito de finales de los años cuarenta, y que es recordado como una de las firmas puntales de TBO. Entre los años setenta y mediados de los ochenta otros muchos dibujantes participaron en la concepción de nuevas páginas de El repórter Tribulete.
En 1995, el autor de cómics español Miguel Ángel Gallardo, en cuya obra son numerosas las referencias a la escuela Bruguera, creó un personaje que parodia a Tribulete, llamado Perico Carambola. Al año siguiente, en 1996, Tribulete tuvo su homenaje en un sello de Correos.
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