La reinvención del circo

La reinvención del circo
La reinvención del circo

07 de marzo 2013 - 11:22

Jordi Gaspar Blancafort

Director artistic TRAPEZI, La Fira del Circ

Con un grato agrado la feria de circo Trapezi de Reus ha recibido el Premio Nacional de Circo 2012 otorgado por el Ministerio de Cultura. Es la primera vez que se dedica este premio al circo contemporáneo, aunque ya haya aportado tres medallas a artistas españoles en los últimos cinco años en el prestigioso Cirque du Demain de París. Pero, ¿qué es el circo contemporáneo? ¿De dónde viene y qué lo motiva?

Los primeros vestigios del circo datan desde la prehistoria. En el 4.000 a. C. se conocen los primeros intentos de doma ecuestre en Ucrania, en China hay trazas de acrobacia desde el 3.000 a. C. y bien conocidos son los dibujos esculpidos de Egipto del 2.000 a. C. donde unas doncellas hacen juegos malabares con objetos de forma esférica.

En la edad media hay buena documentación, sobretodo en Inglaterra, donde en el reinado de Elisabeth I (gran protectora de las artes y del teatro) se exhibió el primer león o se habla de troupes de saltimbanquis italianas, donde fueron acusados de indecencia por mostrar una mujer acróbata de suelo, en una época dónde las mujeres no tenían el total derecho de actuar en una escena.

Pero no fue hasta verano del 1768, cuando nace lo que se llamaría el circo moderno, conocido hoy como circo clásico o tradicional. Su precursor, Philip Astley era un militar retirado que presentó por primera vez ejercicios de agilidad a caballo y un número de doma que finalizaba con el caballo en el suelo simulando su muerte. A finales de verano ya tenía competidores como el escudero Wolton que presentaba sus ejercicios a caballo con acróbatas de suelo, entradas cómicas y danza en cuerda. Sin duda, la primera combinación de este tipo en la historia en un mismo espectáculo.

A mediados del siglo XIX el circo ya se había popularizado por toda Europa y América del norte. Pero después de la Segunda Guerra Mundial el circo entró en una decadencia que se acentuó en la década de los 70. Por varias razones, como el desarrollo de la industria del cine, una divulgación masiva de la televisión o la revolución tecnológica y social entre otras, el público dejó progresivamente de ir a las carpas.

Casi al mismo tiempo, en la mitad de la década de los 70, a raíz del mayo francés del 68 y de los movimientos de renovación de la escena, empiezan a aparecer nuevas experiencias circenses o pseudocircenses que contribuirán al nacimiento del llamado nouveau cirque para los franceses, y denominado aquí circo contemporáneo. Estos movimientos son la semilla de futuras compañías como Aligre, Plume, Crie du Camaleon, Cirque Baroque, Archaos, Pocheros, Que-Cir-que, Les Colporteurs o Les Arts Sauts en Francia.

El circo contemporáneo no es un fenómeno exclusivo de Francia. En 1978 en Australia se presenta el Circus Oz, en el mismo período en Gran Bretaña nacen compañías de teatro-circo alternativo como Circus Hasard o Footsbarn Traveling Theatre y en Cataluña La Tràgica (1976), La Petita Companyia de Saltimbanquis del Dr. Soler (1979), el Circ Cric (1981) o Boni & Karoli (1984). También en países sin tradición de circo se refleja el circo contemporáneo europeo, como los quebequeses Cirque du Soleil (1984), Cirque du Tonnerre (1990) y Cirque Éloise (1993).

El circo contemporáneo no nace para substituir al circo tradicional, sinó más bien como una alternativa, como una rotura de moldes como pasa con todas las artes a lo largo del siglo XX. Es sencillamente una adaptación a nuevos tiempos, formatos, inquietudes y público. Es un circo que se desmarca del canon de su antecesor por dejar de utilizar animales en la escena y por el abandono del riesgo por el riesgo, del virtuosismo o de la comercialidad. Sin olvidar el riesgo -que es intrínseco en cualquier ejercicio circense- se plantea otros retos: el de buscar un lenguaje escénico capaz de acercar un arte milenario a los gustos y ritmos del público actual. Por ello combina los ingredientes circenses con otras artes escénicas como la danza, la coreografia, teatro gestual y de texto, Commedia dell'Arte, música, artes plásticas y visuales, performances, sombras, títeres y nuevas tecnologías para seguir teniendo el mismo objetivo de siempre: fascinar al espectador.

También hay que añadir que el circo contemporaneo ha propiciado la aparición de lo que se llama el circo social. El circo se está convirtiendo en una herramienta muy eficaz para conocer los límites del cuerpo y desarrollar las capacidades psicomotrices, pero también para transmitir valores imprescindibles en esta sociedad, como autoestima, confianza y crítica, concentración, capacidad de cohesión social y valor del grupo.

Con tan solo cuatro décadas, el circo contemporaneo es una tendencia aun joven, moviéndose entre la búsqueda y la experimentación. Contrariamente al circo clásico, que ya tiene dos siglos y medio de vida, no tiene aun normas ni canones establecidos. Presenta una gran diversidad conceptual y estética, que puede ir desde la evocación lírica a la provocación punk, pasando por el preciosismo formal o el discurso sociológico.

Como sabiamente lo definen Jordi Jané y Joan Maria Minguet en su libro de L'Art del Risc: "Es una diversidad de tendencias y estilos que caracteriza a cualquier otro arte, es decir, un camino hacia la normalidad en que cada creador busca proyectar su impronta, un camino de libertad en que, más que la voluntad de inscribirse en un movimiento, cada uno aporta una visión propia y diferenciada".

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