El regreso de Miracleman
CÓMIC
Miracleman, 1: El sueño de volar. Alan Moore, Gary Leach, Alan Davis. Panini. 176 páginas. 17,95 euros.
Tras dos décadas de espera ve la luz la reedición del Miracleman de Alan Moore, uno de los trabajos definitorios del actual género de superhéroes. El personaje fue creado en 1954 por Mick Anglo, que lo bautizó como Marvelman y lo dotó de características similares a las del Capitán Marvel original, pues vino para suplir en el Reino Unido el vacío editorial causado por el cese de los tebeos del superhéroe de la Edad de Oro, retirado de circulación por problemas judiciales entre las editoriales Fawcett y DC. Si Billy Batson se transformaba en el Capitán Marvel pronunciando la palabra Shazam, el joven reportero creado por Anglo debía pronunciar la palabra Kimota (atomik al revés) para transformarse en Marvelman. El héroe inglés llegó a disponer de sus propios Young Marvelman y Kid Marvelman, a semejanza de la Familia Marvel.
Los primeros cómics de Marvelman se publicaron durante nueve años, y merecerían solo una nota al pie en las enciclopedias de superhéroes si no fuera porque Alan Moore emprendió, en 1982, una inolvidable revisión en la revista Warrior. Moore subvirtió el origen de Marvelman y concedió a sus nuevas aventuras un tono realista, potenciado por el dibujo de Garry Leach, al que pronto siguió Alan Davis. El cambio de nombre a Miracleman se produjo cuando la serie dio el salto al mercado estadounidense de la mano de Eclipse, para evitar problemas con la editorial. Y tras la quiebra de Eclipse comenzaron más conflictos legales que eliminaron todo rastro de Miracleman de las librerías, para lamento de los aficionados.
El destino ha querido que sea precisamente Marvel la que ponga de nuevo el personaje en el mercado, y es así que llega a librerías El sueño de volar, el primer volumen de la reedición del trabajo de Moore, Leach, Davis y compañía. Son 180 páginas memorables, acompañadas de extras y embellecidas con un nuevo coloreado del gran Steve Oliff. Eso sí, Moore no ha querido que su nombre aparezca en estas reediciones. Se ve que los conflictos son ya inherentes al personaje.
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