Un reflejo oscuro

El papel del Caballero Oscuro, como azote de los criminales de la ciudad, será puesto en duda, ya que parece, por la violencia de sus actuaciones, que sus expeditivos métodos están sembrando de cadáveres las calles de esta urbe.

Wesker, la cabeza visible de una todopoderosa empresa, es uno de los más críticos con el vigilante, y exige al cuerpo de policía que haga algo para detenerle.

Es por ello que la joven detective Blair Wong comenzará sus pesquisas para intentar averiguar qué está ocurriendo, aunque su primer encuentro con el millonario no le deje una muy buena imagen de éste.

En paralelo vamos a ver como lo inesperado ocurre en el apartamento de la doctora Leslie Thompkins, que encuentra a Batman inconsciente y herido en él…

A partir de ese momento ella va a convertirse en su confesora, alguien con quien hablar, confesarle sus miedos y dudas, ya que el joven tras la máscara carga una pesada mochila cargada de traumas, ira y frustración que está empezando a verter sobre los criminales que se cruzan en su camino, dejando un rastro de huesos rotos.

Pero, obviamente, mientras esto sucede, otro Batman se está llenando las manos de sangre, empañando la imagen del verdadero defensor de Gotham, cuyo papel cada vez es más y más cuestionado, convirtiéndose de la noche a la mañana en el enemigo público número uno…

Muchos de vosotros, llegados a este mundo, echaréis de menos a algunos de los más famosos personajes secundarios que suelen acompañar a Batman en sus peripecias: El fiel mayordomo Alfred, el comisario de policía James Gordon…

Y es que sí, esa es una nueva historia, una rama paralela y diferente que parte de la trágica muerte de los padres de Bruce Wayne pero que, debido al rebelde y agresivo comportamiento del joven, ha derivado en otro argumento, ya que tanto Alfred como Gordon ya no forman parte de la vida de Bruce Wayne, y por diferentes motivos, han terminado alejándose de él definitivamente.

Es por ello que olvidaos de la sacrosanta continuidad, ya que no os hará falta en este viaje en el que el protagonista se va a ver enfrentado a una imagen deformada del símbolo que el mismo creó para borrar el crimen de las calles de su ciudad, y además veremos que tras la máscara hay una persona extremadamente frágil, un juguete roto.

Mattson Tomlin es un guionista y director de cine recién llegado al mundo de las viñetas, pero no lo podía haber hecho de una mejor manera, ya que nos plantea un argumento muy original, donde el componente psicológico tiene un gran peso y la violencia más descarnada explota a la vuelta de la página.

Páginas éstas impresionantemente dibujadas por Andrea Sorrentino, que rompe su 'alianza' creativa momentáneamente con Jeff Lemire, con el que forma uno de los tandems artísticos más consolidados del mercado norteamericano (Green Arrow, Old Man Logan, Gideon Falls, Joker: Sonrisa asesina, Primordial…) y nos regala, como es costumbre en él, una narrativa visual muy personal, espectacular.