En recuerdo de Mario Maya

Una fundación rememorará la trayectoria del bailaor · La formación de los intérpretes, la igualdad de oportunidades de la comunidad gitana y la conservación del legado serán las principales líneas de acción

Mario Maya, en el centro de la imagen, fotografiado durante el pasado Festival de Jerez, en el que llegó a subirse al escenario.
Mario Maya, en el centro de la imagen, fotografiado durante el pasado Festival de Jerez, en el que llegó a subirse al escenario.
Braulio Ortiz / Sevilla

23 de noviembre 2008 - 05:00

Hasta su muerte, en septiembre, el coreógrafo Mario Maya no dejó de mirar al futuro con una obra en continuo avance, gracias a su enorme curiosidad, su libertad creadora y su decidida voluntad de evolución. Como señalaron las múltiples voces de pesar que lamentaron su pérdida, Maya fue un bailaor que no cayó en la tentación de refugiarse en los logros del pasado, que continuó trabajando en proyectos y prolongando esa búsqueda que había caracterizado su trayectoria artística. En su universo tenían cabida el respeto a las raíces y el seguimiento de las últimas tendencias escénicas, la valentía y la coherencia, una mezcla que él promovía desde una profunda reflexión. "¿Cómo definir a un artista flamenco? ¿Por las referencias clásicas o la sed de innovación? ¿Por la madurez de la experiencia o el riesgo creador de la juventud?", se preguntaba este Premio Nacional de Danza.

Este magisterio que ejerció el intérprete perdurará gracias a la creación de la Fundación Mario Maya, un proyecto en el que trabajan ahora los familiares y allegados del artista. Una institución que nace con la intención de "preservar su legado, transmitir esa particular capacidad de aunar lo tradicional y lo contemporáneo, fomentar su especial visión sobre la comunidad gitana y, en definitiva, tratar de transmitir a las generaciones posteriores su vida y su obra". Sus responsables aseguran que el propósito es "hermanar en sus fines a las tres ciudades de referencia en la vida de Mario Maya: Córdoba, Granada y Sevilla, y a cuantas expresen el deseo de sumarse a esta iniciativa".

Aunque en un principio la sede del proyecto iba a ser la Casa-Palacio de las Descalzas, en la localidad sevillana de Carmona, la familia está actualmente sopesando ofertas recibidas de otras corporaciones andaluzas. "Nuestra idea era que el centro estuviera en Sevilla, que es donde Mario Maya pasó los últimos 20 años de su vida", apunta sobre la ubicación Pepe Yáñez, portavoz del consejo promotor de la iniciativa. "Pero la verdad es que ahora mismo estamos desbordados por el apoyo recibido de diferentes sitios y estamos estudiando sus ofertas. Evidentemente, vamos a optar por lo que más interese a la Fundación y a los fines que ésta defiende", añade.

La propuesta desarrollará tres líneas de acción, inspiradas en los intereses que movieron a Mario Maya a lo largo de su prolífica andadura: así, habrá un apartado formativo, otro destinado a la difusión y conservación del patrimonio documental del flamenco, en particular de los testimonios que existen sobre Maya, y una serie de medidas encaminadas a fomentar la igualdad y los derechos humanos. En este último capítulo se prestará especial atención a una causa por el que el primer director de la Compañía Andaluza de Danza se esforzó: el apoyo a la comunidad gitana y el empeño de que ésta tenga los mismos derechos y oportunidades que el resto de la población.

En el aspecto docente, la fundación perseguirá una formación integral del baile flamenco y combatirá "el vacío existente" en la preparación de los profesionales, para situar esta disciplina, en la consideración del público, "al mismo nivel que la música o el teatro".

Para materializar estas aspiraciones se abrirá el Centro Flamenco de Estudios Escénicos Mario Maya, que dirigirá una de las hijas del creador, la bailaora Belén Maya. El programa, basado en una experiencia que ya se probó en Granada durante los años 2002 y 2003 y en la que participaron casi 40 alumnos de diferentes nacionalidades, contemplará "técnicas dancísticas y musicales pertenecientes a otras disciplinas, habitualmente descartadas en las escuelas de flamenco convencionales, como la danza clásica, el análisis musical o el estudio de la historia del flamenco". Otro rasgo por el que se diferenciará el centro será por impartir cursos de larga duración, iniciativa que no es habitual en la enseñanza del flamenco.

Por otro lado, el Centro de Documentación Mario Maya abordará la búsqueda, digitalización y difusión de los fondos relacionados con la obra del fallecido, aunque la Fundación no descarta aceptar documentos de otros intérpretes, para que este proyecto, que impulsará la publicación de ensayos sobre el arte jondo, se convierta en un punto de interés para los investigadores de Mario Maya "y del flamenco en general".

En el apartado de la divulgación, la Casa-Museo de Mario Maya será un eje determinante desde el que se mostrarán, a través de una exposición permanente y de servicios audiovisuales, la historia profesional del cordobés. Objetos personales, trajes de baile, fotografías y carteles estarán entre las pertenencias que se exhiban en este recinto.

El área de igualdad y derechos humanos, cuyas actividades coordinará la otra hija del bailaor, Ostalinda Maya, con una larga experiencia en este ámbito, se marca como objetivo "la mejora de la situación de la comunidad gitana, en particular de las mujeres". Algunas de las propuestas que se barajan son una investigación de las letras flamencas desde una perspectiva de género o la preparación de un informe sobre la mujer gitana en España para el Comité de la Mujer de las Naciones Unidas.

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