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El proyecto Arte y Ciencia destaca la “curiosidad” como nexo de ambas disciplinas

La Facultad de Bellas Artes y la Academia Sevillana de Ciencias buscan las relaciones entre ambos campos.

¡Qué me gusta una bulla!

María Ríos, una de las merecedoras del I Premio Arte y Ciencia, posa con los diplomas del equipo ganador. / José Luis Montero

Cuando la actual junta directiva de la Real Academia Sevillana de Ciencias (RASC) empezó su andadura, recuerda el presidente de la institución, Miguel Ángel de la Rosa, quiso acercarse a otras disciplinas “que a primera vista podrían parecer distintas y distantes” y se puso en contacto con la Facultad de Bellas Artes, en cuyo equipo, en la profesora María José García del Moral y en el decano Daniel Bilbao entre otros, encontraron los integrantes de la Academia una “inesperada sintonía”. Los científicos y los artistas, coinciden los promotores de esta alianza, tienen en la “curiosidad” el motor que los impulsa hacia delante, y figuras ancestrales como el chamán o creadores que no encerraban su saber en una sola parcela como Leonardo Da Vinci demuestran, en opinión de Daniel Bilbao, que el hermanamiento entre materias que hoy se antojan enfrentadas fue fecunda durante siglos.

Para retomar este diálogo, la RASC y la Universidad de Sevilla idearon el Proyecto Arte y Ciencia, un empeño de resaltar la creatividad de ambos campos que se ha traducido en varios coloquios y en una exposición que parte de una premisa singular. “Surgió la idea de estudiar la apoptosis, la muerte celular programada”, cuenta Raquel Barrionuevo, comisaria de la muestra junto a Laura Nogaledo y coordinadora del Proyecto Arte y Ciencia junto a Nogaledo y Alejandra Guerra, “hacer una investigación y representarla desde la pintura, la escultura y otras plásticas artísticas”. Docentes de la facultad, estudiantes de doctorado y participantes en la Mención en Nuevas Tecnologías dieron forma a las obras que se exhiben en La inmolación de las células, una exposición que ha visitado el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt) de La Coruña de julio a noviembre y que se verá a partir de enero en Jerez de la Frontera, en los Claustros de Santo Domingo.

Un acto presidido por el rector de la Universidad de Sevilla Miguel Ángel Castro celebró ayer los primeros frutos de esta colaboración y entregó el I Premio Arte y Ciencia a la obra Bug, de la que son autores Pablo González, Carlos Mendoza, María Ríos y Raquel Vázquez y que en opinión del jurado “representa una síntesis excepcional entre los campos del arte y la ciencia, combinando innovación conceptual y rigor técnico con una sensibilidad estética única, lo que la convierte en un ejemplo destacado del diálogo entre ambas disciplinas”.

Raquel Barrionuevo, Laura Nogaledo y Alejandra Guerra, coordinadoras del Proyecto Arte y Ciencia. / José Luis Montero

No ha sido fácil la decisión del tribunal, indicó Alejandra Guerra al leer el fallo, en el que se resalta “la calidad, originalidad y profundidad conceptual de los trabajos”, que demuestra “el talento y compromiso de los participantes con el espíritu interdisciplinar del premio”.

María Ríos, que recogió el premio en nombre de sus compañeros, detalló que la obra ganadora, Bug, debe su título a un término informático –un error en el software que provoca un resultado incorrecto– que los creadores toman “como una metáfora de la inmolación de las células”. La investigación del cáncer, pero también la influencia de la ciencia-ficción y los agujeros negros y los agujeros de gusano, inspiran la pieza galardonada.

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