Los escollos del cine de denuncia

Las chicas de la estación | Crítica

Una imagen de 'Las chicas de la estación', de Juana Macías.
Una imagen de 'Las chicas de la estación', de Juana Macías.

La ficha

** 'Las chicas de la estación'. Drama, España, 2024, 115 min. Dirección: Juana Macías. Guion: Isa Sánchez, Juana Macías. Fotografía: Guillermo Sempere. Música: Isabel Royán. Intérpretes: Julieta Tobio, Salua Hadra, María Steelman, Carla Gris, Elena Gallardo.  

Basada en un caso real de prostitución de menores destapado en Mallorca en 2018, Las chicas de la estación se propone como cine educativo y de denuncia, con todos los problemas que eso suele acarrear. La denuncia está clara: cómo algunas chicas con problemas o en determinados ambientes son presas fáciles para acabar en la prostitución. El mensaje educativo también: se puede salir de ese círculo de autodegradación y explotación siempre que se tome conciencia y se denuncie a tiempo.

Con tan claros mensajes y un puñado de canciones urbanas para el paisaje de barrio, Juana Macías (Embarazados, El favor, Bajo el mismo techo) le da protagonismo y voz propia a tres amigas de apenas 15 años en su día a día en el centro, con sus respectivos problemas familiares (el origen del mal) y en sus continuas salidas y escapadas para pasárselo bien o, llegado el momento de la necesidad económica, para practicar sexo rápido en los sucios servicios públicos de una estación de Palma

Por momentos más cerca de un videoclip de Rosalía que de un filme como La maternal, la película no articula del todo su arco dramático ni ahonda en los matices de esa relación a tres bandas. Tampoco consigue escapar del retrato generacional superficial, cierta mirada moralizante y el dibujo a trazo grueso de un mundo adulto de padres irresponsables y violentos, trabajadores sociales de teleserie y depredadores de mirada rijosa de distinta clase, edad y condición. El supuesto desparpajo y naturalidad de sus tres actrices debutantes tampoco termina de cuajar en pantalla como valor añadido.  

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