ROSS. Gran Sinfónico 4 | Crítica
La ROSS arde y vibra con Prokófiev
john axelrod. director artístico de la ross
Sevilla/John Axelrod (Houston, Texas, 1966) asegura no haber perdido ni una chispa de la apabullante ilusión con la que asumió en 2014 la dirección artística de la Sinfónica de Sevilla (ROSS) que antes ocupara el madrileño Pedro Halffter, ahora exclusivamente al frente del Teatro de la Maestranza. Axelrod parece haber encajado con deportividad el revés mayúsculo que ha supuesto para su proyecto la deuda que asfixia al conjunto sevillano. Y si hasta hace poco presumía de ser el único director orquestal que había liderado el departamento de rock de una discográfica (la multinacional BMG) y fundado un próspero negocio de vinos (en California), ahora puede volver a hacer historia pues está dispuesto a convertirse en el próximo gerente de la ROSS, cargo vacante desde la marcha de Remedios Navarro el año pasado y para el que podría ser elegido en los próximos días.
-Nunca antes el director artístico de la Sinfónica de Sevilla ha sido también su gerente. ¿Qué ofrece John Axelrod para solucionar el problema económico que afronta la ROSS y la caída en la cifra de abonados?
-Me gustaría y estoy preparado para ser el nuevo director gerente de la ROSS pero deben ser las instituciones las que me lo pidan. Y desde luego me gustaría trabajar con el nuevo gerente del Maestranza, Antonio Garde, un profesional con mucha experiencia, gentil y dialogante. Considero que orquesta y teatro deben tener gerencias separadas porque son dos organizaciones muy diferentes. Creo que conozco las necesidades de la ROSS mejor que nadie en este momento y hay demandas urgentes que deben ser atendidas, por ello he solicitado un plan de estabilidad económica para los próximos tres años. Mi proyecto pasa por que, desde este mismo año, la ROSS salga del Maestranza con mayor frecuencia, y que actúe en Fibes, el Auditorio de Ingenieros, el Espacio Turina, el Teatro Lope de Vega... Tenemos que incrementar nuestra visibilidad, atraer nuevos públicos y captar nuevos ingresos. Pero para lograr esos patrocinios privados es esencial la solvencia económica. El apoyo institucional debe ser sólido, no puede haber déficit. Si ofreces calidad, ganas, eso lo veo a diario en los dos clubes de la ciudad, el Betis y el Sevilla. En el caso de la orquesta, la calidad es indisociable del compromiso económico.
-La anterior gerente del Maestranza y la ROSS, Remedios Navarro, ya solicitó ese plan de estabilidad pero no obtuvo respuesta. ¿Qué le hace pensar que ahora puede lograrse tal compromiso?
-La Unesco decretó que Sevilla es una de las principales ciudades musicales del mundo y, si los dirigentes mantienen la ROSS al máximo nivel, podrán beneficiarse de esa marca para promocionar la capital a todos los niveles: turístico, educativo, cultural, económico, social. Me he reunido muchas veces con el alcalde, Juan Espadas y confío en él, en el delegado Antonio Muñoz y la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, porque han sabido reconocer la valía artística y la calidad de la ROSS. Ahora es preciso que Ayuntamiento y Junta aseguren ese plan de estabilidad para que los apoyos privados lleguen, pues si la formación está en permanente bancarrota nadie se atreverá a patrocinarla. Creo que lo vamos a lograr, tengo fe en estos políticos que he citado y en Antonio Garde, creo que al fin estamos mirando todos en la misma dirección.
-¿No ha sentido deseos de tirar la toalla cuando ha visto a la ROSS al borde de la disolución durante dos años consecutivos?
-No. Soy más valiente ahora que cuando llegué, aunque evidentemente mi trabajo aquí habría arrancado de otro modo si hubiera conocido antes de venir el problema económico, que fue una completa sorpresa para mí. Pero hubiera venido de todos modos. Ahora sé cómo trabajar para alcanzar los objetivos que me he marcado y le aseguro que la ROSS cuenta con el mejor ambiente y la mejor atmósfera de los últimos diez años. Y eso se ha intensificado desde la llegada del nuevo gerente del Maestranza, que ha mostrado una actitud absolutamente colaboradora. Tenemos que ser socios de primera mano, somos la orquesta oficial y en residencia del Maestranza, y eso requiere que el teatro reconozca la importancia de la ROSS del mismo modo que lo hace con la ópera, el Coro o la Orquesta Barroca de Sevilla, organizaciones con las que colabora habitualmente. El modelo económico de los últimos años ha fallado claramente y las instituciones deben ser capaces de trabajar por el beneficio de todos, lograr que se vea a la orquesta como un socio ganador, como inversión y no como gasto. Creo que con Antonio Garde tenemos un interlocutor estupendo para ir hacia adelante y conseguir patrocinios para el Teatro y la ROSS desarrollando ideas imaginativas juntos. Veo una ventana de oportunidades como nunca antes en la historia de ambas instituciones, al menos en los últimos tres años.
-¿Qué programación ha diseñado para fidelizar al abonado e interesar a las nuevas audiencias?
-En la próxima temporada completaremos el ciclo de Beethoven y dedicaremos otros a Mozart, Schumann y Brahms, pues creo que el gran repertorio es el campo de entrenamiento de una orquesta para dar el salto a los más altos niveles. En 2018 se celebra además el centenario del nacimiento de mi maestro, Leonard Bernstein, el compositor y director americano más importante del siglo XX, y seremos la orquesta europea que mejor lo celebrará. La ROSS será el epicentro europeo del centenario gracias al gran acuerdo que preparo con la familia del compositor. Le avanzo que tendremos en Sevilla a su hija Jamie Bernstein participando en el homenaje y en un proyecto sinfónico donde mostraremos cómo Bernstein se relacionó con la tradición, poniendo de relieve la huella de maestros como Beethoven y Béla Bartók en su obra.
-En los últimos meses, que coincidieron con un período de movilizaciones y gran inestabilidad a causa del déficit, la gestión de la ROSS la asumió su responsable económico, Rafael Soto, cuya labor ha sido muy bien valorada. ¿Qué plus aporta usted a un trabajo tan distinto del artístico?
-Hay que ser inteligentes con el presupuesto pero lo más importante es lograr la solvencia económica, el acuerdo para que no volvamos a estar en los próximos tres años en bancarrota económica. El sistema ha fallado porque hasta ahora dabas un paso adelante y dos atrás por culpa de ese déficit. Desde junio no tenemos gerente y efectivamente Rafael Soto es un maravilloso gestor, competente y experimentado, pero el bienestar de la organización precisa no sólo de habilidades financieras, jurídicas y de gestión, demanda además visión y liderazgo. Cada organización necesita un líder para que todos sus integrantes vayan en la misma dirección. Hay déficit porque en el fondo no hay una visión de lo grande que puede ser este proyecto orquestal, de hasta dónde puede llegar en su beneficio a la comunidad. Y por eso creo que además de director artístico estoy capacitado para ser el gerente de la ROSS, para lograr ese acuerdo con las instituciones y atraer patrocinios y apoyos muy diversos, no sólo locales sino también nacionales e internacionales.
-¿Qué empresas y colectivos cree que podrían apoyar a la ROSS si usted fuera designado gerente?
-Pienso en empresas como Airbus, clubes de fútbol como Sevilla y Betis, congresos, colegios profesionales, ONG diversas e individuos interesados en el tipo de experiencia que la ROSS puede ofrecer... Hay que convencerlos del deber social pero también del beneficio que les reportará colaborar con esta formación que, con todo el respeto a las demás, es la primera orquesta andaluza del mismo modo que el Maestranza es la tercera casa de ópera española. Me gusta trabajar para que todos, y no sólo los músicos, también los patrocinadores, los políticos y los melómanos, saquen el potencial que tienen. Me considero una persona que sabe inspirar, animar y tutelar a la gente, una especie de coach o entrenador.
-Ha hablado de visibilizar más a la ROSS fuera del Maestranza. ¿Piensa también aumentar su actividad e incluso el número de óperas en que participa?
-Mi objetivo es hacer a la ROSS lo más flexible posible para atraer a nuevos públicos y al mismo tiempo lograr la máxima calidad artística para satisfacer la demanda del público más exigente. Quiero demostrar que la ROSS es una orquesta flexible capaz de tocar clásica, barroca, ópera, jazz, contemporánea, ballet, música de cine... La ROSS es una parte esencial de la comunidad, un agente relevante, y sí, tendría que haber más funciones operísticas puesto que hay tanta demanda. Pero tenemos que ser muy serios, las grandes orquestas internacionales son orquestas donde los músicos no tienen un contrato temporal, sino que están plenamente vinculadas a la organización, como ocurre en Viena, Amsterdam o Chicago. Esas formaciones tienen un sistema de apoyos que les permite contar con grandes solistas y aquí no sólo no podemos hacer grandes fichajes sino que nos cuesta completar los huecos en la plantilla. Mi estrategia pasa por que la Sinfónica de Sevilla incremente su productividad, su presupuesto, su impacto y su calidad, no pasa por recortar. Debemos encontrar la oportunidad de poder dar lo máximo, necesitamos atraer a los mejores solistas para lograr la máxima excelencia en la interpretación de las obras de Beethoven o Brahms, pero no podemos traer a ninguno si no hay solvencia económica. Fui contratado para dar una visión artística pero me he dado cuenta de que no puedo desarrollarla si no se soluciona lo económico, y por eso quiero asumir este reto. Tengo un proyecto pero me ha costado un año y medio sentar a todos en la misma mesa y poder mirar en la misma dirección.
-¿Qué le ha parecido el nombramiento del maestro Pablo Heras-Casado como director del Festival de Música y Danza de Granada?
-El de Heras-Casado ha sido un fichaje fantástico. Creo que su proyecto artístico es excelente y que sin duda internacionalizará el festival granadino.
-La compositora sevillana y flamante Medalla de Andalucía Elena Mendoza acaba de estrenar en el Teatro Real La ciudad de las mentiras. ¿Ha visto la ópera? ¿Programa la ROSS suficiente música contemporánea?
-No he podido asistir pero he oído buenas críticas. Aunque nunca sabes lo relevante que será una música dentro de 50 años, sólo si participamos en la creación actual estaremos presentes en la posteridad. Pero también debemos ser cautos. Muchas orquestas se sienten obligadas a programar música contemporánea pero los abonados no se sienten atraídos por ella. Me gustaría crear una mesa de debate, un foro donde participen músicos, críticos, compositores, medios de comunicación, gestores y profesores; una especie de think tank donde podamos conversar tranquilamente sobre la música más actual, identificar las voces más interesantes y ver cómo podemos contribuir a que se escuchen ahora y en el futuro.
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