Premios de la Fundación Lara: ilustrados, guerras y padres. Elogios y reproches
Libros
David Félix Fernández presenta la obra con la que ganó el Domínguez Ortiz de Biografía y José Jurado Morales el libro que le ha valido el Manuel Alvar de Estudios Humanísticos
El pasado lunes, en la sede de la Fundación Cajasol de Sevilla, se presentaron las obras ganadoras de los premios Antonio Domínguez Ortiz de Biografía y Manuel Alvar de Estudios Humanísticos, con presencia de los autores ganadores, el barcelonés David Félix Fernández Díaz y el gaditano José Jurado Morales, representantes de ambas fundaciones –Pablo Morillo, director de la entidad que convoca los premios, Fundación José Manuel Lara y Gloria Ruiz en representación de Antonio Pulido, presidente de Cajasol–, y miembros del jurado, Jacobo Cortines, Alberto González Troyano, Antonio Cáceres e Ignacio Garmendia, que a su vez también es el editor de las publicaciones. Para este último, las obras ganadoras de esta convocatoria cuentan con un valor añadido, al tratarse "de la biografía más completa de Moratín publicada hasta ahora, realizando una descripción del personaje muy alejada de los tópicos habituales", en referencia al texto firmado por David Félix Fernández, y "por la mirada pura y sosegada, en este tiempo tan dado a los enfrentamientos", en alusión a a la obra de José Jurado.
Para la mayoría, Leandro Fernández de Moratín es el autor de El sí de las niñas, un texto muy vinculado a nuestro sistema educativo durante varias generaciones. Sin embargo, tanto personal como literariamente, el autor madrileño fue un personaje muy activo e implicado en la sociedad que le tocó vivir (Madrid, 1760– París, 1828), dejando tras de sí un extenso y variopinto legado que así lo atestigua. El profesor David Félix Fernández Díaz, en Leandro Fernández de Moratín. El ilustrado errante, se acerca hasta la vida y obra de este autor con la pretensión de ofrecer una biografía "total y global", haciendo acopio y demostrando la veracidad de las palabras de Benito Pérez Galdós, en referencia al dramaturgo madrileño: "La vida de Moratín es tan interesante como sus obras. Pocos hombres han existido que hayan tenido en su existencia cambios tan grandes y peripecias tan dramáticas".
Encasilla David Félix Fernández Díaz a Moratín en ese grupo de intelectuales "dolientes de España, precisamente por el amor que sentía hacia su país, y que transforma en desgarro cuando se encuentra en el extranjero, en Francia. Como ilustrado convencido, creía que España tenía solución, si se acometían las reformas necesarias, tal y como se puede comprobar en buena parte de su correspondencia", asevera el profesor catalán. "España, de la que tiene una visión muy completa, es el amor de su vida, pero también el desamor, incluso cuando tiene que marcharse", precisa Fernández Díaz. "Cuando hablamos de Moratín, hablamos de teatro neoclásico, de la Ilustración, de un periodo literario entre el Barroco y el Romanticismo que ha silenciado a numerosos autores con una obra, como en el caso de este autor, de gran calidad", esgrime el premiado autor. David Félix Fernández no duda en calificar al autor de El sí de las niñas, siempre interesado por la política de su tiempo, "como un moderado y reformista, que rehuía de los extremos y del fanatismo".
Recuerdos, dolor y creación se dan citan en Soldados y padres. De guerra, memoria y poesía, del catedrático de Literatura de la Universidad de Cádiz, José Jurado Morales, en este estudio que ha sido reconocido con el Premio Manuel Alvar. A través de la obra de nueve autores –Joan Margarit, Jane Durán, Jorge Urrutia, Jacobo Cortines, Miguel d’Ors, Pere Rovira, Andrés Trapiello, Antonio Jiménez Millán y Julio Llamazares–, Jurado Morales reúne los recuerdos que estos conservan sobre la relación que sus padres mantuvieron con la Guerra Civil, con la característica común de que todos ellos estuvieron en el frente de batalla, en uno u otro bando. A partir de estos recuerdos, correspondientes al ámbito de lo privado, el autor gaditano establece una conexión con "el sentimiento colectivo y social", ya que "quienes comienzan recordando a su padre soldado terminan pensando en España, algo que van incorporando en sus obras", argumenta.
Arranca José Jurado Soldados y padres con la siguiente afirmación: "Hay muchas formas de contar la Guerra Civil española de 1936. Esta es una de ellas". Es muy significativa en la obra de uno de los autores compilados, Joan Margarit, la figura del "padre soldado", que fue una constante sombra en los poemas del catalán, a través de una percepción que fue cambiando a lo largo de los años, "algo común en la mayoría de las autores", matiza el investigador gaditano. Esta percepción cambiante de los autores seleccionados, está muy presente en el poeta sevillano Jacobo Cortines, que "ni elogia ni reprocha", algo que se muestra nítidamente en el extenso poema Carta de junio. Para José Jurado, "todos tenemos un recuerdo vinculado a la Guerra Civil, bien porque nos lo ha contado nuestro padre, abuelo, tía o un conocido". Y en cuanto a la elección de los autores, el profesor gaditano precisó que "opté por poetas porque la poesía obliga a la síntesis y la concreción, a elegir recuerdos y situaciones muy concretas". Los propios autores estudiados, o sus familias, aportan fotografías privadas, que se pueden contemplar en la parte final del libro. Entre ellas, las del poeta sevillano Jacobo Cortines, presente en el acto, una de las cuales ha servido para ilustrar la portada del volumen.
Leandro Fernández Moratín. El ilustrado errante y Soldados y Padres surgen, en ambos casos, aunque abordando temáticas y personajes diferentes, tras un meticuloso proceso investigador, algo que destacó y reivindicó el profesor de la Universidad de Cádiz, José Jurado, al considerar la investigación, "en cualquiera de sus abordajes, como un hecho esencial en nuestra evolución cultural", de ahí que subrayara la importancia de estos galardones de la Fundación José Manuel Lara, en colaboración con al Fundación Cajasol –Manuel Alvar y Antonio Domínguez Ortiz–, ya que "son muchos los investigadores que permanecen en la sombra, porque son muy pocos los premios a los que podemos acceder y debemos elogiar los que hay".
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