Precuela con aroma de franquicia

UN LUGAR TRANQUILO: DIA 1 | CRÍTICA

Los actores Lupita Nyong'o y Djimon Hounsou. / D. S.

La ficha

*** 'Un lugar tranquilo: Día 1'. Terror, EE UU, 2024, 100 min. Dirección: Michael Sarnoski. Guion: Michael Sarnoski. Fotografía: Patrick Scola. Música: Alexis Grapsas. Intérpretes: Lupita Nyong'o, Joseph Quinn, Alex Wolff, Djimon Hounsou, Elijah Ungvary, Thea Butler.

En 2018 con Un lugar tranquilo John Krasinski logró la perfecta carambola de triunfar en taquilla y recibir excelentes críticas. Su originalidad, inteligencia, rigor y sobriedad la incluyeron entre las mejores películas de terror de lo que llevamos de siglo XXI. Como en cine el éxito suele ser algo muy parecido a una condena a la repetición o el estiramiento, dos años después el director rodó Un lugar tranquilo 2 con resultados lógicamente no tan sorprendentes, pero sí muy estimables. Ahora, pasados seis años de la primera y cuatro de la segunda, ha caído en la tentación de la precuela, dejando la dirección en manos de Michael Sarnoski, quien tiene como aval solo un largometraje, la interesante Pig.

Quizás sea un error -casi seguro que sí- exprimir por tercera vez el limón de aquella gran película. Quizás sea un error -casi seguro que sí- recurrir a la manida precuela para no tener que devanarse los sesos imaginando el devenir de la historia. Lo que de seguro es un error es que Krasinski no la dirija. Las dos primeras entregas -sobre todo la primera- eran tan personales que exigían, en el caso de que se incurriera en el estiramiento de la idea, la presencia de su director en la tercera. Y ello por la cuestión siempre más importante en cine: el estilo y el ritmo visual. Sarnoski logra una correcta, incluso buena en algunos momentos, película de terror. Pero alejada del rigor de la puesta en imagen y sonido de Krasinski -con tanto Krasinski y tanto Sarnoski esto parece un diálogo de una película de Lubitsch- y mucho más convencional.

Tiene a su favor el recurso, también muy visto, pero siempre eficaz, del Nueva York devastado por la invasión alienígena -lo que permite espectaculares escenas apocalípticas- y las buenas interpretaciones de Lupita Niong’o (y su gato, que es el mejor creador de suspense) y Joseph Quinn, aunque quizás se exagere el dramatismo de su relación, recurriendo en el caso de ella a elementos que suscitan compasión, para darle algo de sustancia humana. Tiene en su contra su inmersión en los terrenos más trillados del apocalipsis urbano. Y, sobre todo, el recuerdo de sus dos excelentes precedentes. Eso sí, si nos olvidamos de ellos y nos programamos en función franquicia, es un producto más que correcto al que, si le va bien, le seguirán sacando jugo.   

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