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Cultura
El anuncio, la pasada semana, de la marcha de Salomón Castiel de la Secretaría General de Cultura de la Junta de Andalucía por "motivos familiares sobrevenidos" causó sorpresa en el sector: el hombre que entre otros cargos había dirigido el Festival de Cine de Málaga y el Teatro Cervantes se había convertido en el pilar del consejero Arturo Bernal, un gestor que procede del ramo del turismo, en los asuntos culturales.
Castiel, que se había incorporado al puesto en verano de 2022, parecía el relevo lógico a Fernando Francés, su predecesor, al que el entonces consejero de Presidencia Elías Bendodo eligió para que "repitiera en toda Andalucía el milagro de la transformación cultural que había tenido lugar en Málaga". Francés dimitió apenas seis meses después de ser nombrado, y en una carta expresó sus desavenencias con la Administración, pero la Junta encontró en Castiel un recambio para insistir en el modelo del milagro malagueño.
El cese de Castiel se produce rodeado de controversia, después de que desde el PSOE-A se pidiera que presentara su declaración de bienes y se le haya vinculado con un "entramado de empresas" culturales a las que la Consejería "riega con contratos a dedo", como ha denunciado el parlamentario Rafael Recio, que calificó a Castiel como "adalid de la mercantilización cultural".
A este respecto, el consejero de Turismo, Cultura y Deporte Arturo Bernal declara a este periódico que "no entiendo que uno pueda calumniar e injuriar abiertamente a altos cargos del Gobierno autonómico, lanzar acusaciones veladas en sede parlamentaria sin ninguna sola prueba. Yo ya le he dicho al señor Recio que si puede demostrar que se incumple la ley vaya al juzgado, y yo mismo le acompaño si tiene pruebas. Es la típica estrategia de atacar a alguien para destruir su reputación sin importar si lo que se cuenta es la verdad", manifiesta Bernal.
Los críticos con el ya ex secretario general de Cultura, un cargo en el que ha tomado el testigo José Ángel Vélez, hasta ahora delegado de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte en la provincia de Almería, apuntan que Castiel ha desarrollado en su año y medio en la Junta una política más interesada en el impacto de los grandes eventos que en la atención y el cuidado por los profesionales y el tejido de la comunidad. Su apuesta por traer a Andalucía los Grammy Latino se percibe desde la oposición como un símbolo de la tendencia que ha caracterizado a su departamento, que ha buscado la jugada más mediática y el golpe publicitario frente a la labor callada y discreta de respaldar a los creadores locales.
"A Salomón Castiel le gusta la Primera División, la Champions, los campeonatos de élite", asegura un representante de las artes escénicas consultado por este periódico, que conoce bien su gestión anterior en Málaga. "No sabe trabajar con el tejido local: en el Teatro Cervantes, cuando era director, las compañías malagueñas estaban prácticamente vetadas, y lo mismo ocurría en lo programado en La Térmica: lo que interesaba venía de fuera".
Bernal asegura que en su departamento hicieron "una ronda de reuniones sectoriales en cada provincia en las que los agentes de cada sector nos ayudaron a configurar un plan que es el que estamos llevando adelante", señala el consejero. "¿Sabe qué siento? Que nos han mirado con muchos prejuicios, que desde el principio nos veían a Salomón y a mí como dos señores de Málaga incapacitados para la cultura, y eso es injusto".
"Traerse aquí los Latin Grammy no me parece una cuestión menor", continúa Bernal. "Fue un trabajo importante que hubo que hacer en diferentes etapas y que implicó a muchas personas. Es la primera vez que los Latin Grammy se celebran fuera de EEUU. ¿Es que eso no es un privilegio para Andalucía? ¿No es un reconocimiento para la ciudad de Sevilla?".
Entre las actuaciones de Castiel que se han mirado con lupa está la subida en un año de 10.000 a 120.000 euros que tuvo la aportación al festival Escribidores, organizado junto a la Cátedra Vargas Llosa, de cuyo consejo es miembro y que Rafael Recio define como una "productora de ideas muy conservadoras". También en el campo literario Castiel fomentó las presencias estelares: bien con este festival o con el Centro Andaluz de las Letras ha traído a España a autores internacionales como los norteamericanos Bret Easton Ellis y Richard Ford o el francés Pierre Lemaitre.
Desde la Cátedra Vargas Llosa desmintieron esta semana en un comunicado que "el señor Castiel haya mantenido relación laboral o recibido retribución de cualquier naturaleza de la Cátedra", y expusieron que la presencia de autores de procedencias y convicciones "tan diversas" como "Isabel Allende, Joyce Carol Oates, Mircea Cartarescu, Leonardo Padura, Javier Cercas, Eduardo Mendoza, Gioconda Belli o Leila Guerriero demuestra la apuesta por la pluralidad de Escribidores".
Cultura, con Castiel en el equipo, ha ayudado a desplegar la alfombra roja del South International Series Festival, una cita que en su primera edición patrocinó con algo más de un millón de euros. El desembolso de 1,71 millones para la celebración del Paco de Lucía Legacy, un festival que conmemora en Nueva York el décimo aniversario del guitarrista, hizo levantar la ceja a más de un aficionado cuando el Flamenco Festival de EE UU, una cita que lleva 23 años organizando Miguel Marín y un referente de la divulgación de lo jondo en el mundo, no cuenta con el apoyo de la Junta. Según ha podido saber este periódico, los conciertos ofrecidos en el Paco de Lucía Legacy han sido grabados y tendrán una nueva vida comercial como "productos derivados".
También en la Gran Manzana, Castiel y el que era su equipo patrocinaron asimismo con 2 millones de euros la presentación en Málaga y en Nueva York del Espacio Sohrlin, un proyecto de escuela promovido por Antonio Banderas que quiere "poner en valor todas las profesiones relacionadas con el entretenimiento cultural". Ejemplos, como lamenta Recio, de la "política de grandes eventos, de la mercantilización de la cultura y de quitar oxígeno al ecosistema cultural de Andalucía".
Unas observaciones que Bernal rebate señalando algunas actuaciones de su Consejería, como la inversión en festivales de cine, música y danza "con una dotación global de 871.200 euros y alrededor de 300.000 asistentes" en varias provincias andaluzas; el "fortalecimiento" del Centro Andaluz de Fotografía, el "impulso" del Centro Andaluz de las Letras o la "actualización y crecimiento de la Red Andaluza de Teatros Públicos. El presupuesto total destinado en los último años se ha incrementado desde 2019 en un 38,6%", defienden desde la Junta.
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