La política americana, según la mirada de George Clooney

Si algo no se le puede negar a George Clooney, es ambición. Ha conseguido romper su imagen de guapo oficial con una carrera dirigida con una inteligencia que no es frecuente en la disparatada Meca del Cine, demasiado presa en los últimos tiempos de la cuenta de resultados. Como actor, sabe ir entre proyectos comerciales con clase (como su asociación con otro inquieto como Steven Soderbergh, que dio títulos como la saga de Danny Ocean) y películas más personales como Syriana, que le valió un Oscar por su arrepentido agente de la CIA. Pero como productor y director se ha mostrado más lanzado. En Confesiones de una mente peligrosa no tuvo empacho en unirse al personalísimo guionista Charlie Kaufmann y en Buenas noches y buena suerte mostró una postura liberal digna del cine americano de los 70 que ya no se estila. Con Jugando sucio no le fue tan bien, pero se ha resarcido tras la cámara con el film que se estrena hoy viernes, Los idus de marzo, que vio su guión finalista a los recientes Oscar. Junto con su candidatura como intérprete por Los descendientes, se demuestra el buen momento que vive Clooney actualmente.

De algún modo, Los idus de marzo recupera el estilo de Buenas noches y buena suerte. Es un film modesto, de unos escasos nueve millones de euros. Su puesta en escena es sobria y se acentúa su dependencia de los estimulantes thrillers políticos de los 70, con Todos los hombres del presidente a la cabeza. Se basa en una obra teatral escrita por Beau Willimon, donde recogía sus experiencias tras trabajar en 2004 en la fracasada campaña de Howard Dean, uno de los aspirantes demócratas a las presidenciales de ese año. Se planificó el rodaje para 2008, pero ese año la irrupción del ciclón Obama hizo que se aplazase. Y es que la esperanza que suscitó el actual presidente planteó a los responsables de Los idus de marzo que un film tan cínico sobre el sistema electoral norteamericano no sería bien recibido. Que cuatro años después haya sido retomado puede ser un indicador del apagón sufrido por las expectativas de Obama.

Ha habido significativos cambios respecto a la obra original. El mayor es que Mike Morris, el gobernador que centra toda la trama, no aparecía en el texto, pero en el film sí, encarnado por el propio Clooney, quien no tiene miedo de poner en peligro su estrellato rodeándose de un gran elenco: Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Evan Rachel Wood y sobre todo el verdadero protagonista de la función, Ryan Gosling, aún reciente su extraordinario trabajo en Drive. Él da vida a un brillante cerebro de la comunicación que ocupa un lugar destacado en el equipo de campaña de Mike Morris, gobernador aspirante a la Casa Blanca. Durante las primarias de Ohio, celebradas el 15 de marzo (de ahí el título del film), el asesor se ve tentado por el jefe de campaña del principal oponente de Morris con un suculento puesto. A la vez, se siente atraído por una de las becarias que trabaja allí. Pero lo peor será que un importante secreto saldrá a la luz durante la jornada, obligando al joven a tomar una decisión, afrontando el viejo dilema de escoger entre la verdad y la moralidad o el interés. Curiosamente, George Clooney es de estos actores cuyas aspiraciones a la presidencia se rumorean de vez en cuando. De ser así, Los idus de marzo pueden ser para él un ensayo general.