En Pixar menos sigue siendo mucho

DEL REVÉS 2 | CRÍTICA

Los protagonistas de la cinta 'Del Revés 2' / D. S.

La ficha

**** 'Del Revés 2'. Animación, Estados Unidos, 2024, 100 min. Dirección: Kelsey Man. Guion: Meg LeFauve, Dave Holstein. Fotografía: Brian Rigney Hubbard, Derek Wiesehahn. Música: Andrea Datzman.  

El problema de lo rompedor, novísimo y original que alcanza la altura de lo genial abriendo nuevos horizontes al cine conlleva el problema de que prolongarlo con una continuación es casi un imposible. Pixar lo logró con las sucesivas entregas de Toy Story, pero el desafío que la primera planteó y su originalidad -siendo enormes hasta el punto de suponer un antes y un después en la historia de la animación- no pueden compararse con lo que supuso Del revés al dar forma a las emociones y desarrollarse a la vez en la vida externa y en el cerebro de su infantil protagonista. El factor que aquí se utiliza es el mismo que sirvió para prolongar Toy Story: el crecimiento y los cambios que conlleva. Si en aquella el paso de la infancia a la adolescencia de su protagonista humano cambiaba necesariamente su relación con los verdaderos protagonistas de todas las entregas, que son los juguetes, y se incorporaban nuevas criaturas -como el oso Lotso o Forky- que igualaban, si no superaban, la gracia, originalidad y encanto de la primera entrega, aquí es también el crecimiento de la pequeña protagonista, y su paso a la adolescencia, lo que provoca que nuevas emociones entren en escena desestabilizando a las de la infancia. Pero las criaturas de la primera entrega no se superan ni siquiera se igualan.

Han pasado un par de años y las emociones conocidas se han de enfrentar a las nuevas inquilinas que llegan al cerebro de la ya no tan pequeña Audrey, traídas por los cambios físicos y emocionales de la pubertad. Al maravilloso quinteto de las emociones infantiles Alegría, Tristeza, Miedo, Asco e Ira que el genio de la película anterior convertía en personajes con tanto acierto que, viviendo más allá de la pantalla se han convertido en iconos que los identifican, se añaden, de forma para ellos perturbadora, las de Ansiedad, Vergüenza, Envidia y Aburrimiento como nuevos personajes no en todos los casos tan perfectamente caracterizados en cuanto al trazo y al color como los primeros, excepción hecha sobre todo de Aburrimiento, que en mi opinión supera a la más presente Ansiedad en sus trifulcas con Alegría; es un personaje que parece creado fundiendo a Juliette Greco con la bohemia, alta, delgada y lacia pintora tocada con una boina francesa que en el principio de 101 dálmatas pasea con un galgo ruso (las bromas francesas -Ennui se llama este personaje- aconsejan ver la película en versión original por el extraordinario doblaje/interpretación que del él hace con acento francés Adèle Exarchopoulos).

Sumar más personajes/emociones siguiendo el crecimiento de la protagonista que va dejando atrás su infancia era el único camino posible para estirar Del revés, lo que no quiere decir que sea el mejor. Quizás era una película sin secuela posible. Lo que no significa que esta nueva entrega no sea inteligente, inventiva, técnicamente perfecta y, por supuesto, divertidísima. Hay grandes hallazgos, además de Ansiedad y sobre todo Aburrimiento/Ennui, como el homenaje a los locos dibujos animados clásicos, la breve aparición de Nostalgia o algunas visualizaciones de procesos mentales complejos, creencias o valores incluidos. Pero no puede lograr el imposible de igualar a la primera. Aunque no olvidemos que estamos en Pixar, donde menos sigue siendo mucho.   

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