¡Qué pereza!
Juega o muere | Crítica
La ficha
* ‘Juega o muere’. Terror, EE UU, 2023, 75 min. Dirección: Eren Celeboglu, Ari Costa. Guion: J.J. Braider, Eren Celeboglu, Ari Costa. Música: Alex Belcher. Fotografía: Ricardo Diaz. Intérpretes: Natalia Ayer, Asa Butterfeld, Keith David, Annabeth Gish, Benjamin Evan Ainnsworth.
¿Hasta cuándo, catilinas de la producción, abusaréis de nuestra paciencia contando una y otra historias de adolescentes que van donde no hay que ir, se meten donde no deben y cogen lo que no debe cogerse, desatando demoníacos horrores? Esta vez los chavales descubren en una casa abandonada una daga que tiene como bonus extra la maldición de desatar una fuerza maligna que les poseerá, obligándoles a jugar a siniestros juegos infantiles pervertidos en los que la apuesta es la muerte.
Que quienes producen esta película produjeran hace dos años Elige o muere -en el que la daga era sustituida por un juego de ordenador- es lo propio de este machacar argumentos hasta dejarlos sin jugo y sin pulpa, pura cáscara. En este caso, además, los chavales debían estar avisados porque son de Salem, la ciudad de las brujas, cuyos ciudadanos deberían estar advertidos de no tocar nada que pueda desatar furias infernales quizás atizadas por los espíritus de las desdichadas que en el siglo XVII allí fueron acusadas y ejecutadas tras ser acusadas de brujería.
Producción modesta y sin interés que por lo menos tiene la cortesía de no exceder los 80 minutos, dirigida sin convicción, sin aptitudes, o sin ambas cosas, por los debutantes Eren Celeboglu y Ari Costa, sorprendiendo tanta desgana, tanta pereza y tan poca originalidad en un primer trabajo que debería ser su tarjeta de presentación.
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