Pedro Tabernero: "Yo era hijo único y hacía de los dos equipos"
Tributo
Pedro Tabernero presenta mañana en el Ateneo de Madrid su último trabajo, 'Real Madrid. El álbum'.
Ochenta cromos de fútbol realizados por la ilustradora Shelley Himmelstein
Una puerta abierta al terror a través de la literatura fantástica
Pedro Tabernero (Sevilla, 1951) era hijo único y en la enorme azotea de su casa de la calle Armenta, entre Tintes y Vidrio, vecino del poeta y académico Jacobo Cortines, jugaba al fútbol como quien lo hace al solitario. "Una portería era del Real Madrid y la otra del Atlético de Madrid. Yo jugaba de los dos equipos pero me hice del Madrid porque era el que ganaba siempre". Y eso que el año que nace, de la quinta del madridista Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte, ganó la Liga el Atlético de Madrid.
Esas escaramuzas de azotea son la génesis de uno de sus trabajos más originales. Real Madrid. El álbum (Grupo Pandora), que Tabernero define como "el primer álbum de cromos abstracto de un equipo de fútbol". Ochenta estampas balompédicas que llevan la firma de Shelley Himmelstein, una artista de Pensilvania a la que el editor conoció en Nueva York. Este Álbum es el cuarto trabajo que hacen juntos: antes, la ilustradora participó en los libros de Tabernero dedicados a la Mentira, Dados cargados (con textos de Emilio Lledó, Alfonso Guerra, Ana Yanguas), una edición de Ocnos de Luis Cernuda (que nace en 1902, el mismo año que el Real Madrid) y la serie gráfica De Osuna y sus olivos.
El Madrid presenta mañana por la mañana a Mbappé en el Bernabeu y Pedro Tabernero y Shelley Himmelstein apadrinarán su nuevo hijo por la tarde en el Ateneo de Madrid. Sigue sin tener ni idea de fútbol, lo cual es muy coherente porque su relación con este deporte sigue siendo muy abstracta. "Los que han visto los dibujos hacen distintas asociaciones. Uno dice que es un córner, otro que DiStéfano regateando a no sé quién, otro un partido contra el Liverpool…".
Vuelve a su infancia, la de hijo único y amplia azotea bajo el cielo de Sevilla, para encontrar un curioso precedente. "De niño, yo coleccionaba cromos de los futbolistas de todos los equipos de Primera División. Era una colección que venía en los estuches de los azucarillos de Catunambú. Yo tenía a los amigos de mi padre buscándome jugadores. Un día encontré en el suelo del bar Catunambú, el de la calle Sierpes, el azucarillo con el futbolista que me faltaba, que ahora no recuerdo su nombre".
Eligió a Shelley Himmelstein porque esta artista descubrió el valor plástico de los Juegos Olímpicos y los Mundiales de Fútbol. Tabernero además se convirtió en seleccionador para encontrar once firmas, once varones de reglamento. Dos de ellos, Miguel Pardeza y Jorge Valdano, jugaron en el Madrid. El segundo ya prologó un trabajo similar. En 2002, año del centenario del equipo de Chamartín, Planeta editó el libro El siglo blanco (Once historias madridistas) con prólogo de Valdano y once escritores entre los que estaban Luis Landero, Luis Mateo Díez, Raúl Guerra Garrido o Javier Reverte. Ese año el Madrid ganó la novena con el gol de Zidane en Glasgow al Bayer Leverkusen. El talismán de Pedro Tabernero ha hecho que dos décadas y dos años después el Madrid haya ganado la décimo quinta Copa de Europa en Wembley a otro equipo alemán, el Borussia Dortmund.
Algunos cuentan cómo se hicieron madridistas: el embajador Inocencio Arias soñaba con parecerse a Zarra y era del Murcia y del Athletic de Bilbao hasta que en Alicante vio un partido de Copa del Generalísimo Hércules-Real Madrid que ganaron los visitantes: dos goles de DiStéfano, dos de Puskas y uno de Luis del Sol. Jesús Bengoechea sucumbió a esos colores (el blanco según Salinas era la quintaesencia de la abstracción) el día que vio entrar a Carlos Santillana en la cafetería de Madrid de la que era asiduo.
Jesús Ruiz señala un precedente artístico del trabajo de Shelley Himmelstein: un cuadro de 1913 de Robert Delaunay, fundador del Simultaneísmo (no confundir con el mítico Marcador Simultáneo Dardo), titulado El equipo, en referencia a un equipo de rugby de Cardiff. La selección la completan periodistas, que por lo general suelen ser futbolistas frustrados antes de convertirse en escritores mediopensionistas: Jorge Bustos, Ignacio Camacho, Ángel Antonio Herrera, Manuel Jabois, Alfredo Relaño y Santiago Segurola.
Escribe Bustos que "hay días, muchos días, en que el Madrid gana por inercia funcionarial como el deber absurdo de un personaje kafkiano". La última Copa de Europa la gana dos días antes del centenario de la muerte de Kafka. Relaño, que cuenta algunos secretos del Madrid de la Quinta del Buitre (el grupo de Bloomsbury de Pardeza) aclara que la expresión miedo escénico la cogió Jorge Valdano de Gabriel García Márquez. El escritor colombiano nace en 1927, igual que Puskas y Kubala. El Madrid eliminó al Manchester City de Guardiola el último Miércoles de Feria, 17 de abril, décimo aniversario de la muerte del autor de Cien años de soledad. El Madrid no necesita literatura. La lleva puesta. Una de las calles que rodea el estadio Santiago Bernabeu es Concha Espina, que por un voto no consiguió el Nobel de Literatura. El que sí obtiene Juan Ramón Jiménez en 1956, el año que el Madrid le gana al Stade Reims la primera Copa de Europa.
El fútbol es abstracto para todos los que no lo entienden. En ese sentido, el público de este álbum es amplísimo. "El Madrid no hay quien lo entienda", titula su colaboración Valdano."Nos falta una teoría. La magia no es una teoría; la leyenda ayuda, pero no alcanza; la afición influye, pero no juega. Tampoco los enemigos ayudan. La suerte, que esgrimen, no suele ser tan obstinada".
La gripe y el regalo de unos tebeos repetidos tuvieron la culpa de que Pedro Tabernero se hiciera editor. En uno de esos tebeos empezó a recortar viñetas con unas tijeras que le dejó su madre y así hizo su primer álbum, su primer acercamiento al cómic, género en el que se convirtió en un referente internacional. Ya no juega en la azotea. Este proyecto recuerda el libro de Fernando Savater La infancia recuperada. "Es mi primera incursión en la infancia y creo que será la última. A mí me gusta pensar en el mañana. Ahora estoy con mis proyectos de libros sobre San Juan de la Cruz, Sor Juana Inés de la Cruz, Góngora, Gilgamesh o un segundo viaje a Indias. Mi obsesión son los libros que nunca encuentro en las bibliotecas". Pero hay una infancia sublimada en cromos como ¡Ganamos!, La defensa, El gran balón, ¡Futbolero! o Tras la pelota. Evocación de aquellos tiempos en los que, con palabras de Ángel Antonio Herrera, "éramos felices, porque la vida era un sol de asueto, y un ocaso de merienda".
Según Valdano, el Madrid tiene dos artífices principales, Santiago Bernabeu y Florentino Pérez. El Antiguo y el Nuevo Testamento. Y con ellos los profetas: DiStéfano, Gento, Amancio, Pirri y de los más recientes Raúl y Cristiano Ronaldo, que ha jugado su sexta Eurocopa. Por la mañana, Mbappé; por la tarde, Shelley Himmelstein. "Fui dos veces a Valdebebas, pero el Madrid no ha querido colaborar".
Quien firma este texto sólo recuerda un episodio balompédico de Pedro Tabernero. Hizo de editor y de chófer para llevarme con el fotógrafo Atín Aya a Granada el 8 de junio de 1990 para entrevistar a Antonio Muñoz Molina. Ese día empezaba el Mundial de Italia y lo convencimos de que cogiera un hotel para ver el partido inaugural. Camerún le ganó a Argentina, que llegaba como último campeón.
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