El patriarca de las letras españolas

Literatura

La monumental obra del escritor vallisioletano no dejó indiferente a sus coetáneos

Efe / Valladolid

12 de marzo 2010 - 10:50

La obra de Miguel Delibes, "patriarca de las letras españolas" según Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, ha sido reconocida a lo largo de la historia por personalidades de distintos ámbitos del mundo de la cultura y la política. Quizás fue el Rey quien, el 25 de abril de 1994, con motivo de la entrega del Premio Cervantes a Delibes, resumió mejor todo aquello que ha dado personalidad a la obra del escritor. Don Juan Carlos dijo en su discurso que la obra de Delibes "encarna la existencia y la experiencia vital de Castilla y de sus regiones limítrofes" y "es quien mejor ha escuchado y ha dado voz a nuestra población rural y provinciana".

La concesión del Cervantes provocó diferentes reacciones. La entonces ministra de Cultura, Carmen Alborch, le definió como un "escritor comprometido frente a la marginación de la sociedad rural" y "un ecologista adelantado a su tiempo". Mientras que Camilo José Cela se limitó a decir que era "una decisión sensata" y se quejó de no recibirlo él, para el filósofo y ensayista Julián Marías eran "sobrados" los "méritos" de Delibes para este galardón.

También el escritor Francisco Ayala, miembro del jurado de este galardón, reaccionó a la concesión a Delibes del Premio Cervantes con palabras en las que consideró que era "un premio completamente merecido", porque Delibes es "muy importante y tiene una obra muy completa". Por su parte, el académico Francisco Rico declaró que "se merece más que nadie esta distinción", y el escritor vallisoletano Ramón García Domínguez aseguró que tanto Cervantes como Delibes coinciden en sus formas de narrar, "muy parecidas por su profunda humanidad hacia la contemplación de sus propios personajes, y en estar siempre de parte de los perdedores", como se advierte especialmente en su novela Madera de héroe.

El académico de la Lengua Manuel Alvar sembró de elogios al autor de El camino en 1992, al considerar que con sus historias "no pueden dejarnos indiferentes" porque "el humanismo y dramatismo que encontramos en sus obras nos sacan de nuestros estados de apatía y nos hacen reaccionar". En 1998, cuando salió a la venta la novela El hereje, el poeta Francisco Pino aludió a la atemporalidad de la narrativa de Delibes, "un creador que avecina a sus personajes de forma intemporal y permanente".

Para el escritor Francisco Umbral, Delibes -su descubridor y gran amigo- trataba la crueldad como categoría estética, "con el objeto de hacer partícipe al lector del sufrimiento del personaje". Con motivo de la candidatura de Delibes al Nobel de Literatura, el poeta y prosista José Manuel Caballero Bonald calificó en 2001 al vallisoletano de escritor "muy noble", pero consideró que su literatura "se ha quedado a trasmano por su dedicación al mundo más triste de Castilla".

El director de la Fundación Jorge Guillén y escritor Antonio Piedra manifestó en 1999, con motivo de la concesión del Premio Nacional de Narrativa a El hereje (1998), que Delibes "siempre nos sorprende". El mismo año, el director de la Academia Española de la Lengua, Víctor García de la Concha, calificó de "ejemplar" la trayectoria de su amigo Delibes, "gran notario, registrador" de la lengua viva.

El cineasta Antonio Giménez Rico, quien dirigió Retrato de familia, Las ratas y La guerra de nuestros antepasados, basadas en las obras de Delibes, declaró que "es uno de los escritores españoles cuyas novelas mejor se adaptan al cine" por "un estilo repleto de escenas descriptivas y alusiones a realidades cercanas".

Para la actriz Lola Herrera, que interpretó durante años Cinco horas con Mario manifestó en 2002 que Delibes "presenta asuntos universales que captan el interés del público de todas las épocas". En un debate celebrado en Valladolid, el cineasta Mario Camus y el productor teatral y cinematográfico José Sámano coincidieron en destacar el poder visual de la narrativa delibiana.

En 1992, en la entrega a Delibes del Premio Nacional de las Letras Españolas, el entonces ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, calificó al escritor de "figura indispensable en la literatura española de los últimos cincuenta años".

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