La magna
"La patria es la lengua"
José Luis Gómez. actor y director teatral, académico de la rae
El onubense presenta el martes en Madrid el proyecto 'La lengua navega a América' con textos fundamentales de la expansión del castellano
Destaca la "huella de la experiencia"
Huelva/Cuando atiende el teléfono para esta entrevista, José Luis Gómez está en La Habana, participando en el ciclo HuelvaCultura, integrado en el programa del 525 Aniversario del Encuentro entre Dos Mundos. A éste también pertenece su proyecto más ambicioso, La lengua navega a América, heredero de su exitoso Cómicos de la lengua, y del que es también ideólogo, impulsor y director. El martes lo presenta de la mano de la Real Academia Española y la Diputación de Huelva y con el respaldo de nombres imprescindibles de las letras y el teatro como Mario Vargas Llosa o Mario Gas. El encuentro cultural que hoy acaba en Cuba es fruto de ese puente lingüístico que se reivindicará en Huelva y Madrid a partir del 6 de noviembre.
-Estos días han podido comprobar el valor de la lengua común.
-Sobre todo lo que uno detecta en el habla es huella. Pero huella de experiencia; de experiencia vivida, de experiencias comunes. Y eso da la razón a algo que dijo Miguel de Unamuno, una de las personas que de manera más certera ha hablado de lo hispano. Él se enfrentaba rabiosamente a todos aquellos que querían celebrar el 12 de octubre como Día de la Raza, en un momento en el que el fascismo español pretendía resucitar el imperio, y lo dijo muy claramente en la sesión del Paraninfo: "Hoy no celebramos una fiesta étnica, celebramos el día de la lengua. Eso sí es imperio, el de la lengua española". Lo que ata todas las experiencias es la lengua común.
-¿Qué sería de España sin ella?
-Es la segunda lengua del mundo, con la que 550 millones de personas se han educado, socializado, integrado en la vida y en el mundo. Esto es un hecho histórico sin precedentes. España sería un país... diría que muy insignificante sin el inmenso respaldo que tiene a través de la lengua.
-América la ha enriquecido.
-Por supuesto. A ambos lados ha habido un enriquecimiento tremendo. España se enriqueció desde el primer viaje de Colón. Las palabras americanas empiezan a colonizar el idioma y se vuelven rápidamente españolas: hamaca, cacique, canoa, tomate… han ido ensanchando el caudal de la lengua. Y luego vino en los siglos XIX y XX la inmensa creación literaria latinoamericana, que ha enriquecido la lengua española. En una celebración del encuentro entre dos mundos, en este 525 aniversario, hay que rendirse a la lengua porque es lo que nos vincula y de manera sorprendente.
-Quienes llevaron la lengua fueron los marinos andaluces...
-La afección fonética del español americano está determinada al 60 o el 70% por el llamado idiolecto andaluz, y por el extremeño. Según los países, varía pero evidentemente en Cuba está muy determinado. Constatarlo conmueve y afecta al sentimiento.
-Más que España, entonces, la madre patria es la lengua.
-Sin duda. La patria es la lengua, porque la lengua lleva entretejida la experiencia humana. Lo que ocurre es que el ciudadano normal no se puede dar cuenta de la importancia de este hecho porque tiene la lengua de tal modo automatizada, incorporada, que no se percata. No es consciente de que sólo a través de ella se ha socializado. Por eso es un proceso de altísimo valor educativo contribuir a hacerle consciente de este hecho.
-Ahí es donde intervendrá La lengua navega a América... ¿Le llegó la inspiración durante sus sesiones de natación en el Atlántico, en sus estancias en Punta Umbría?
-En las sesiones de natación surgen algunas ideas, pero lo que se incuba es el aguante para poder perseverar en hacer ciertas cosas. Cuando ingresé en la Real Academia Española empecé a dar vueltas a cómo podía materializar mi contribución a través de mi especialidad: la oralidad, el habla en español. Entonces proyecté Cómicos de la lengua con diez lecturas ejemplarísimas. Fue un éxito enorme. Una vez terminado eso, y alentado por el gran interés que mostró el público, pergeñé un segundo proyecto, que era La lengua navega a América. Hay cuatro primeros textos: Diario de a bordo, de Colón, en el que se ve el relativo desconcierto que tenía porque creía que viajaba a las Indias; Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, el más grande que se conserva sobre la conquista, escrito por un soldado de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, con un talento para la escritura enorme; Brevísima relación de la destruición de las Indias, que es el texto polémico de Fray Bartolomé de las Casas, con el que critica duramente a Felipe II por los desmanes que se cometen en América sin que la Corona lo sepa; y el cuarto es decisivo y luminoso: Comentarios reales, del Inca Garcilaso de la Vega.
-¿Éste último es el texto en el que participa Vargas Llosa?
-Mario Vargas Llosa se sintió muy entusiasmado y es quien ha escrito el comentario académico. Todas estas lecturas en vida van precedidas por un comentario de un académico que sitúa la obra para el público en el plano histórico y en el lingüístico. El actor hace una intensa y extensa lectura del texto, después interviene nuevamente el académico y finalmente termina el actor. Las llamo lecturas en vida, hechas por actores muy experimentados y muy capaces, dirigidos por mí muy minuciosamente, recurriendo a los mejores métodos en la elocución escénica. Es la relación entre los académicos de la lengua y los mejores actores posibles. Yo me limito también a leer el comentario académico de Mario Vargas Llosa, porque nuestro gran compañero tiene tal cantidad de obligaciones y tareas a través del mundo que sería ilusorio entender que pudiera estar con nosotros.
-¿Cómo hizo la selección de los textos de las cuatro lecturas?
-Los he elegido yo. Me dejo guiar por mi propio instinto de cómo contrastan entre sí y señalan una peripecia de la lengua. Pero siempre hay consultas previas a la Real Academia, al director, a mis compañeros académicos, y a un colaborador estrecho del director, Carlos Domínguez Cintas, a quien expreso también mi gratitud porque nos ha ayudado mucho.
-¿Y la adaptación?
-Estos libros necesitan ser editados y extractados con muchísima pericia para que se devuelva al espectador una impresión genuina de la calidad y profundidad de los textos. Esa adecuación la hemos hecho quien habla y Brenda Escobedo, una filóloga mexicana que vive en Madrid y con quien yo ya hice Cómicos de la lengua.
-¿Qué otros académicos están en el proyecto?
-Es un honor contar con Santiago Muñoz Machado, uno de los grandísimos juristas españoles, secretario de la Academia y que, además, acaba de escribir la primera historia política del español, desde la conquista hasta la independencia, que no se había escrito nunca. José María Merino, uno de nuestros grandes novelistas y relatistas, se ha inclinado hace muchos años por Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, del que tiene una edición magnífica. Desafortunadamente, algún académico español no tuvo tiempo pero hay un académico correspondiente chileno, Luis Íñigo-Madrigal, que se va a encargar de Colón porque es un especialista. Y Mario Vargas Llosa, con la introducción y glosa del Inca Garcilaso, del que es un apasionado. Cuando le hablé del tema, me dijo que lo escribía seguro, y que si tenía tiempo, también lo leería. Le estoy muy agradecido, como compañero y amigo de hace muchos años, que haya tenido a bien escribirlo.
-Y están cuatro actores de primerísimo nivel: Ernesto Arias, Mario Gas, Carlos Hipólito y Luis Peirano. ¿Cómo acogieron la propuesta?
-Encantados. Están todos muy entusiasmados. Ya he ensayado con todos menos con Luis Peirano. Es un proceso muy largo porque hay que estudiar frase a frase.
-¿Tendrá continuidad el proyecto con una segunda etapa?
-Está previsto pero por falta de tiempo no hemos podido prepararlo. Si se llega a hacer comprendería el Martín Fierro, Sor Juana Inés de la Cruz, seguramente Rubén Darío, y José Martí, por una razón importante. La lengua española no se asienta en América durante la colonia. Cuando ocurren las independencias, los padres libertadores deciden la adopción de la española como lengua oficial y arraiga definitivamente en el continente. Éste es un tema interesantísimo que siempre se soslaya. Son las independencias las que dan el golpe de gracia para que el español se convierta en lengua mundial.
-Ha dicho que su amor por su tierra le empujó a hacerlo.
-Si yo no hubiera sido de Huelva, posiblemente no me hubiera interesado por este proyecto. Pero yo siempre he sido muy de Huelva, en el sentido de que soy muy consciente de mis raíces, de cómo he sido determinado por mis padres y por mi entorno. Hay que decir que aquí ha habido dos personas muy determinantes para que esto saliera adelante: el expresidente de la Autoridad Portuaria de Huelva y el presidente de la Diputación, Javier Barrero e Ignacio Caraballo. Y después, por supuesto, José Luis García Palacios con la Fundación Caja Rural del Sur, y las fundaciones Atlantic Copper y Cajasol, que han adoptado esto con entusiasmo. Me siento con la obligación de agradecerles públicamente que hayan caído en la importancia de la lengua, porque todos los flujos que se puedan producir entre el continente americano y España están determinados y condicionados por la lengua.
Pasión, vitalismo, amistad...
En sólo dos días presenta un proyecto muy importante, que lleva maquinando hace mucho tiempo y al que ha dedicado especialmente su afán personal. Pero eso no le ha impedido atender la llamada de tres amigos y paisanos, Juan Manuel Seisdedos, Lourdes Santos y Héctor Garrido, y entregarse por completo toda una semana en La Habana al ciclo HuelvaCultura, del que es también uno de sus principales valedores. Se lo permite su vitalidad, envidiable, siempre activo. Le empuja su compromiso con su tierra, cada vez más cercana, y, más aún, la amistad. El gran fotógrafo onubense Héctor Garrido ha aprovechado esa complicidad para revelar en las excepcionales imágenes de esta entrevista al hombre en toda su dimensión. Porque José Luis Gómez (Huelva, 1940) es mucho más que el personaje forjado en la amalgama de tantos otros ajenos a golpe de pasión. Su mirada es aquí la puerta a la persona.
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