Sorrentino insiste en la belleza
Festival de Cannes
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Cannes/Paolo Sorrentino lleva su obsesión por la belleza a la sublimación en Parthenope, una película presentada este miércoles en la competición de Cannes con la que ha querido mostrar cómo es su Nápoles natal, "libre, espontánea, que no juzga".
Así es Parthenope, la protagonista del filme, y así es Nápoles, explicó en rueda de prensa Sorrentino, que para el papel principal eligió a una actriz sin casi experiencia, Celeste dalla Porta. "Hay una buscada coincidencia entre el personaje y la ciudad", explicó Sorrentino, que recordó que Parthenope es el nombre antiguo de Nápoles.
Una ciudad en la que "hay una sensación de vacaciones perennes, es un lugar maravilloso para una cierta fase de la vida (...) muchos napolitanos tienen una relación de acercamiento y fuga constante", resaltó el realizador de La gran belleza (2013). "Cuando era niño no era consciente de que era una ciudad única y sensacional, lo he entendido ya de mayor, principalmente a través de esta película", agregó.
Parthenope es una niña que nace en 1950 en una familia acomodada, que se siente libre y actúa con total libertad, sin importarle lo que nadie le diga o piense. Una oda a la sensualidad que desprende la actriz y que Sorrentino explora hasta la extenuación.
Una película que unos pocos críticos califican de obra maestra pero que la mayoría consideran una obra estéticamente apabullante pero fallida como historia.
Cada plano está lleno de belleza y Sorrentino demuestra su maestría para crear escenas tan bellas como grotescas en una historia que cuenta con un genial Silvio Orlando en el papel de un profesor universitario, con Stefania Sandrelli como Parthenope de mayor y con un Gary Oldman que borda a su personaje, John Cheever.
Pero la protagonista absoluta es Celeste dalla Porta, que recordó en la rueda de prensa que la propuesta de Sorrentino le llegó en un momento importante de su vida. "Antes de empezar esta película estaba en una fase en la que ser actriz era algo abstracto para mí, casi un sueño, pero durante el proceso en el filme seguramente he dejado una parte de mi como jovencita y he entrado en el mundo del trabajo", señaló Dalla Porta.
Al respecto, Oldman apuntó que "para Celeste es su primer papel importante y entiendo la especie de pureza e inocencia que Sorrentino vio en ella", una "pureza que se perderá para siempre solo por el hecho de que está en este filme y está aquí, expuesta a todos vosotros".
"Su vida cambiará después de este filme", afirmó el actor británico sobre la base de sus 50 años de experiencia.
Porque "cuando eres joven siempre quieres crecer, siempre tenemos un pie en el pasado y otro en el futuro, no estamos en el presente" y esa es precisamente la idea que subraya su personaje en el filme, un escritor "melancólico, triste y borracho", algo que no le costó hacer porque él se vio en esa situación. "Pero hace 27 años que estoy sobrio", agregó.
Cheever es de alguna manera lo opuesto a Parthenope en esta película sobre "la belleza, el misterio y la libertad" en palabras de Daria D'antonio, la directora de la espectacular fotografía del filme.
Para Sorrentino, un habitual de Cannes, donde en 2008 se llevó el Premio del Jurado por Il divo, el personaje de Parthenope trata de superar la muerte de su hermano, pero en realidad, "el trauma es la vida en sí misma". "No es un filme sobre la maldición de la belleza. Es sobre una mujer que nace en una familia y en una ciudad en la que la belleza es un privilegio" y tiene una batalla por la libertad "que es la misma que hay hoy en día".
Y lo que ha hecho Dalla Porta es seguir a Parthenope en su búsqueda de una libertad "única, suya y diferente". "Su libertad me ha enseñado muchísimo", aseguró la actriz.
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