"Un país que abandona su cultura se empobrece económicamente"

Enrico Onofri. Músico

El concertino de Il Giardino Armonico ha sido el instrumentista residente de un Festival de Música Antigua de Sevilla que cierra hoy en el Alcázar una edición deslumbrante

Enrico Onofri, ayer,  en una sala de ensayo del Maestranza.
Enrico Onofri, ayer, en una sala de ensayo del Maestranza.
Charo Ramos / Sevilla

21 de marzo 2010 - 05:00

Enrico Onofri es una leyenda viva del violín barroco italiano. Fundador y concertino desde 1987 de Il Giardino Armonico, la formación que revolucionó la interpretación de las músicas históricas en la patria de Vivaldi, su virtuosismo es tan notorio como su vocación pedagógica. Ayer, no dudó en hacer horas extras para despejar las dudas de una alumna de la Academia Barroca del Femás, el gran proyecto didáctico de un festival que hoy clausuran en el Alcázar el propio Onofri y la Barroca de Sevilla.

-¿Qué sorpresas depara Mitteleuropa!, el programa que cierra este año el certamen sevillano?

-Es un pequeño recorrido por la música de Europa Central de los siglos XVII y XVIII. Comenzaremos tocando dos obras de Samuel Scheidt, un compositor del norte de Alemania muy influenciado por la música italiana pero que presenta ya características típicas alemanas, sobre todo en la armonía. Después llegará una obra muy famosa de Biber, La Batalla. Concluiremos con dos obras muy conocidas de Bach, entre ellas su primera Suite.

-La semana pasada actuó en Sevilla junto a su grupo de cámara, Imaginarium, pero años atrás visitó esta ciudad como solista de Il Giardino Armonico y, ahora, también dirige un conjunto en Lisboa. ¿Cómo es su relación con estos grupos?

-Reparto mi carrera como director invitado, como solista de Il Giardino Armonico y con mi ensemble Imaginarium, un grupo de cámara dedicado a la música para violín y dos violines, sobre todo italiana, de los siglos XVII y XVIII. A final de mes saldrá nuestro nuevo disco (Harmonia Mundi) dedicado a Vivaldi, que incluirá La Follia que tocamos aquí en la sala Joaquín Turina y la Sonata para violín y bajo continuo. Además, soy director principal de la orquesta residente del Centro Cultural de Belem (Lisboa), Divino Sospiro. Con Il Giardino Armonico mantengo una relación fantástica: es el grupo en el que empezamos juntos Giovanni Antonini, Luca Pianca y yo. Ahora participo con ellos en un 30 ó 40 % de sus producciones, sobre todo cuando requieren un solista. Pero también me dedico a fondo a la enseñanza. Trabajo en el principal departamento de música antigua de Italia, el Conservatorio Bellini de Palermo, y doy muchas clases de violín y música de cámara por el mundo.

-¿Cómo es la vida musical en Italia en estos momentos? Es sorprendente que Il Giardino Armonico tenga su sede ahora en Valladolid.

-La cultura musical en Italia es muy mala, un desastre. A mí también me sorprende que Il Giardino sea la orquesta residente del Centro Cultural Miguel Delibes de Castilla-León. Pero es que las instituciones públicas italianas no apoyan a los grupos y los intérpretes trabajan más en el extranjero que en su país. Salvo algunos oasis, como el Conservatorio de Palermo, la educación musical no es prioritaria allí. Al Gobierno de Berlusconi no le interesa poner dinero ni atención en la cultura.

-En Sevilla la crisis comienza a afectar a los proyectos culturales. ¿Cuál cree que debe ser la relación de éstos con las administraciones?

-Creo que la cultura es la base del funcionamiento de un país. Lo que está pasando ahora en Italia es terrible ya que un país que abandona su cultura y le recorta los presupuestos se empobrece intelectual y económicamente. Porque la cultura mueve los cerebros pero también mueve el dinero. En Sevilla, por fortuna, he encontrado unos músicos muy buenos, de un nivel realmente alto, y a una Orquesta Barroca fantástica.

-¿Ha abandonado Enrico Onofri su carrera como cantante?

-Carrera es una palabra muy grande para aquello. En el Barroco y el Renacimiento era normal que un instrumentista aprendiera antes a cantar que a tocar. Tengo buena voz, intenté estudiar e hice algunos conciertos como tenor para ver qué pasaba. Lo cierto es que esa experiencia me fue muy útil para desarrollar mi carrera como director y como violinista, sobre todo en lo que atañe a la relación entre la voz y los instrumentos.

-¿Cuál es su próximo proyecto discográfico en solitario?

-Pronto saldrá en un sello japonés un CD de violín solo con obras mixtas de Tartini, Bach y Telemann.

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