Paco Montalvo: "Con el violín flamenco he tenido la suerte de dar en la tecla"
El intérprete presentará el viernes, 31 de enero, ‘¡Volvemos cantando!’, en el Cartuja Center CITE, espectáculo con un formato inédito en el que incorporará voces flamencas a su música
Su referente ha sido Paco de Lucía desde pequeño. Sin embargo, ha aprendido a dominar el violín en lugar de la guitarra consiguiendo convertirse en pionero, en referente y en máximo exponente del violín flamenco. El instrumento de cuatro cuerdas es una extensión de sus brazos. Una vía –con aristas por explorar– para expresar sus emociones. Si Picasso decía que le “tomó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño”, Paco Montalvo (Córdoba, 1992) hizo lo propio con la música clásica para dar un repentino giro de guión a su prometedora carrera como concertista. Afirma con humildad que, simplemente, “ha dado con la tecla”. Su palmarés plagado de premios hacen gala de un virtuosismo único. Este viernes presentará su nuevo espectáculo –¡Volvemos cantando!– en el Cartuja Center CITE.
Pregunta.Antes de que el violín flamenco fuera una piedra angular en su vida, aprendería todo lo necesario del clásico. ¿Por qué dio un giro de guion?
Respuesta.Efectivamente, para hacer violín flamenco es necesario tener la capacidad técnica de un violín clásico. Desde pequeño me hacía mucha ilusión tocar encima de los discos de Paco de Lucía. Pero lo que me movió a tomar la fuerte decisión de querer hacer flamenco con mi violín fue que en las carteleras de los teatros por los que tocaba, alrededor de todo el mundo, había conciertos de artistas que interpretaban música española. En Japón y en Alemania, por ejemplo. Ahí pensé: me encantaría estar en Nueva York y representar a mi cultura a través de la música.
P.¿El camino ha sido más difícil sin precedentes o no le ha importado ser una especie de profeta?
R.Cuando tomé la decisión de interpretar flamenco más allá de mi casa, pues sí que busqué referentes por internet. No existía nadie que hiciera violín flamenco y, en ese sentido, sí que he sido pionero. Creo que ha sido positivo, porque mi referente e inspiración ha sido Paco de Lucía.
P.En esta época que vivimos, en la que todo es susceptible de enjuiciarse, ¿hubo escepticismo o críticas hacia el rumbo que quería tomar con su violín?
R.Tenía claro que al hacer esto me iba a echar un poco de tierra encima con la carrera que llevaba de concertista clásico. Tanto el mundo clásico como el flamenco son muy cerrados y estrictos. Era consciente de que, al hacer esto, me podían llover críticas de ambos lados e incluso de otros no conocidos (Risas). Pero me dio igual. Por suerte, tuve apoyo del mundo del flamenco. Los primeros fueron los familiares de Paco de Lucía, pero también artistas con los que he colaborado como Estrella Morente o El Pele. He tenido la fortuna de dar con la tecla, porque me siento muy feliz haciendo lo que me gusta y veo que entusiasma a la crítica y al público.
P.¿Cree que el público tiene ciertas reticencias a introducirse en el maravilloso mundo del clásico por considerarlo hermético? Algo así también sucede con el flamenco.
R.Totalmente. Por un lado, creo que es muy bueno conservar la cultura y las bases de ambos mundos. Pero, a la vez, es fundamental que nuevos artistas y músicos puedan jugar con esos estilos y fusionarlos desde el respeto. Es lo que intento hacer yo. Por ejemplo, mucha gente me dice que no siguen ninguno de los dos géneros, pero fueron a un concierto mío y salieron entusiasmados. Cuando introduces un elemento innovador funciona como un hilo conductor.
P.¿Cuál fue su primera creación?
R.Calleja del Pañuelo, una rumba que compuse en honor a mi tierra. Estaba grabando el disco Leyenda y para despejarme un poco de las horas de estudio, solía dar paseos por la judería. Cerca de la Mezquita hay una vía que se llama calleja del Pañuelo, una de las más estrechas del mundo. Siempre terminaba allí, porque la familia de mi guitarrista regenta una taberna donde echábamos el rato. La broma se quedó, porque no sé si la inspiración me llegó gracias a los paseos que daba o por el vino que tomábamos (Risas).
P.¿Un momento que recuerde con especial cariño de toda su trayectoria?
R.Sin lugar a duda los momentos más emocionantes son los conciertos. La primera vez que pisé un estudio de grabación también fue muy especial, pero los directos ofrecen una sensación indescriptible. En la vida de un músico, te puedes tirar muchísimas horas hasta que consigues dominar tu instrumento, hasta que logras componer tu música y creas tu espectáculo. Y luego llegas al directo que es muy efímero, pero mágico por el calor que te da el público.
P.¿Cómo será el nuevo espectáculo que trae a Sevilla?
R.El viernes 31 de enero presento un nuevo espectáculo, ¡Volvemos cantando!, con un formato inédito. He incorporado voces flamencas que me acompañan a coro en muchos momentos, además del acompañamiento habitual: palmeros, set de percusión completo, una bailaora, contrabajo, bajo eléctrico y las voces de dos artistas. El pasado sábado lo llevamos a Málaga y fue un éxito absoluto. Estoy muy feliz por lo que hemos conseguido y estoy deseando mostrarlo en Sevilla.
P.Es pionero con el violín flamenco, no teme innovar con su música... ¿Algún desafío que le gustaría afrontar?
R.Mi próximo reto es lanzar un nuevo disco. Pero le diría que la vida en sí es un desafío si queremos que sea divertida. Tengo muchos sueños por cumplir y muchas ganar de probar, innovar, investigar y emocionar.
P.Dorantes, que podría ser su homónimo en el piano, afirmó que “se debe conocer bien el flamenco para que el lenguaje del instrumento sea creíble y el discurso sea veraz”. ¿Va antes el género o el instrumento?
R.Creo que las dos cosas. Estoy de acuerdo con el maestro. Si no conoces el género, es imposible que te introduzcas de una manera veraz en él. Pero si no dominas tu instrumento, tampoco serás capaz de hacer música en un género que conozcas. Por eso es tan complicado introducir instrumentos nuevos en estilos que no lo han tenido como protagonista. Son dos aspectos muy complicados que implican dominio técnico y musical.
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