Luis Orden & María Esther Guzmán | Crítica
Un dúo en óptima madurez
O Sister! | Grupo musical
En la última década el swing está floreciendo en Sevilla. Hay cada vez más grupos, academias de baile, fiestas y un festival que es modelo y ejemplo de los de su género, en cuya creación fue indispensable la participación, mantenida durante los doce años que perdura, de O Sister!, la banda de nuestra ciudad capaz de mezclar el swing con la potencia de otros ritmos logrando crear una música fresca, descarada, divertida, genuina; algo que han puesto definitivamente de manifiesto en su último disco, de reciente aparición, Brand New Day, que van a presentar el próximo sábado, día 19, con un concierto en el Teatro de la Maestranza, para el que se pueden adquirir localidades a través de la página web del propio teatro.
O Sister! es un sexteto compuesto por tres instrumentistas y tres cantantes: Matías Comino a la guitarra y el banjo, Camilo Bosso al contrabajo y Pablo Cabra a la batería y percusiones, arropando las voces del tenor Marcos Padilla, la contralto Paula Padilla y la soprano Helena Amado. Con las dos últimas nos reunimos para esta entrevista.
-¿Cómo va a ser esta presentación? La escenografía de su último concierto sevillano fue espectacular.
-(Padilla) Trataremos de hacerla de la forma más bonita posible. El show está bastante madurado y se basa en los temas del disco, mezclados con algunas canciones anteriores. Con nosotros estarán los tres músicos que participaron en su grabación, que ya son como de la familia: el trompetista Julien Silvand; Juli Aymí, que toca clarinete y saxo, y Carlos Santana, que además de completar con ellos la sección de viento también es pianista y aportará los sonidos de Rhodes y de Hammond que hemos añadido en el disco, dándole una sonoridad que no tenían los anteriores. La gente de Sevilla que no nos ve desde Aftershow va a apreciar ese cambio de sonoridades y ambientes que tenemos. (Amado) Esta vez no vamos a tener esa gran escenografía por limitaciones técnicas. Nuestro espectáculo va en paralelo a una ópera en el Maestranza y solo podemos utilizar el proscenio, ya que toda la parte de atrás está ocupada por el montaje de Turandot. Pero actuar en el teatro por excelencia de Sevilla es una oportunidad que no se puede desaprovechar y ojalá pudiésemos hacerlo más veces y en más ciudades.
-En ese Aftershow recuerdo haber escuchado hace ya veinte meses alguna canción, todavía sin publicar, de este nuevo disco que presentan. Parece que Brand New Day también es un disco muy madurado.
-(Amado) Todos nuestros discos lo son. En aquel tiempo este ya se estaba rumiando; dese cuenta de que es un trabajo de armonías vocales muy depurado, que lleva mucho tiempo de ensayos, en los que tras una primera propuesta planteada iban surgiendo modificaciones, ideas nuevas, arreglos; todo un proceso. (Padilla) El germen ya estaba ahí, y a la vez que iban surgiendo las canciones estábamos preparando ese espectáculo con La Ejecutora que, aunque basado en Nobody Cares, el disco anterior, nos apetecía meter ya canciones nuevas e incluimos tres. Ese espectáculo también era una pista de adonde intentamos conducir al grupo; queríamos darle un cambio tras la pandemia: crisis, revisión. Tratar de modernizarlo más, abrir el espectro sonoro, y nos parecía que en ese camino ya encajaban las canciones nuevas, trabajando con gente que hacía una apuesta más vanguardista.
-El anterior disco se cerraba con At the end of the day -al final del día- y este se llama Brand New Day -flamante nuevo día-. ¿Son estos nombres una declaración de intenciones? ¿Empiezan ustedes una etapa nueva después de cerrar otra anterior?
-(Amado) Totalmente. Siempre hemos sido muy perfeccionistas. Este año cumplimos dieciséis como banda, siempre los seis trabajando juntos, y tenemos un gran recorrido hecho; es el sexto álbum que grabamos, nos hemos empapado ya del estilo de Nueva Orleans, del swing primigenio y el bagaje está dando sus frutos. Teníamos la necesidad de ir más allá de hacer versiones, que siempre nos ha encantado, y aportar nuestro grano de arena con temas propios, expresarnos a través de la música tal como somos. Nos hemos alejado un poco del perfeccionismo y lo hemos grabado de una forma tan a la antigua usanza como lo hicimos con el primero, que es mucho más arriesgado. Para nosotros es nuestro hijo favorito. (Padilla) En cada disco necesitamos sentir que hemos añadido algo más, tenemos que sentir que el grupo avanza hacia alguna parte. En Stompin’ in Joy, del 2016, fue cuando empezamos a meter temas propios; hubo un momento, después del viaje a Nueva Orleans, en el que ya nos apetecía hacer nuestras propias canciones y en ese disco, aun con bastantes versiones, ya las había. Luego llegó Nobody Cares, antes de la pandemia, que solo incluía una versión y nos abríamos ya a temas muy personales; fue un disco de una evolución muy natural. Y en este último, nos apetecía además no preocuparnos si al final una canción no suena a swing, nos daba igual. Nuestra referencia siempre va a estar ahí, sabemos que venimos de hacer versiones de las Boswell Sisters, pero después de dieciséis años el cuerpo nos pide otra cosa. Lo que nos ha salido al final no estaba premeditado, ha salido de nuevo muy natural. También nos daba pánico escribir en español porque no nos sonaba bien. (Amado) Es que no era el momento de hacerlo; todo ha llegado cuando tenía que llegar. Cuando empezamos aquí no se hacía mucho swing, sobre todo vocal; con todo lo que ha surgido después la gente ya ha exprimido suficientemente el swing clásico, así que surgen otros estilos y se va evolucionando hacia otros terrenos. (Padilla) Después de tantos años juntos creo que somos la única banda de swing, y creo que casi de cualquier otro género, en la que permanecemos los mismos componentes desde que empezamos. De hecho, de todas las bandas que había en Nueva Orleans cuando fuimos allí, somos la única que continúa en activo. (Amado) Eso es simbólico de lo difícil que es vivir de la música. Nosotros lo hacemos y estamos orgullosos.
-Entiendo entonces que este disco, más que ser una meta o un punto de inflexión, va a mantener una evolución. ¿Saben ya hacia dónde?
-(Padilla) El siguiente punto de evolución no me preocupa, creo que va a salir solo; ya está saliendo, porque paralelamente al disco que acabamos de lanzar las ideas siguen creciendo. Lo más importante es que O Sister! ya tiene un sonido propio; el mensaje más importante es que hemos dejado de ser una banda de swing al uso; partimos del swing pero no nos limita el swing; no nos importa mezclarlo. Y lo más bonito de este proceso es que ahora se están viendo los orígenes individuales de cada uno de los seis en las canciones cada vez más; me parece precioso volver a tu origen dándole una nueva dimensión. Nunca perdemos la patita en el pasado, en lo que nos trajo aquí, pero haciendo que eso te lleve a otro sitio. La banda necesita tener su propio lenguaje y en este disco hay cosas que creo que podemos desarrollar mucho más. No sé si será cosa de los tiempos o de la edad, pero estoy en un punto en el que siento ya cada cosa como si fuese la última, nos estamos haciendo mayores. Cuando llevamos una trayectoria tan larga tampoco te planteas mucho el futuro, vamos disfrutando de lo que va surgiendo de manera natural y ya veremos… (Amado) Oiga, pero no ponga usted en el titular “nos estamos haciendo mayores” (risas, muchas).
Como el capillita que tiene a la Macarena, nosotras somos devotas de las Boswell Sisters. Creo que hasta su personalidad se nos ha contagiado"
-En esas canciones y ese lenguaje propio ustedes cargan con mucho humor e ironía contra los males sociales. ¿Ese compromiso con la sociedad de su tiempo es también un legado de las Boswell Sisters, que tantas barreras rompieron en su momento, o ellas solo fueron sus referentes para cantar en armonías cerradas?
-(Padilla) Creo que hasta su personalidad se nos ha contagiado. Para mí fue muy emocionante que cuando estuvimos en el homenaje que organizó en Nueva Orleans la nieta de Vet Boswell, estuvo una tarde con nosotros poniendo películas de Super 8 que el trío había grabado cuando se vinieron de gira a Europa, y aparecían riéndose, haciéndose bromas, mucho más macarras de lo que parecen, y yo me veía muy reflejada en ellas; parecía que habíamos captado perfectamente su rollo solo escuchando su música. (Amado) También partimos de la fuerza que da un trío de mujeres. Ahora están muy presentes los temas de feminismo, machismo, pero ellas lo llevaban por bandera y fueron mujeres que tuvieron que disolverse como músicos porque cuando se casaban tenían que decir adiós a su vida artística, a su profesión; el esfuerzo de ellas por vivir en un mundo de hombres era el triple. Ahora se están consiguiendo más cosas que en el siglo anterior, pero veo que se siguen repitiendo muchos patrones y no sé hasta qué punto vamos a seguir hacia adelante. Nuestro grupo se inspiró en ellas, es un homenaje a ellas; esa fuerza que tenían es nuestra energía, su impulso es un motor muy fuerte. (Padilla) Ellas son nuestro referente, como el capillita que tiene a la Macarena; nosotras somos devotas de las Boswell Sisters. Fueron pioneras, porque no solo cantaban, eran multinstrumentistas, arreglistas, compositoras; una de ellas con el hándicap añadido de ir en silla de ruedas. Era de admirar además que siendo blancas se metieron en el ambiente negro, que vaya usted a saber cómo las mirarían. Musicalmente su mezcla era super interesante, porque tenían formación clásica a través de su familia y lo supieron mezclar con el jazz, sacando algo muy atractivo. Nos dimos cuenta de que, sin ser premeditado, ese impulso feminista está instalado en O Sister!; era inevitable. (Amado) Incluso en este nuevo disco que presentamos en el Maestranza hay una canción dedicada a Josephine Baker, que fue una luchadora nata, artista, activista, multidisciplinar: músico, bailarina. Pensar en esas mujeres lo magnifica todo, le da sentido a lo que hacemos.
-En los últimos años 60 y primeros 70 se decía que Sevilla era el San Francisco español. ¿Es ahora Sevilla también el Nueva Orleans español?
-(Amado) Me parece un poquito ambicioso decirlo. Nos gusta mucho la calle, como en Nueva Orleans; nos gusta la fiesta, somos del sur, todo lo propicia. (Padilla) Y tenemos el mismo carácter. Cuando estuvimos allí nos sorprendió lo parecida que era la gente. (Amado) Muy abierta, receptiva, amigable, nos adoptaban nada más llegar, nos invitaban a cantar sin conocernos siquiera. Era un disfrute hermanarte con otros músicos. (Padilla) Noto que hay muchos músicos aquí como allí, la diferencia es que aquí cuesta un montón encontrar los espacios para esas cosas; allí cada bar tiene música en directo todos los días hasta tarde y aquí no hacen más que poner trabas a cualquier bar para que pueda poner música en directo; de hecho, cada vez tenemos menos. Para mí ha habido un antes y un después brutal con la pandemia, y entiendo que no haya ningún empresario que quiera apostar por montar un bar con música, es muy difícil; si el ayuntamiento, las instituciones, no lo apoyan, es muy difícil emprender en ese sentido. (Amado) Además, creo que no nos vale el hecho de que digan que no hay dinero; sí que lo hay, pero se quiere tirar más hacia la música comercial, con la que saben que tienen asegurado un estadio, un auditorio, una sala grande de conciertos… (Padilla) En Sevilla hay carencia de espacios de mediano tamaño; pasas de los enormemente grandes a salas pequeñas. Hace unos días hemos estado en el Antzokia de Bilbao y aquí no hay salas así. Y las que hay parecidas, Fanatic, Custom, están en las afueras, en sitios algo inhóspitos; no hay nada céntrico.
Me gustaría que estos años 20 fueran más revolucionarios; como lo fueron los del 1900"
-¿Es difícil decir, entonces, que estamos viviendo unos felices años 20 como los del siglo pasado, que era lo que se suponía que iba a ocurrir tras la pandemia?
-(Padilla) No sé yo si realmente felices. Me gustaría que fueran más revolucionarios, como lo fueron los del 1900, la verdad; estos se parecen mucho en el sentido de que hemos atravesado una crisis desde todos los ámbitos y en que también la gente lo pasaba mal económicamente entonces; ahora es diferente, pero seguimos teniendo bastante esclavitud con otras cosas. Nosotros en lo profesional también lo notamos, ha habido años de más bonanza en el mundo cultural y ahora está la cosa bastante peor. Sí que creo en el paralelismo de que la gente sigue necesitando esta evasión y forma de pasarlo bien, el carpe diem. Más aún después de una pandemia que nos ha hecho decir que pa qué nos preocupamos tanto, si se va todo a tomar viento en cualquier momento. Estamos en ese punto de me da igual todo y vamos a dejar de hacer planes. Yo siento una absoluta incertidumbre en el ambiente y el cuerpo me pide esa revolución que hubo y que yo no la estoy sintiendo ahora así. (Amado) Me da la sensación de que antes la gente estaba más unida, se miraba más al prójimo y menos al propio ombligo. (Padilla) Se ha perdido el sentido de comunidad, que es algo que reivindicamos mucho desde O Sister!, y creo que ahí es a donde nos ha conducido el capitalismo atroz, al individualismo. Eso es lo que quiere el capitalismo de ti, que estés en tu mundo, aislado, sin conocer al vecino de la puerta de enfrente; ese es el camino al que nos quieren conducir y contra lo que deberíamos rebelarnos más. (Amado) La música también es una manera de unirnos. Nos gusta la música en directo, el hecho de unir a tanta gente para que venga a vernos, para que lo pase bien en el viaje que planteamos en cada concierto, para que la gente baile, que no deja de ser un baile social; tenemos esa esencia en la que se mezclan muchas sensaciones.
-Lo que me han dicho de la escasez de salas de mayor aforo hace que siempre les vea en teatros, las salas sevillanas se les quedan pequeñas. Y tampoco son ustedes una banda para festivales mainstream. Eso debe limitarles mucho para dar conciertos, ¿cómo se sobreponen a esa limitación?
-(Padilla) Lo de los festivales nos gustaría. Creo que no nos llaman porque no nos clasifican en ninguna parte. Estamos intentando trabajar en salir de los circuitos de jazz, no limitarnos a ellos; a nosotros nos encantaría que nos programaran en un Primavera Sound, porque creemos que podríamos estar ahí perfectamente; pero la gente te encasilla mucho y el que no haya escuchado el último disco se queda en lo que hacíamos antes. Pero estamos abierto a cualquier espacio; en Sevilla cogemos espacios grandes porque podemos hacerlo, pero venimos de hacer giras por Euzkadi en salas del tamaño de la X, no se nos caen los anillos por ello; es más, nos encanta. Nos gustaría compaginar ambas cosas porque las dos tienen su punto chulo. Somos un grupo bastante versátil.
-¿Les está abriendo nuevos caminos este disco? ¿Cómo está siendo su recorrido?
-(Padilla) Está costando, porque al final todo es a base de dinero y llevamos mucho invertido de nuestro propio bolsillo para que salga a delante, porque el disco es como nuestro niño chico. También cuesta porque somos un grupo muy especial, que nos gusta cuidar cada pequeño detalle, que todo sea como queremos, el mensaje, la estética, se junta el hambre con las ganas de comer. Estamos intentando que llegue a más, porque sentimos que hemos hecho un buen trabajo. Pensamos que las cosas necesitan su tiempo y tenemos paciencia; otra cosa no, pero paciencia, mucha.
-¿Y tras el concierto del Maestranza cuál es el futuro más inmediato?
-(Padilla) Hay apariciones y conciertos inminentes, pero ya las iremos desvelando porque ahora queremos centrarnos totalmente en este concierto. Nos gustaría trabajar en el intento de sacar más nuestro proyecto de España. Este verano estuvimos en Hungría y antes tuvimos una época en la que salíamos mucho al extranjero; queremos intentar recuperar eso. Y mientras seguimos trabajando en este camino, seguir creando para lo próximo que grabemos, que en eso estamos siempre. (Amado) Ideando. Siempre ideando.
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