'On the go': entender por el estómago

Salir al cine

Tras su paso por el SEFF, el próximo miércoles 26 regresa al cine de verano del CAAC la 'road movie' libertaria, libertina y feminista de Julia de Castro y María Gisèle Royo inspirada en 'Corridas de alegría' de Gonzalo García Pelayo

On the go
On the go

Hay películas a las que les cuesta encontrar su camino de regreso a casa. Porque hay películas que tienen su hogar, sus raíces y su contexto natural aunque vuelen hacia derroteros universales. Bien podría ser el caso de On the go, escrita y dirigida al alimón por la performer Julia de Castro y María Gisèle Royo, una luminosa y excéntrica road movie feminista y libertaria que tiene su origen en otra cinta de culto, aquella Corridas de alegría (1982) con la que Gonzalo García Pelayo dio rienda suelta a su espíritu más irreverente en el trayecto que va de Sevilla a la costa gaditana, o lo que es lo mismo, en ese paisaje y ese universo netamente andaluces que se reivindicaron con identidad y acento propios en aquel cine de la Transición que no ha pasado a los manuales de Historia, si acaso a ese otro pequeño relato marginal de un cine libre y posible que acabó fagocitado por la producción profesional y sus formas industriales.

Remake encubierto, actualizado y empoderado de aquella cinta, On the go también nace de unos márgenes y unos modos de producción (baratos, semi-improvisados, siempre moldeados por el propio y accidentado devenir del rodaje, el contacto con las localizaciones y el trabajo colectivo) dentro incluso de ese otro cine español de festivales que ha terminado por asimilarse entre la cinefilia contemporánea. Pese a ello, la película se estrena ahora de manera reducida después de un largo periplo de festivales que la ha llevado de Locarno a París pasando por Valladolid, Gijón o Sevilla, a donde regresa el próximo miércoles 26 a las 21:50h. en el selecto cine de verano del CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo) en la Cartuja.

Royo y De Castro durante la presentación del filme en Locarno.
Royo y De Castro durante la presentación del filme en Locarno.

De Castro y Royo no se acomodan dentro de estos nuevos parámetros autoriales y conducen bastante libres e incluso sin cinturón de seguridad por las carreteras secundarias del Sur para reivindicar y celebrar a sus personajes rebeldes, provocadores y asertivos: una mujer deseosa (y temerosa) de ser madre (De Castro), su amigo homosexual (Omar Ayuso) en huida y una fabulosa sirena asiática fuera del agua (Chacha Huang) montados en un descapotable de los 60, trasuntos de una bohemia contemporánea y diversa cuyo viaje hacia la fertilidad tiene algo de última aventura generacional pero también de discurso político y simbólico sobre la maternidad, la afirmación de la identidad no normativa, la posibilidad de dar rienda suelta a los impulsos sexuales y la celebración lúdica del momento como gestos donde también hay espacio para lo onírico, lo lisérgico o el absurdo.    

Las canciones y la música neo-flamenca de Romero Martín, Derby Motoreta’s Burrito Cachimba o Nina Kraviz sirven de marco, interludio e impulso para el carácter performativo de un filme que funciona mejor en su condición episódica, en la unidad orgánica de cada una de sus secuencias abiertas al asombro o el gag, que en un conjunto que se resiente a veces de su necesidad de atarlo todo. Valgan como muestra ese delirante encuentro con la Guardia Civil y los miembros de la popular banda antes citada, la no menos hilarante escena del desayuno en la cafetería, la charla sobre Pernambuco o el “sexo oral al té” entre los hermanos García Pelayo o la orgía gay en una cuadra de caballos.

Las referencias cinéfilas, la luz del y el grano del Súper 16mm, un extraordinario trabajo sonoro más allá de lo musical, la entrada y salida de una voz narradora en primera persona, la inclusión de imágenes caleidoscópicas o los ocasiones fogonazos experimentales van salpicando esta road movie de interesantes ideas digresivas que la convierten en un filme que parece estar haciéndose sobre el camino sin perder nunca de vista su destino.

Cine clásico y de culto: fin de ciclos de primavera

Se van cerrando ya los ciclos de cine clásico y de culto que viene programando MK2 Cinesur Nervión a lo largo de la primavera. Hoy jueves 20 es la penúltima sesión del segundo con la proyección de Dentro del laberinto (1986), clásico juvenil de los ochenta protagonizado por David Bowie y una jovencita Jennifer Connelly producido por George Lucas, escrito por Terry Jones y dirigido por Jim Henson, maestro en la creación artesanal de criaturas fantásticas. Sarah debe recorrer un laberinto para rescatar a su hermano pequeño, secuestrado por unos duendes y en manos del poderoso rey Jareth. La niña descubre que ha llegado a un lugar donde las cosas no son lo que parecen.

Para el próximo jueves 27, El hombre elefante (1980) de David Lynch pondrá el broche de oro al ciclo con la historia de John Merrick (John Hurt) ambientada en un onírico blanco y negro en la Inglaterra victoriana de finales del XIX

Para el martes 25, el ciclo de cine clásico cierra su temporada con El buscavidas (1961), de Robert Rossen, sin duda uno de los mejores filmes americanos de los sesenta, y en el que Paul Newman interpreta a un jugador profesional de billar obsesionado por el éxito. Años después, Scorsese recuperaría al personaje y al actor en El color del dinero.

‘Centauros’ del desierto en Avenida UCC

Si nada se tuerce, el próximo sábado estaremos en la Piazza Maggiore de Bolonia viendo en el Cinema Ritrovato la nueva copia restaurada en 4K de Centauros del desierto (1956), la obra maestra de John Ford y una de las mejores películas de todos los tiempos. De habernos quedado en Sevilla, podríamos habernos contentado con la proyección de otra buena copia del filme en VOSE en el cine Avenida, concretamente mañana viernes 21 a las 20:00h. Ni se lo piensen.  

Centauros del desierto
Centauros del desierto

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