Una noche con luz: primera jornada en el Pop CAAC
Música
Una espléndida Luz Casal inauguró la nueva edición del Pop CAAC
Manola, artista emergente y nombre destacado en las nuevas voces del soul y el jazz, actuó de telonera
En la noche de agosto, en Sevilla, aún predominaba esa calor pesada del verano, aunque en el color último del día se anticipaba el sonido de las llaves del otoño. Ese sonido con su luz de la casa vecina, asomada por el patinillo; esa luz de flexo, obligación y horario; esa luz semejante a la calma tras la victoria o el desastre.
En estas últimas noches del verano comenzó, un año más, el ciclo Pop CAAC, cuya edición para 2024 nos traerá a Los Planetas, Soziedad Alkoholika, Narco o Todd Terje, entre otros. Una cuidada nómina que actuará en los aledaños del antiguo monasterio de Santa María de las Cuevas hasta el próximo 7 de septiembre.
La inauguración de este encuentro en el CAAC tuvo la voz -la extraordinaria voz- de Luz Casal, quien estuvo precedida por Manola, artista gaditana que indaga en las direcciones del jazz y del soul, aunque reformulando lo estándar de cada categoría, con una estética personalísima, interpretando temas pasados y de su nuevo disco, el cual estará disponible a partir del 27 de septiembre y se presentará en Sevilla el 15 de noviembre.
En la primera media hora de Manola sobre el escenario, acompañada de sus músicos, sonaron Me extrañó, Adicción -una canción «especial», en palabras de la artista-, 1977 y Rota, entre otros temas. Se despidió Manola del público -ambiente heterogéneo- y en este la sensación de haber conocido un trabajo inspirado, currado y original.
En el Pop CAAC acudió el señor que viste guayabera y el señor que viste camisa de manga corta -esas Sevillas del verano-; y de aquí y de allá una comunión -o mejor dicho en este ámbito: una sintonía- en torno a otro punto de encuentro en esta ciudad: la cerveza. Ahí no hay distintas visiones ni criterios opuestos. Convence a todos. En fin: el primer logro de Luz Casal sucedió antes de aparecer por el escenario: reunir las variedades de la ciudad de Sevilla. No fue el único, claro, ni el más destacado, por supuesto. La artista nos encendió una luz en mitad de la noche -disculpad el juego fácil-. Incluso después del accidente que sufrió el pasado jueves en un concierto en Alicante, en el que una mala caída le causó la fractura del radio.
Por los puestos de comida venía el olor de la salchicha a la plancha, y sonaba Silvio con su popular mío compás y su Pura Concepción. Once de la noche. La Torre Pelli parecía celebrar el concierto con sus destellos artificiales. En el escenario, puntualísima, Luz Casal, espléndida e inmensa -no hubo Torre Pelli que la superara-, interpretando Hechizado. Su hechizo nos dejó en los primeros minutos de concierto: cálido aplauso -en una noche que un mínimo refrescaba- y bienvenida del público de Sevilla.
Luz Casal saludó a su público, con un discurso preciso y precioso: “Venimos con toda la fuerza, con toda la ilusión y con todas las ganas de conseguir que lo paséis bien, que os emocionéis…, y cuando todo eso pase nosotros tendremos la sensación de estar en casa”. Inmediatamente después sonó Que corra el aire. Energía, nervio, carisma. Son algunas de las palabras que nos dan la dimensión de Luz Casal sobre el escenario. Los músicos a un lado y otro de este. Detrás de la artista sólo una pantalla.
Luz Casal interpretó La inocencia, tema de su nuevo trabajo, Las ventanas de mi alma. «La inocencia que perdí / la quiero recuperar / porque aprendí / que el peso del rencor / es una enfermedad / y no me deja avanzar». Una letra que llevaba la formidable voz de la artista, conmovedora y amable.
El recital continuó con la memorable No me importa nada. En la pantalla del escenario figuraban retratos de mujeres que han inspirado la trayectoria de Luz Casal –“guías y faros del pasado y del presente”-: desde Rosalía de Castro a Gata Cattana, desde Patti Smith a Matilde Paz, madre de Luz Casal.
La noche se sucedía con Hola, qué tal, tema con una interesante historia en su creación y que nos trajo la sorpresa -Luz Casal llamó por teléfono a una seguidora-. En el CAAC sonó Un nuevo día brillará y su inmortal estribillo: “Quiero ser el rojo del amanecer. / El sol de nuevo brillará”. Brilló el sol y brilló la luz en esta noche de verano. En esta noche de agosto a la que le ha salido las canas del otoño, con su canción de rutinas y de sosiegos.
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