Música clásica para nuestra modernidad (y para cada público)

Es una frase manida, pero por eso quizá cierta: un clásico es una obra sin tiempo que ofrece un lenguaje para cada tiempo. Es una ideal similar a lo que nos sentenció Gustav Klimt: “A cada tiempo, su arte. A cada arte, su libertad”. Siguiendo con este concepto, Caixafórum Sevilla ha elegido el arte, el Bolero de Maurice Ravel, y lo ha adaptado a nuestra época, en la que predomina lo audiovisual. La propuesta de Caixafórum consiste en una nueva mirada –en la que participan casi todos los sentidos- a ese clásico contemporáneo del compositor francés.

De este modo, el centro cultural de La Caixa apuesta por la realidad virtual para acercar la cultura –en esta ocasión la música clásica- a todos los públicos. Así lo subrayó Moisés Roiz, director de Caixafórum Sevilla, en la rueda de prensa de El Bolero de Ravel: “Nuestro objetivo es que todos los públicos disfruten de la música clásica”. Y añadió a este propósito el interés en “poner la tecnología al servicio de la cultura” para que así “la cultura entre en la cotidianeidad”.

Este original formato, que une tecnología y cultura en torno al Bolero de Ravel, se proyectará en Caixafórum Sevilla hasta el 2 de marzo de 2025. Hasta entonces, los espectadores que pasen por la sala de “experiencias inmersivas” del centro cultural se sentirán parte de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceu. Observando, desde un lugar privilegiado, el trabajo de los músicos, los sonidos que se suceden, el ángulo desde el que el director de la orquesta, Josep Pons, dirige la partitura del Bolero –partitura que ha sido memorizada por los músicos, para así prescindir de atriles en aras de facilitar la visión del espectador-.

Núria Oller, directora del departamento de Música y Proyectos Digitales de la Fundación La Caixa, declaró en la rueda de prensa otro de los objetivos de esta actividad. La iniciativa, afirmó Oller, ha sido diseñada para que el visitante “viva, disfrute y sienta lo que es la música”. Porque el Bolero de Maurice Ravel, en este proyecto de Caixafórum, es reinterpretado para apreciarlo no sólo desde el oído, también desde la vista, con la cercanía de la orquesta, los instrumentos. En resumen, se trata de descubrir un desconocido enfoque de la música. La cuestión primordial es sentirla desde una perspectiva que pocos conocen.

“La nueva tecnología nos permite estar dentro de la experiencia, y no quedarnos como público. De forma que esta es una experiencia auditiva y audiovisual muy potente. El usuario se sienta en el epicentro de la escena. Sintiendo, escuchando y viendo lo que ocurre en el interior. Vemos la cara del compañero, vemos al músico que en el pasaje difícil tiene que acelerar, tiene que correr”, explicó Núria Oller, detallando los aspectos más significativos del concepto de esta “experiencia inmersiva” cuya dirección ha estado a cargo del realizador y músico Igor Cortadellas.

La actividad, que dura unos cuarenta minutos, se divide en dos partes. En la primera, se presenta un breve vídeo en el que los músicos de la orquesta nos contextualizan las principales claves del Bolero de Ravel. Las declaraciones discurren paralelas a las imágenes de unos pájaros –“estorninos”, nos aclaran- sobrevolando en bandadas un lugar desconocido. El símil es claro: la orquesta es una suma de individualidades que sin embargo alcanza la plenitud cuando se une, es decir, cuando vuela al unísono. “Una orquesta es una unidad. Nos escuchamos, nos miramos e incluso respiramos juntos. Sentimos todos de la misma manera, en la misma dirección. Separados somos una cosa; juntos somos una gran cosa”, confiesa un músico en este vídeo. El segundo tramo de esta propuesta, ahora sí, nos adentra en la grabación, adaptada para la realidad virtual y en la que somos uno más de la orquesta sinfónica. Nos imaginamos tocando el violín o la flauta. Desde el inicio de la obra de Ravel, con su equilibrada percusión, hasta la eclosión final de todos los instrumentos, en un crescendo paulatino y vibrante.

“Pretendemos divulgar la música, es decir, que la gente deje de tener la sensación de que la música clásica es inaccesible”, insistió Oller. El camino para llegar a este objetivo no ha estado falto de obstáculos. A la complejidad técnica de la grabación se suma el hecho de que esta se realizó en los años más duros de la pandemia. “Todo se grabó con dos cámaras de 180 grados, pegadas. Por lo que hubo que coser dos películas. Cada uno de los detalles que veis aquí está pensado. Como el montaje de los 120 micrófonos. Las grabaciones se rodaron en plena pandemia, lo cual significaba que en los dos días de rodaje tuvimos que hacer una gran cantidad de test de antígenos. El rodaje empezaba una hora y media antes para tenerlo todo controlado. Por último, tuvimos a los músicos tocando durante dos días enteros una melodía que se repite. Fue una aventura muy especial”, concluyó Núria Oller.

La sala de “experiencias inmersivas” compaginará la proyección del Bolero de Ravel con otro éxito de Caixafórum Sevilla, también con formato de realidad virtual. Nos referimos a Symphony, una obra en la que igualmente convergen la música clásica y lo audiovisual. Aunque en esta ocasión con la música de Beethoven, Mahler y Bernstein, y con la dirección del director de orquesta Gustavo Dudamel.

Toda esta oferta podrá disfrutarse a lo largo del verano en un nuevo horario: de 11:00h a 22:00h –hasta el 8 de septiembre-. Para más información y reserva de entradas: https://caixaforum.org/es/sevilla/experiencias-inmersivas