La música carece de fronteras

Arcángel y Fahmi Alqhai estrenan en Sevilla su atractivo proyecto flamenco-barroco 'Las idas y las vueltas'.

Arcángel, Patricia Guerrero y Alqhai, "orgullosos" de presentar su proyecto mestizo en la Bienal.
Arcángel, Patricia Guerrero y Alqhai, "orgullosos" de presentar su proyecto mestizo en la Bienal.
Charo Ramos / Sevilla

04 de septiembre 2012 - 05:00

Por fin esta noche, y con todas las entradas agotadas, se estrena en la Bienal de Sevilla Las idas y las vueltas, el sugerente cruce entre la música barroca colonial y el flamenco que han logrado el violagambista Fahmi Alqhai y el cantaor onubense Arcángel. El proyecto, plasmado en un disco que se grabó a finales del año pasado en los estudios Sputnik de la capital andaluza, supone un paso adelante en los discursos que relacionan flamenco y música barroca porque, como afirmaba el crítico de este medio Pablo J. Vayón, "esas tesis no son nuevas, pero nunca habían sido llevadas a la práctica con el nivel técnico de ejecución y la complicidad que muestran en este trabajo Arcángel y sus músicos por un lado y Fahmi Alqhai y los suyos por el otro".

El programa, que comenzó a gestarse hace dos años y se estrenó en julio en el Festival de Música y Danza de Granada, busca las raíces comunes entre las dos músicas con mucho rigor pero también con ganas de disfrutar, en constante evolución; "con respeto a la tradición, pero con un pie puesto siempre en el futuro", según Alqhai.

Arcángel, que aseguró ayer que no le "asusta la palabra fusión, aunque conozco a los sectores más críticos del flamenco, por desgracia", defendió en la presentación del espectáculo en la sede de la Bienal que "ninguna música prima sobre la otra; y eso que el flamenco es una música que mancha mucho, en el buen sentido de la palabra, porque tiene unas raíces tan fuerzas que en seguida se nota cuando se mezcla con otra música". "Yo estoy muy acostumbrado a meterme en todos los charcos y aquí he encontrado unos intérpretes a los que les apasiona tanto como a mí la música. Y hemos disfrutado a lo grande", añadió.

El proyecto, que arranca con una toná tradicional que él interpreta en solitario y que va dando paso a romances, jaleos, vidalitas, folías o seguiriyas, conoce algunos de sus pasajes más hermosos cuando la voz del onubense se funde con la de la soprano Mariví Blasco en, por citar un ejemplo, unas guarachas que se transforman en guajiras. Esta noche Las idas y las vueltas reunirá a una docena de músicos sobre el escenario. La parte flamenca la asumen Arcángel, el percusionista Agustín Diassera, el guitarrista granadino Miguel Ángel Cortés y su paisana y primera bailarina del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA), Patricia Guerrero, que hará unas pinceladas "que nos sorprenderán a todos", señaló la directora de la Bienal, Rosalía Gómez, para quien Guerrero -que mañana bailará también con el BFA en Metáfora, coreografiada por Rubén Olmo- es una de esas promesas que han llegado para quedarse y por las que esta edición apuesta decididamente.

Fahmi Alqhai, por su parte, responsable de los arreglos y director musical de este proyecto, trae al Alcázar a la elite de su Accademia del Piacere: el percusionista Pedro Estevan, los violagambistas Rami Alqhai y Johanna Rose, el violone Juan Ramón Lara, el flautista Vicente Parrilla, Miguel Rincón a la tiorba y guitarra barroca y la citada Mariví Blasco.

Fahmi Alqhai recalcó ayer que tanto los músicos de la Accademia como los flamencos "han buceado en los cantes más arcaicos y en composiciones que desde el siglo XV fueron a América, se mezclaron con sones negros y ritmos indios y regresaron enriquecidas", de ahí el título de Las idas y las vueltas. "En este caso, el mestizaje ha sido una superación", concluyó el director de la Accademia, que se mostró "orgulloso" de estar en la Bienal de Flamenco tras lograr llenos absolutos y críticas tremendamente elogiosas en su reciente gira por los principales auditorios y teatros centroeuropeos.

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