Otro mundo es posible

LaSal Teatro se ha labrado un reconocimiento ininterrumpido desde su creación en el año 2000. Sus creaciones han contado siempre con una exquisitez en sus escenografías, composiciones musicales, diseños de iluminación y vestuario. Comprometidas, desde su nacimiento, en la dignificación del teatro para la infancia y familiar, sus obras se caracterizan por dirigirse a los niños y niñas tratándolos como personas capaces de discernir, disfrutar y aprender de las artes escénicas sin que estás tengan que rebajar ni el nivel ni la calidad.

En esta línea de trabajo se enmarca la pieza escrita y dirigida por Julia Ruiz, En un rincón del mundo, un cuento atemporal en el que tres niños, Laura, Clau y Manu, tienen que salir huyendo de su aldea ante el grito de sus padres: ‘Corred, corred’. Desorientados, asustados, tienen de 9 a 10 años, escapan de un peligro que son incapaces de comprender y se adentran en el bosque, ese bosque de Pulgarcito, de Blancanieves, de Hansel y Gretel y de tantas otras historias que durante la noche dan miedo y por el día tranquilidad.

Nuestros protagonistas, interpretados con fabulosa versatilidad por  Marisa Refoyo, Pepa Gil y Javi Parra, nos cuentan en distintos flashback los recuerdos que tienen de su estancia en ese bosque en el que sobrevivieron y se hicieron amigos, y lograron superar obstáculos, muchos de ellos heredados de la sociedad de la que provenían.

Con tres caracteres muy diferenciados, la fuerte pero herida por la muerte de su padre, Laura (Marisa Refoyo), la más equilibrada Clau (Pepa Gil) y el mimado y consentido Manu (Javi Parra) tendrán que salir adelante despojándose de egoísmos adquiridos y aprendiendo a sentir el compañerismo que los mantuvo unidos y a salvo.

Julia Ruiz introduce el lenguaje inclusivo, aborda la muerte del padre de una de las niñas, teoriza sobre la forma de concebir y, sobre todo, crea unos divertidos personajes, los Animorfios, con los que los niños consiguen huir de su situación convirtiéndose en estos seres fantásticos e imaginarios que no se someten a ninguna norma, como hacían los ‘niños perdidos’ que Peter Pan rescataba y llevaba a su país de Nunca Jamás. Libres de reglas sociales, los niños llegan a un final emotivo que da sentido a todo el cuento.

Pero a estos tres protagonistas hay que sumarles tres más, la sugerente iluminación de Almudena Oneto, La música de Mariano Lozano-P que embellece toda la puesta en escena y llena de sonidos el bosque como la escena en la que se bañan en el río. Y, sobre todo, la escenografía de Isa Soto, ese bosque animado, esos troncos realizados con lanas y ese suelo de hojarasca que dota a toda la pieza de un empaque espectacular.