Una mula entre las dos Españas

Cuatro años después de su rodaje llega a las salas 'La mula', adaptación de la novela homónima de Juan Eslava Galán protagonizada por Mario Casas y María Valverde.

María Valverde y Mario Casas, ayer, en la presentación de la película en Madrid.
María Valverde y Mario Casas, ayer, en la presentación de la película en Madrid.
A. A. / Córdoba

10 de mayo 2013 - 05:00

Muchos se refieren a La mula como la película en cuyo rodaje se conocieron Mario Casas y María Valverde, pero evidentemente es mucho más que eso. En principio, un proyecto para trasladar al cine, en régimen de coproducción, la novela homónima de Juan Eslava Galán. Posteriormente, una de las películas que más controversia han generado en los últimos años en el cine español. Rodada en 2009, hoy llega a los cines tras superar el abandono de su director (Michael Radford) por desencuentros económicos con la productora española Gheko Films, discusiones por los porcentajes de gastos y distribución, un pleito judicial de tres años y la hostilidad del Ministerio de Cultura en el último periodo de la etapa socialista, al que la responsable de Gheko, Alejandra Frade, llegó a acusar de "censura" por negarse a calificar la cinta y paralizar su estreno. Una sucesión de acusaciones, querellas y demoras que no obstante no ha impedido que La mula llegue finalmente a las salas, sin firma de realizador y con la intención de resarcirse en la taquilla de los malos ratos. Rodada en gran parte en la provincia cordobesa (en Montoro y sus alrededores), La mula compitió en el reciente Festival de Málaga, donde Casas ganó el premio al mejor actor, y ayer fue presentada en Madrid.

La película se ha resentido de estos años de paralización, indicó ayer el intérprete, que resumió el sentir de los actores participantes al afirmar: "No tenemos la culpa. Nos hubiera gustado que se hubiera estrenado a su tiempo, pero es este el momento de La mula y lo disfrutamos con ilusión".

Eslava Galán narra una historia tierna y cómica sobre hechos reales ocurridos a su padre, acemilero en la Guerra Civil, un humilde cabo del bando nacional que se encuentra una mula blanca perdida en medio de la contienda. Con el animal y 400 pesetas intentará conquistar a una chica.

"Hay mucho miedo cuando una película se retrasa tanto o no se termina -apuntó Secun de la Rosa, uno de los secundarios-, pero esto es mucho más habitual en el cine de lo que se cree el público: que se quede en un cajón, yo conozco muchos casos. Aunque es duro, no es excepcional".

Casas recuerda que el rodaje fue "una piña". "Había muchos actores y cuando acabó la película, como hubo estos problemas, hicimos más piña todavía. Nos llamábamos a ver qué pasaba, si salía o no la película, cómo habría quedado...".

"A mí me encantaría, como a mis compañeros, estar hoy en un photocall donde estuviera Alejandra (Frade) y con Radford con nosotros, porque pusimos lo mejor de nuestra parte -afirmó De la Rosa-, pero desde algún punto estamos huérfanos porque estamos sin el director".

Normalmente, reflexiona De la Rosa, "es el director el que dice lo bien que están sus actores. Es duro, pero ahora lo que importa es que la película se vea y que el público sepa que todos lo hemos hecho lo mejor que hemos podido".

Y a falta de las "flores" del director, De la Rosa resume el trabajo de Casas como "impresionante". "Tiene momentos de inocencia, pero luego cambia. Va sumando y sumando, y eso es muy difícil. Y María igual", remató el madrileño.

Para la actriz, "es un honor que te dirija un director tan grande como Radford; es una película que bebe de actores y eso se ve en el resultado final".

La mula, explicó Eslava Galán, no es una película "ni de izquierdas ni de derechas, sino de españoles metidos en un conflicto, con mucho humor y ternura".

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