Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Emperatriz
Territorio Nuevos Tiempos / Grupo de Mujeres de El Vacie. Texto: : Federico García Lorca. Dirección: Pepa Gamboa. Actrices: Rocío Montero Maya, Carina Ramírez Montero, Sandra Ramírez Montero, Mª Luz Navarro Jiménez, Loli del Campo Díaz, Ana Jiménez García, Sonia Joana Da Silva, Pilar Montero Suárez y Marga Reyes. Diseño de espacio escénico: Pepa Gamboa y Antonio Marín. Fecha: Domingo, 8 de noviembre. Lugar: Teatro TNT. Aforo: Lleno con las localidades agotadas.
Pocas veces se han vivido en un teatro veladas como la que anoche se vivió en el TNT con motivo de la clausura de la segunda edición de su Mitin (Muestra Internacional de Teatro de Investigación). Revueltos en sus filas había políticos, gestores culturales, profesionales de las artes y un grupo variopinto en el que predominaban los habitantes del asentamiento chabolista del que proceden las artistas: el Vacie. Un público nada habituado a asistir al teatro, que acompañó en todo momento con gran atención -y también con risas y aplausos, siempre respetuosos- , el trabajo de sus vecinas o familiares.
No vamos a entrar aquí en el revulsivo que ha significado este proyecto desde el punto de vista social y sociológico porque ya ha sido comentado en muchas sedes. Baste decir la gran alegría que se siente al ver que se citan en positivo lugares que, por desgracia, siempre aparecen ligados a las lacras que conocemos y, sobre todo, observar cómo, al final de la representación, muchos de los que en otras circunstancias rehuirían su presencia, fueron a besar y a felicitar a las protagonistas.
La velada incluyó la entrega del Primer Premio Carlos Iniesta del Cenit al grupo madrileño Las Hedonistas y el estreno absoluto de La casa de Bernarda Alba, fruto de un proceso que comenzó con un taller y siguió con un guante que Ricardo Iniesta, director del TNT, puso en manos de la directora Pepa Gamboa. No podía haber hecho una mejor elección.
Resulta muy difícil, de todas formas, enjuiciar un trabajo como éste desde el punto de vista teatral; al menos con los parámetros que estamos acostumbrados a utilizar. Aquí no se puede hablar -y tal vez ni falta que hace- de vocalización, de proyección de la voz, o de creación física de personajes porque casi no hay personajes, o al menos en el sentido clásico del término.
Pepa Gamboa ha hecho un trabajo realmente extraordinario. En primer lugar, y aunque obligada por las circunstancias, simplificando al máximo un texto que ha dejado en su más pura esencia (fruto de sus improvisaciones con las mujeres) sin que se pierdan por completo los conflictos planteados por Lorca. Y luego, modulando sabiamente, escena a escena, un magma muy complejo de manejar. La banda sonora, mezcla de aires flamencos y canciones de Boran Bregovic, como en las películas de Kusturika, narra, contrasta, incita y da ritmo al conjunto. Gamboa ha tenido la gran inteligencia de no empeñarse en hacer de este espectáculo lo que no podía ser y potenciar lo que es. Y lo que es, ya lo hemos dicho, no son ocho personajes literarios sino ocho verdades andantes capaces de pasear con soltura por el escenario con objetos en la cabeza o de cargar los textos más metafóricos de significado real.
En esta empresa, tremenda y apasionante, la directora ha contado con la única profesional del montaje, la actriz de Atalaya Marga Reyes. Ésta, pieza clave en esta versión de la célebre tragedia, desempeña gozosamente un triple papel: interpreta a Poncia, la vieja criada de Bernarda; sirve de enlace entre la palabra, el vuelo poético de García Lorca, y la tierra más tierra. Por último, es también la maestra de ceremonias que da el pie para los diálogos, acompaña continuamente a las actrices y lanza trapos a los que todas entran con la mayor de las noblezas.
Un espectáculo muy muy especial que volverá al TNT a partir del próximo 20 de noviembre.
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