Las “historias chiquitas” de Magalí Etchebarne logran el Premio Ribera del Duero

Literatura

La argentina se impone con 'La vida por delante', un viaje al desconcierto de los espacios cotidianos

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La escritora Magalí Etchebarne (Buenos Aires, 1983).
La escritora Magalí Etchebarne (Buenos Aires, 1983). / Catalina Bartolomé

Madrid/En uno de los cuentos que forman parte de Los mejores días, el primer libro de la escritora argentina Magalí Etchebarne, publicado en España en 2019 por Las Afueras, la madre de la protagonista rebautiza el tumor que sufre como "la cosita preciosa que tengo en el pulmón", mientras otro de los personajes compara su adicción a la cocaína con salir de caza en busca de su presa. A Etchebarne (Buenos Aires, 1983), que este miércoles se proclamó en Madrid ganadora del VIII Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve por La vida por delante, le gusta renombrar y contar de otro modo los espacios cotidianos, esa intimidad en la que los seres humanos nos revelamos con todas nuestras contradicciones, lo que ella llama "las historias chiquitas, esas pequeñas batallas que libramos con el dolor cada día". La autora dedica a asuntos de la hondura de las crisis de pareja, la enfermedad o el duelo una mirada preocupada por la ligereza y no exenta de humor, un contraste que cautivó a un jurado en el que participaron los escritores Mariana Enríquez, Brenda Navarro y Carlos Castán.

Etchebarne, que se consagra con este galardón, dotado con 25.000 euros y considerado uno de los más prestigiosos de las letras hispanoamericanas, brinda en su literatura el vocablo preciso al magma confuso de la existencia. "Cuando estamos atravesando un momento difícil y tenemos emociones complejas sentimos que las palabras nos faltan. En este libro y en el anterior me pregunto mucho por cómo nos referimos a las cosas y a los vínculos", explica la narradora tras una rueda de prensa en el Círculo de Bellas Artes, donde estuvo arropada también por el editor Juan Casamayor y Enrique Pascual, presidente de la D. O. Ribera del Duero. Etchebarne recordó en el acto de entrega del premio a su madre, "la primera lectora que conocí, ese trance en que ella entraba me despertó una curiosidad fatal. Gracias a ella encontré en los libros, de niña, todas las vidas y todos los mundos que no iba a poder vivir".

Ya en esos años de infancia, Etchebarne probó con la escritura, y ganaba concursos y le redactaba cartas a su yo del futuro. Desde entonces concibe la literatura como "un lugar de búsqueda que ayuda a procesar lo que nos ocurre". Por las páginas de La vida por delante desfilan una mujer enferma que contempla con envidia la juventud de las otras, dos amigas que viajan a las cataratas de Iguazú y que verán cómo ese paisaje idílico y brutal se tiñe de la tristeza del suicidio, una pareja que se resiste a poner fin a una convivencia tempestuosa. "He volcado en estos personajes desconcertados y dolidos mucho de la vida, no tanto de mi vida privada, también de lo que encontraba en mi entorno. Cuando escribes estás con los radares abiertos, atenta a los movimientos de los demás", sostiene la creadora argentina.

Con los miembros del jurado Brenda Navarro, Carlos Castán y Mariana Enríquez.
Con los miembros del jurado Brenda Navarro, Carlos Castán y Mariana Enríquez. / Páginas de Espuma

Mariana Enríquez destaca de Etchebarne su voz "diferente, fresca pero muy cuidada", un registro que evita el peligro de la solemnidad. "Me preocupaba", asegura la ganadora del premio, "empalagar con el drama cuando cruzaba las zonas más oscuras de estas historias. El humor me ayudaba a tomar una salida de emergencia, me ofrecía un salvavidas, era como bajar el volumen. Pero una nunca sabe si a los lectores les parecerá algo gracioso. Estoy contenta, compruebo que la gente se ríe o sonríe con estos cuentos, por lo que me dicen".

En Los mejores días Etchebarne ya retrataba las extrañas pulsaciones del corazón. "Allá había parejas más jóvenes, primeros amores. Acá hay una pareja que encajó y que no puede desencajar, dos amantes que discuten cada vez que se cruzan. Me interesan mucho las crisis que surgen en una convivencia, esas peleas en las que sale de ti una inteligencia malvada y haces el comentario más hiriente, te conviertes en un samurái. Después de mandar el libro al premio, vi Anatomía de una caída, la película de Justine Triet, que tiene esa gran discusión en el centro, y pensé: ¡Yo quería escribir eso!".

"Me interesan las crisis de pareja, esas discusiones en las que sale de ti la fiereza de un samurái”

Una escena que escapara de la obviedad, porque como señala Alan Pauls, en el universo de Etchebarne "todo está a la vista y sin embargo el misterio persiste". La autora responde a este halago con humildad. "Lo que sucede es que los narradores no terminamos de resolver ese enigma de estar en el mundo, hay algo que no entendemos del todo, y eso se transmite a los lectores". La vida por delante, que llegará a las librerías españolas el 8 de mayo editada por Páginas de Espuma, promete una hermosa galería del desconcierto.

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