Los mejores arqueros del reino

Se nota y mucho cuando Martin Scorsese se implica de verdad en uno de los muchos proyectos a los que suele poner su nombre en los créditos o en los que aparece como ilustre, erudito e imprescindible entrevistado. Este Made in England es uno de ellos como antes lo fueron los documentales Un viaje personal por el cine norteamericano, Mi viaje a Italia o sus retratos de Elia Kazan, Bob Dylan o George Harrison, todos ellos nacidos de las entrañas de una admiración profunda, una amistad o una deuda sincera y autobiográfica con los cineastas, las películas o los artistas en cuestión.

Se trata ahora de reconocer en su justa medida a los que, con permiso de Humphrey Jennings, David Lean, Bill Douglas o Terence Davies, son los más grandes directores del cine británico de todos los tiempos; artífices, uno desde la concepción visual y expresiva, el otro desde la escritura o la dramaturgia, de un puñado de obras maestras como Un asunto de vida o muerte, Sé a dónde voy, Vida y muerte del Coronel Blimp, Las zapatillas rojas, Narciso negro o Los cuentos de Hoffmann que, para Scorsese, marcaron su infancia como espectador y sus pasos como cineasta, también una amistad con el primero de más de 16 años cuando, rescatado del olvido tras años de inactividad, lo convenció junto a Coppola para instalarse en Los Ángeles como supervisor de proyectos para Zoetrope. Scorsese también está muy vinculado a Powell a través de su esposa Thelma Schoonmaker, montadora de la mayoría de sus filmes desde Toro Salvaje.  

Con estas credenciales, este documental que firma David Hinton se despliega ejemplarmente a partir de su relato en primera persona, minucioso como los mencionados en el análisis detallado de los elementos de cada escena o cada secuencia memorable de una filmografía que concentró en apenas quince años de independencia (a través de su productora The Archers) y vanguardia en el seno de la industria (primero con Korda, luego con Rank) las más elevadas cotas de audacia, creatividad e inventiva cinematográficas, primero al servicio de la propaganda en pleno periodo bélico, luego en la búsqueda de nuevas historias y adaptaciones para seguir desarrollando su desaforada pasión por el artificio o la forma músico-cinematográfica; finalmente, en un filme como El fotógrafo del pánico, para cerrar una etapa de esplendor con un extraño y pequeño filme autoconsciente adelantado a su tiempo.

Con un precioso material de los rodajes o la preparación y el prediseño de los filmes, unas valiosas entrevistas de archivo con Powell y Pressburger juntos o por separado, el montaje de escenas de filmes de Scorsese influidas por su cine y el relato cronológico de las etapas de su carrera profesional y personal, Made in England quedará no sólo como el documental definitivo sobre estos dos arqueros y amigos elegantes, humanistas y visionarios, sino como un verdadero homenaje al arte cinematográfico en la cumbre de sus aspiraciones estéticas.