"Para mí, la profesionalidad consiste en no conformarse con el notable"

Luz Casal | Cantante y compositora

La artista gallega inaugura este viernes una nueva edición del Pop CAAC en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, una cita en la que presenta disco y repasa parte de su amplio repertorio

Luz Casal: "Las canciones hay que saber expresarlas y sentirlas"

"Si un perro te mira cuando cantas, pinta bien la cosa"

Luz Casal (Boimorto, A Coruña, 1958), hace unos meses en un concierto en el Generalife de Granada
Luz Casal (Boimorto, A Coruña, 1958), hace unos meses en un concierto en el Generalife de Granada / D.S.

El próximo viernes comienza una nueva edición del Pop CAAC y la primera figura que pasará por la pradera cartujana será Luz Casal. Al comenzar esta entrevista rememoramos aquella primera vez que visitó nuestra ciudad, hace 41 años: “Esto del tiempo ya sabe usted que es una cosa que tiene una cierta importancia según para quién, y en mi caso es relativa; pero claro, efectivamente hay datos que son apabullantes y hace tanto tiempo de la primera vez que hice un concierto en Sevilla en la gira de Miguel Ríos…”

-Supongo que formar parte de una gira tan mítica como la del Rock de una noche de verano, con Miguel Ríos y Leño, recordada tantas veces con artículos, libros, documentales, le habrá dejado recuerdos de todas clases, tanto buenos como malos.

-Es que los malos tengo facilidad para olvidarlos, con lo cual me quedo con la experiencia, en general buenísima, de empezar mi carrera oficial. Había cantado mucho antes en escenarios de Asturias y algunas zonas limítrofes con el principado, pero este era mi bautizo y verdaderamente me quedo con todas las lecciones que aprendí; me quedo con los amigos que hice, que en algunos casos mantengo; me quedo con todas esas experiencias que me ayudaron a muchas cosas, entre ellas a afianzar mi vocación y mi propósito de que esto es lo que quería hacer y me iba a entregar a ello.

-Aquella cantante jovencita, que se pasó todo el concierto dando saltos, tendría muchas ilusiones y muchos temores. De las ilusiones, ¿cuáles le ha dado más alegría cumplir en estos 40 años? ¿Y de los temores cuáles se ha alegrado más de dejar atrás?

-Los saltos los sigo dando, porque según con qué canciones es imposible no hacerlo. Entiendo muchísimas maneras de estar sobre un escenario, pero en mi caso, tengo un repertorio que te da opción a estar de maneras muy distintas, en algunos casos prácticamente extática, como si solamente tu voz fuera lo más importante y el resto de tus posibles herramientas expresivas están anuladas, y en otros te tienes que descoyuntar, porque si no, es que no estás dentro de la canción. Yo eso lo hago de manera muy espontánea, nada racional; según que canción, me muestro de una manera o de la contraria y además según que día soy de una manera o de otra. Los temores van en relación a la profesión, a tu responsabilidad por ser maravillosa todo el tiempo, no solo para la gente, que es lo más importante, sino igualmente para mí; esos siguen estando presente. Incluso con el tiempo han aumentado los temores a lo que tú misma te autoimpones; no puedo cometer el mismo error que he cometido hace tres días, porque eso sería como hacer tu trabajo de mala manera, no profesional; y yo siempre he entendido la profesionalidad como la exigencia de no conformarte con el aprobado ni el notable, conseguir un once a ser posible. De las ilusiones, el tener la oportunidad de relacionarte con la gente, de crecer a través de una cosa tan importantísima como es la música. Es decir, vivir a través de ella, que quizás suena demasiado concluyente, demasiado rimbombante, pero es así. Yo me expreso mucho a través de la escritura de manera cotidiana, de manera diaria, pero eso no está completo si no tiene música; por eso, expresarme a través de ella es una ilusión que sigue prácticamente inalterable, verdaderamente. Las cosas son así desde el principio de mi carrera; incluso de lo que es oficialmente el principio de mi carrera.

"Tengo muchas maneras de estar de estar en el escenario. Algunas veces apenas me muevo y en otras me descoyunto"

-Por entonces usted solo tenía editado el primer disco y por lo que he rastreado de sus últimos conciertos, no recupera nada de él; la canción más antigua que interpreta es Detrás de tu mirada, del segundo disco. ¿No hay canciones de aquel momento que tengan vigencia ahora?

-Hay otras que hago a veces: No aguanto más, Eres tú, Ciudad sin ley, pero claro, afortunadamente, a diferencia de ese año, tengo un montón de álbumes y hay canciones que se repiten en esencia, aunque no en la forma ni en el contenido, pero que se repiten; y voy escogiendo de esas la que me representa de una manera más fiel, la que me provoca más cosas, y voy dejando atrás ciertas canciones. Considero que tengo baladas muchísimo más rotundas posteriores a Eres tú, del primer álbum, por ejemplo; y como uno de mis objetivos siempre ha sido tener muy buenas canciones en los conciertos, al haber otras mejores que esa, no hay ninguna duda de cuál es la elección.

Luz Casal
Luz Casal / D.S.

-No hace mucho, en una entrevista en este mismo medio decía usted que las canciones son un vehículo para expresar aquello que te duele y aquello que te hace ilusión y te alegra la vida. Con esa premisa, me gustaría hacerle un par de preguntas. ¿Interpreta usted de la misma forma sus propias composiciones que las de otros autores, con las que ha tenido muchos éxitos también?

-Sí, con la misma entrega, por supuestísimo. Para ponerle un ejemplo externo, es como si le preguntaras a un chelista si tocar a Edvard Grieg es menos interesante que tocar una pieza de Mozart, o tocar una propia. Para un intérprete ¿cuál es su herramienta principal?, la obra, la canción; en mi caso, me da igual quien la ha escrito si soy capaz de meterme en la piel de esa historia, si soy capaz de sentir lo que está describiendo; puede incluso que una canción de un autor excelente, a lo mejor cuando él la interpreta tiene menos profundidad que cuando la interpreta otra persona que no la ha escrito. Yo no hago distingos entre lo propio y lo que ha llegado por suerte a mi vida; piense que todas las canciones ajenas han sido elegidas por algo, y ese algo quiere decir que yo me he sentido capaz de sentir, de emocionarme, de vivir la canción; porque así es como yo interpreto las canciones, sintiéndolas, viviéndolas.

"No quiero dejar más dolor del que hay, y mis letras hablan de puertas y ventanas. Siempre puede lucir el sol"

-¿Ha variado sustancialmente en algunas épocas su manera de componer? Supongo que el periodo de 2007 al 2010 sería especialmente doloroso, pero por lo demás, no recuerdo muchos altibajos en los niveles de melancolía y alegría de sus canciones, como para identificar una fase de dolor o de ilusión.

-Creo que hay diferencia entre la realidad y lo que esa realidad te provoca; de alguna manera inconscientemente, en la mayoría de los casos, pero también en otros de manera provocada; yo no quiero dejar más dolor del que hay en la vida, por eso uso mucho las expresiones de ventanas, de puertas, de cambios de dirección, en las letras que escribo; porque verdaderamente me parece que siempre hay una posibilidad de alterar el drama, el problema cotidiano, y siempre puede lucir el sol entre la tormenta. En mi último disco está la canción Hola, qué tal, que si me hubiera dejado llevar por las sensaciones tan duras que padecía cuando hablaba con la gente, en vez de una canción esperanzadora, que habla de la importancia de saber que existe otro ser que puede entender tus limitaciones, tus penas, y además es tan vulnerable y tan frágil como tú, hubiera salido una canción dramática, durísima, de cuestionarse las cosas esenciales que nos cuestionamos en algún momento de la vida: por qué estoy aquí, o por qué este accidente me ha tenido que pasar a mí, por qué esta enfermedad me ha tenido que pasar a mí.

-¿Cuándo se pone usted a escribir tiene ya en mente cómo va a ser la canción o a medida que la escribe descubre cosas de usted misma o de la situación que describe, que necesita integrar en ella?

-Hay de todo; hay veces que percibes la canción como un todo, aunque no tengas escrito nada más que un diez por ciento, quizás solo el título, pero sabes por donde va a ir y como va a ser rematada. Y otras que te cuesta dolor, sudores y tiempo rematarla. Igual que con las melodías, e incluso con las canciones ajenas, que tienes ese olfato para decir: yo esto lo puedo hacer y lo voy a hacer bien; pero hasta que no lo haces puede pasar un tiempo de barbecho que dices: sí, me gusta, ¿pero cómo la afronto, a dónde voy, qué sonoridad se le añade a esto? Un ejemplo preciso es mi colaboración con Bronquio para la revisión de El canto del gallo, de Radio Futura. Tenía todo el impulso de querer hacerla, pero estaba claro que no iba a alterar una cosa esencial en la canción, que es la base rítmica; esa especie de reggae más o menos evidente. Eso era una decisión clarísima y a partir de ahí le puedes dar una sonoridad u otra, pero había elementos que no podía alterar porque la canción se hubiera resentido. Por eso le digo que varía muchísimo, no tengo ni una ni cinco reglas por las que me mueva cuando intento acceder a un nuevo trabajo.

-Esparcidos por esa canción que cita, la última que ha grabado usted, hay tres grupos de versos: El músico buscó la acera en sombra… / por eso te hacen daño los huesos cuando golpeas fuerte… / y al andar descubrió la maravilla del sonido de sus propios pasos… ¿Hay una metáfora, una descripción más maravillosa del antes, durante y después de un concierto?

-Así es. También hay otra sobre el músico ambulante; esa frase fue una de las que provocó que decidiera hacerlo, porque efectivamente, nosotros somos músicos ambulantes, mañana estamos en Vigo y dentro de unos días estamos en otra tierra y pasamos del verano hasta casi el invierno, estamos en ferias y en pabellones. Creo que es una letra preciosísima; no es de las canciones más relevantes de Radio Futura, pero a mí me parece una canción excelente. Y rítmicamente nunca me ha sido ajena, porque mi primer single, El ascensor, llevaba ese ritmo, que no fue nada más que la consecuencia de haber escuchado durante mucho tiempo y de una manera como p’a volverme loca a Bob Marley. A veces decides hacer cosas por cuestiones casi peregrinas, que apenas se sostienen, pero que a ti te han provocado y te han motivado a tomar esa decisión.

-Aunque la promoción del concierto dice que está presentando su último disco, Las ventanas de mi alma, de él solo interpreta dos o tres canciones. ¿Tiene eso más que ver con que la gente espere de usted sus grandes éxitos o con que sus experiencias vitales hayan cambiado mucho?, porque si ese disco salió en 2023, se trabajó en su grabación y producción un año o año y pico antes, supongo que las canciones las compondría usted en plena pandemia, con condicionantes muy diferentes a los actuales.

-Sí, la mayoría. Tenía ideas de algunas canciones, que en ese estado de privación de libertad y movimiento se fueron consolidando, y tuve tiempo para desarrollarlas; sí, mucho trabajo está hecho en ese periodo. Pero la razón de no interpretarlas ahora es que estamos haciendo una segunda parte de la gira, y repetir muchas de las canciones, considerando que tengo algunas que son imprescindibles, inamovibles en el repertorio, era como volver a hacer lo mismo, y tanto a mí, como a los músicos y al equipo nos hacía ilusión meternos en berenjenales, en canciones que llevábamos años sin hacer. Esa es básicamente la razón.

"Desde niña me llama la atención la gente que no es convencional. En mi estudio tengo un dibujo de Silvio"

-Usted siempre ha tenido una buena relación con Sevilla. Los sevillanos tenemos muy presente que, aunque Silvio sea para nosotros un icono, más allá del triángulo de Sevilla, Huelva y Cádiz nadie lo ha reivindicado nunca, salvo usted, que ha sido la única artista de primera línea que lo ha hecho. ¿Cómo surgió esa relación con él? ¿Y cómo se mantuvo?

-Y lo seguiré reivindicando. Silvio fue la primera persona que me trató de señora, cuando yo debía tener unos 26 o 27 años, y a mí eso me conmocionó, me llegó a las tripas; que este hombre considerase que yo era una señora es un grandísimo piropo. He tenido muchas experiencias con Silvio y de vez en cuando lo escucho; le tengo mucho respeto. La gente que es anticonvencional, extravagante, me ha llamado siempre mucho la atención, desde pequeña. Tengo en mi estudio, para que se haga una idea, entre cuadros de Miles Davis y otra gente importante de la música, un dibujo de Silvio.

-¿Con qué banda vendrá a Sevilla?

-Con Tino Di Geraldo a la batería, que llevamos juntos desde el 85. Baldo en los teclados, un musico de Lleida con el que he trabajado en el último álbum codo con codo. Jorge Ojea a la guitarra y Peter Otero al bajo, que también llevan un montón de tiempo, y Borja Montenegro, que es el último que ha llegado y entra y sale, pero es un excelente guitarrista. Tengo una banda con la que me siento muy arropada, muy motivada, porque cada uno de ellos es muy buen instrumentista, pero además tienen la consideración de estar pendientes de mí, que soy un poquito impredecible encima de un escenario. Y tienen otra cosa que también es sobresaliente, ser buenos músicos a pesar de un repertorio tan amplio estilísticamente.

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