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Un dúo en óptima madurez

Luis Orden & María Esther Guzmán | Crítica

Luis Orden y María Esther Guzmán en el Espacio Turina / Micaela Galván

La ficha

LUIS ORDEN & MARÍA ESTHER GUZMÁN

***

Música de Cámara en Turina. Luis Orden, flauta travesera; María Esther Guzmán, guitarra.

Programa: Ventanas hacia cualquier otoño (Santiago Delgado Llopart, integral de las obras para flauta y guitarra)

Santiago Delgado Llopart (1962): Bagatela azul [2018] / Bajo el ave solitaria [2013] / Entre montañas [2007] / Ventanas hacia cualquier otoño [2007] / Vals de los vestigios [2008] / Crines del norte [2008] / Tu blanca huella [2010]

Lugar: Espacio Turina. Fecha: Domingo, 17 de noviembre. Aforo: media entrada.

El que forman Luis Orden y María Esther Guzmán es uno de los dúos más veteranos, maduros y consolidados de la música sevillana. Como el repertorio para flauta y guitarra no es demasiado abundante, a menudo sus programas se refugian en las transcripciones. No fue el caso, ya que presentaban su última grabación, que está dedicada a la música de Santiago Delgado Llopart, un guitarrista y compositor gallego afincado en Sevilla que encontró en Guzmán una instrumentista de primer rango mundial para poder expresarse con absoluta libertad. A la guitarrista ha dedicado mucha música y al dúo con Luis Orden, también: así las ocho obras que forman el disco e integraron el programa de la matinal del domingo, piezas escritas para Orden y Guzmán entre 2007 y 2018.

La música de Delgado Llopart es sencilla, clara, dominada ampliamente por la melodía. Música evocativa y con toques descriptivos: así, los trinos de las aves o el viento transitan por Entre montañas y las patas de una perra a la que la pieza está dedicada se oyen tableteando el suelo en Tu blanca huella. Son solo ejemplos en una obra que huye de la experimentación y se acoge a influencias reconocibles entre la música clásica, el cool jazz y diversas tendencias populares (la brasileña resuena en Bagatela azul, por ejemplo). Música además idiomática, bien escrita para los instrumentos, que Orden y Guzmán recorrieron con absoluta pulcritud, ella discretamente amplificada, como suele, y con esa limpieza y hondura características de su sonido; él, con el buen gusto y la flexibilidad típicos de su fraseo.

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