Pensar con las manos, mirar con extrañeza
Exposiciones
El Espacio Santa Clara despide este domingo la exposición 'O|C Louvre Étranger', con la que Carla Carmona y Manuel Ortiz plantean una nueva forma de ver las obras de arte
La ficha
O|C Louvre Étranger. Hasta el domingo en el Espacio Santa Clara. Hoy y mañana, de 10:00 a 20:00. Domingo de 10:00 a 14:00.
Aquella escena ocurrió hace más de tres lustros, pero Carla Carmona no ha olvidado la conmoción del momento, el pálpito difícil de identificar que le asaltaba ante unas páginas y unas estampas que tendrían que haberle resultado familiares. Aquel catálogo de pintura extranjera del Louvre firmado por Gustave Geffroy y publicado por Éditions Nilsson a comienzos del siglo XX, que aguardaba a la artista e investigadora en una librería de viejo, reservaba en sus tripas un cúmulo de interrogantes: qué percibimos cuando nos detenemos ante una pintura o las imágenes de un libro, si la persona que mira no es como un paseante que se adentra en la maleza y debe desbrozar ese terreno, preguntarse por el tiempo y el pensamiento en que esos cuadros fueron concebidos, las relaciones de poder que propiciaron la realización de esas obras.
"Se ven imágenes y se ven muchas cosas, y al mismo tiempo no se ve nada: cuesta darle sentido a aquello que tenemos delante", analiza esta doctora en Filosofía y autora del ensayo En la cuerda floja de lo eterno. Sobre la gramática alucinada de Egon Schiele sobre aquella experiencia transformadora. "Tanta repetición, tanta Virgen con Niño, tanta figura de la realeza, tantas ausencias", prosigue la especialista, que ahonda también en el asombro que genera el propio concepto de ese libro, Pintura extranjera, una etiqueta que parece sugerir una otredad lejana y exótica. "Uno espera encontrarse con miniaturas indias o jeroglíficos egipcios, pero este catálogo está dedicado, en realidad, a algo más cercano: pintura europea no francesa".
La exposición O|C Louvre Étranger, que plantean Carla Carmona y Manuel Ortiz y se despide este domingo del Espacio Santa Clara, surge de esa "extrañeza" ante el catálogo de Geffroy, cuyas páginas intervienen los artistas con collages conceptuales y reinterpretaciones certeras para comprender los mensajes ocultos, las asociaciones inesperadas y el componente insólito que encierra ese volumen más allá de sus temáticas reiterativas y su engañosa apariencia de itinerario conocido. Carmona recuerda la perplejidad de Cristina de Pizán al abrir el Libro de las lamentaciones de Mateolo y toparse con unos versos misóginos sobre la facilidad con que las mujeres arruinan las vidas de los hombres, lo que empuja a la filósofa y poeta a escribir una suerte de respuesta a ese texto, La ciudad de las damas, una obra que se adelanta –hablamos de 1405– al feminismo occidental. A los creadores de O|C Louvre Étranger les gusta pensar que la exposición que han diseñado, y el libro de artista al que han dado forma, supone una réplica a Geffroy y las convenciones con que se observaba el arte en su época.
Han sido, cuenta Manuel Ortiz, dos años de trabajo en los que "no hemos tenido una continuidad, no ha sido lineal. Se han alternado épocas de efervescencia con otras más calmadas", explica el diseñador, para quien "lo que en un principio era una intervención sobre un libro encontrado, que no estaba exenta de cierto carácter lúdico, ha derivado en algo más complejo. Reflexionábamos sobre cada cuadro que veíamos a modo de pequeños ensayos visuales, pero conforme íbamos avanzando nos dábamos cuenta de que esos ensayos coincidían unos con otros, por lo que al final planteamos una cartografía". Esa red de cuestiones en la que confluyen las obras –asuntos como la forma, la relación del arte con la filosofía y la literatura, los extranjerismos, la identidad, el campo de batalla o el género– recibe en una pared al visitante del Espacio Santa Clara.
El museo imaginario de Malraux, las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein, las Historia(s) del cine de Godard o Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino son algunas de las referencias que inspiran este proyecto. "Escribe Leonardo", anota Carla Carmona en uno de los textos que incluye el catálogo de la exposición, "que la pintura es la poesía que se ve. Pues bien, hemos de fijar la vista tras ella. Detrás de la poesía visual de la pintura existe un discurso que, por lo general, está por ver. Orientado a este último ver, O|C Louvre Étranger pone en juego un ver especial que consiste en establecer conexiones, una visión sinóptica, sensible a repeticiones y ausencias".
Obras de Tiziano y de Carpaccio revelan cómo San Mauricio se representaba con piel oscura o clara dependiendo de la coyuntura histórica y de la expansión del comercio de esclavos. El San Sebastián que pinta Mantegna dialoga con el erotismo de textos de Yukio Mishima y Oscar Wilde, Confesiones de una máscara y La tumba de Keats, escritos a mano y recortados con forma de cruz. La alusión a Albert Camus no podía faltar en un conjunto dedicado a la extranjería y donde abundan las figuras maternales, dos cuestiones presentes en El extranjero. En la doble página que contiene una obra de Angelica Kauffmann, la única artista que incluye Geffroy en su compendio, Carmona y Ortiz han añadido una frase reveladora: Ich bin allein (Estoy sola). Los artistas heredan de Godard su pensar con las manos y con tinta, lápiz, acuarela o carboncillo, objetos encontrados o manipulados, enseñan a mirar a quien se adentre en este bosque fecundo.
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