ROSS. Gran Sinfónico 4 | Crítica
La ROSS arde y vibra con Prokófiev
Directora del Instituto Andaluz de Artes Plásticas y Visuales
El pasado 2 de mayo se anunció el nombramiento de Lorena Codes (Málaga, 1981) como nueva directora del Instituto Andaluz de las Artes Plásticas y Visuales, creado recientemente por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte y que desde su sede en el Museo de Málaga trabaja para la articulación y promoción del tejido artístico de la comunidad. Incorporada ya a su puesto, Codes detalla en esta entrevista las líneas maestras del proyecto que desarrollará la institución en los próximos años y brinda su particular análisis de la situación del sector.
-¿Qué iniciativas tiene previsto poner en marcha el Instituto a corto plazo?
-El proyecto está enfocado a los próximos cuatro años y lo vamos a distribuir en distintas fases: en la primera, que desarrollaremos ya este mismo año, trabajaremos para ver qué tenemos, pondremos sobre la mesa las necesidades vigentes a través de un proceso de escucha que incluirá a galerías, artistas, coleccionistas y a todos los agentes, y crearemos herramientas para la difusión del trabajo que llevan a cabo. La segunda fase se desarrollará entre 2025 y 2026 a través de veinte programas estructurados en torno a tres ejes: investigación y pensamiento para la generación de conocimiento más allá de los entornos académicos; difusión, visibilidad e internacionalización del talento andaluz; y la generación y ampliación de industria, no solo para los artistas, también para comisarios, técnicos y otros muchos profesionales vinculados al sector.
-¿Baraja ya un calendario de exposiciones firme para los próximos años?
-Las exposiciones no van a ser necesariamente la cuestión fundamental de nuestro trabajo, pero también vamos a desarrollar, por supuesto, nuestro propio programa expositivo. Celebraremos una gran exposición al año en la que reuniremos a artistas de influencia internacional con nuestros perfiles y para cuya materialización tenemos ya confirmado el compromiso del Museo de Málaga. Pero habrá más muestras de distintas categorías. Por ejemplo, y esto me hace particular ilusión, realizaremos un ciclo de exposiciones de artistas andaluces que en su momento llegaron a tener una relevancia notable y una presencia internacional pero que, por distintas razones, han ido quedando fuera del panorama expositivo. Para estas muestras contaremos con la colaboración de otras instituciones como el Centro Andaluz de las Letras, el Centro Andaluz de la Fotografía y el Instituto Andaluz de las Artes Escénicas y la Música, ya que queremos trabajar de manera transversal y vincular otras disciplinas a las artes plásticas y visuales. Vamos a financiar, igualmente, dentro de nuestra intención de conferir visibilidad, exposiciones de artistas andaluces fuera de Andalucía. Y también llevaremos a cabo exposiciones virtuales de producción propia que podrán verse en nuestra página web.
-¿Cómo encaja la pieza del programa Iniciarte en ese puzzle?
-No solo vamos a mantenerlo, sino que vamos a ampliarlo. Desde el año 2006, salvo un paréntesis de dos años, el programa Iniciarte ha servido de plataforma a muchos jóvenes artistas andaluces. Seis de cada diez artistas que han pasado por el programa tienen ya galería propia. Ahí se han hecho las cosas bien, así que vamos a reforzarlo en lo que tiene que ver con la difusión, con la publicación de nuevos catálogos; y también en lo relativo a la formación, con mentorías a cargo de artistas que pasaron por Iniciarte y ya tienen una trayectoria consolidada. Muchos jóvenes artistas que ahora empiezan pueden beneficiarse de su tutoría y experiencia.
"El cobro de la entrada en los museos andaluces va en línea de lo que se está haciendo a nivel estatal e internacional"
-¿Podría dar más detalles sobre los programas relacionados con investigación y pensamiento?
-Vamos a desarrollar distintos programas al respecto. La idea es, primero, sentar a debatir a distintos profesionales y expertos de muy diferentes ámbitos de la cultura para abordar cuestiones relacionadas tanto con el arte y la creación como el mundo contemporáneo, con sesiones que grabaremos y alojaremos en nuestra página web. La primera estará dedicada a la inteligencia artificial y contaremos con filósofos, escritores, artistas e informáticos. También vamos a crear la Biblioteca del Instituto Andaluz de Artes Plásticas y Visuales, con diferentes colecciones, que incluirá distintos monográficos y que comenzará con la publicación de la obra literaria de Chema Cobo. Publicaremos también ensayos relacionados con las cuestiones más candentes del presente que nuestros artistas han abordado y siguen abordando. A finales de 2025 lanzaremos igualmente una revista en la que daremos cabida a investigaciones y en la que ahondaremos en la interdisciplinariedad desde las artes plásticas. Y también celebraremos encuentros formativos y talleres en alianza con nuestras universidades. Igualmente, pondremos en marcha residencias creativas en un sentido más amplio del habitual, a partir de intercambios con figuras internacionales. El primer proyecto en este sentido estará relacionado con la ilustración y el cómic.
-La proyección internacional de los creadores andaluces es una vieja quimera de la Consejería, ¿con qué nuevas herramientas cuenta ahora el Instituto?
-Para empezar, queremos poner a los artistas y creadores andaluces en el radar de los comisarios internacionales. Y lo haremos a través de jornadas y rutas por estudios de artistas. Aquí se da una anomalía que hay que corregir: en la Bienal de Venecia que se celebra actualmente no hay un solo artista español más allá de nuestro Pabellón Oficial, lo que delata una desconexión que se debe abordar y que obedece a menudo a un desconocimiento por nuestra parte de lo que se está haciendo en otros sitios. Es ese desconocimiento el que hay que paliar, y la mejor manera es el encuentro directo. Más adelante, pondremos a nuestros artistas en relación con medios internacionales para su mayor proyección.
-¿Habrá programas de estímulo para los públicos de proximidad? Los niveles de asistencia local a museos y centros de arte no son precisamente alentadores.
-Que por lo general los niños y adolescentes no muestran mucho interés por los museos y galerías es evidente. Hay un tercer público, el de los mayores, que también merece atención por nuestra parte. Así que vamos a crear comisiones de trabajo, también interdisciplinares, para la puesta en marcha de varios programas que llevaremos a ámbitos distintos para conectar con cada público potencial en el lenguaje que les pueda resultar más atractivo.
-Su proyecto parece depender en gran medida de las sinergias con otras instituciones. ¿Está segurá de que se abrirán todas las puertas?
-Antes de elaborar el programa hubo ya un proceso de escucha de todos los agentes a los que queremos implicar. Para elaborar mi proyecto, tuve en cuenta tanto lo ya analizado en el Libro Blanco de la Cultura como las conclusiones de la mesa sectorial celebrada en el Museo de Málaga hace un par de años. Pero el trabajo de calle, la llamada puerta a puerta, empieza ahora. Y estamos dispuestos a contar con todo el mundo. También es cierto que la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales lleva ya años desarrollando un trabajo en red que sin duda facilitará esas sinergias.
-En esa red, la falta de entendimiento con las universidades andaluzas ha devenido en costumbre.
-Efectivamente, esa desconexión es un sinsentido. Los artistas del futuro van a llegar, fundamentalmente, a través de las universidades. Hemos mantenido ya diversos encuentros con distintos organismos universitarios, como vicerrectorados y decanatos, y todos insisten en aspectos concretos, como las ayudas a la producción, las residencias y el apoyo a las exposiciones. Y vamos a dar respuestas a todas estas demandas.
-¿Cómo ha sido la recepción del Instituto por parte de los grandes museos andaluces?
-La verdad, pensaba que con determinados centros de arte esta cuestión iba a ser más complicada. Pero la capilaridad es mayor de la que esperaba. Por ejemplo, tenemos proyectos pedagógicos ya diseñados en colaboración con museos de las ocho provincias y los llevaremos a cabo muy pronto. En la cuestión de salas, el Instituto lleva ya veinte años trabajando de cerca con las mismas para el desarrollo de proyectos como Iniciarte, así que ya tenemos mucho camino andado. En cualquier caso, a la hora de celebrar exposiciones no queremos acudir a los espacios de forma aleatoria, queremos que cada idea esté vinculada orgánicamente al lugar en el que se va a mostrar.
-A la hora de llevar al público andaluz a los museos de la comunidad, ¿no es contraproducente cobrarle la entrada?
-Sabemos que la medida ha generado polémica, pero de esta manera vamos en línea de lo que se está haciendo a nivel estatal e internacional. Las entradas son siempre económicas, pero, además, hay exenciones para distintos colectivos, de manera que nadie que quiera acceder a la cultura y al arte en Andalucía se va a quedar fuera. Pero, más allá de la entrada que haya que adquirir para ver una exposición, vamos a desarrollar cantidad de programas, encuentros y actividades para las que los museos van a mantener abiertas sus puertas a la ciudadanía.
-¿Cómo va a contribuir el Instituto a paliar el déficit de salas de exposiciones y de espacios de creación para los artistas en Andalucía?
-Ese déficit ha existido históricamente, pero también es cierto que se han ido ofreciendo soluciones. En lo relativo a los espacios para la creación, piensa en el C3A de Córdoba, que activa sus residencias de manera continua. El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo está desarrollando también proyectos muy interesantes. Y las residencias de las que te hablaba antes vienen justo a dar una respuesta a esa demanda. En cuanto a las salas, es verdad que queda mucho por hacer pero también es cierto que parte del problema se solventaría si los artistas pudieran estar al tanto de todas las convocatorias que se publican en Andalucía cada año. Justamente, una de nuestras funciones será la de servir de puente entre los artistas y las administraciones para guiarles en los procesos de búsqueda de espacios. Del mismo modo, aunque no es una competencia del Instituto, cabe recordar que podremos disfrutar de nuevas salas de exposiciones como la de Santa Inés en Sevilla y las que se abrirán de la mano de la Fundación La Caixa en Las Atarazanas, también en Sevilla.
-¿Hay una resistencia cultural a reconocer a Andalucía como territorio favorable al arte contemporáneo?
-Creo que lo primero que hay que asimilar en Andalucía es que el ideal de la creación artística no es incompatible con la puesta en marcha de una industria que garantice su subsistencia. Ya Murillo controlaba hasta el último proceso que se daba en los talleres que tenía en Sevilla, y ese ejemplo puede sernos útil en la actualidad. Como decía Chema Cobo, cuando todo sea transparente, no veremos nada. Recibimos muchos inputs de información, ahora los circuitos han cambiado por completo, y con esto se dan situaciones muy paradójicas. Tenemos, por ejemplo, a artistas que cuentan ya con una trayectoria exitosa, incluso a nivel de cotización y que, sin embargo, apenas cuentan con obras propias en las colecciones de los grandes museos. Nosotros consideramos que todo esto es compatible. Hay un error de base en la concepción del arte como un ejercicio espiritual y altruista; es verdad que un artista no es una marca, pero el artista tiene que estar integrado en el tejido económico, ese también es su sitio. Para esta cuestión nos habría venido de perlas una ley de mecenazgo, pero podemos convencer al mundo de la empresa de que la cultura y el arte son ámbitos de inversión muy interesante. Y también podemos formar a profesionales que conecten a los artistas con el mundo de la empresa.
-En ese sentido, ¿ve factible que se incentive el coleccionismo en Andalucía en un plazo razonable?
-Ahí hay que actuar a dos velocidades: a corto plazo, es importante que los artistas puedan llevar su obra a colecciones nacionales e internacionales. Pero a largo plazo hablamos ya de una cuestión de valor. El éxito comercial y empresarial es una realidad en Andalucía, pero los beneficios apenas se asoman al mundo de la cultura. Así que se trata de convencer a quienes comparten ese éxito de la oportunidad que entraña el coleccionismo, en muchos sentidos. Hay que hacer mucha pedagogía. Y estamos dispuestos.
-¿Y el coleccionismo institucional?
-En lo que tiene que ver con la Junta de Andalucía, la adquisición de obra corresponde al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, que está haciendo un trabajo muy importante al respecto. Lo que sí podemos hacer desde el Instituto es fomentar la creación, cuidado e investigación de legados tanto de artistas ya reconocidos como de artistas que empiezan ahora a definir sus propios legados. Ayudaremos, por tanto, a los artistas a evitar que sus legados queden dispersos y desmembrados.
-El binomio turismo / cultura es especialmente sensible en lo relativo a las artes plásticas y los museos. ¿Lo ve usted más como un incordio, o como una oportunidad?
-Es cuestión de encontrar un punto de equilibrio. Pensemos en Málaga: hace solo veinte años, para ver una obra de arte de determinada relevancia había que subir a un tren e ir a Madrid. Ahora, puedes disfrutar de exposiciones fantásticas en el Centro Pompidou Málaga, en el Museo Picasso o en el Museo Carmen Thyssen. Entonces, si eso ha sido posible gracias al turismo, se trata de encontrar fórmulas que garanticen su continuación y con las que todos los agentes salgan ganando. Eso sí, no hay que perder de vista que los museos no son atractivos turísticos, sino espacios abiertos para la ciudadanía. Lo que se traduce, a su vez, en una responsabilidad para la ciudadanía. No podemos olvidar que la cultura forma parte de nuestra identidad y de lo que somos.
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