Lola Reina: "Lo que cuenta la copla es atemporal"
La cantante estrena este sábado, 11 de enero, 'Por siempre Reina' en el Cartuja Center, un concierto homenaje a su tía Juanita Reina con motivo de su centenario
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"Moriré yo, morirán las que nazcan y estas coplas se seguirán cantando". Así se refería Juanita Reina (Sevilla, 1925-1999) al ramillete de canciones que la hicieron popular en la España de posguerra, vaticinando el sino del repertorio fundacional de nuestro acervo sentimental: Y sin embargo te quiero, Madrina o Francisco Alegre siguen imbatidas en la proeza de contar penas y alegrías. Para conmemorar el centenario de su nacimiento, Lola Reina, sobrina de la artista, estrena este sábado -11 d enero- en el teatro Cartuja Center un concierto homenaje junto a la Orquesta Clásica de Huelva.
Pregunta.Un concierto homenaje a Juanita Reina en su centenario y en Sevilla suena a reto mayúsculo
Respuesta.Estoy nerviosa, pero muy contenta, sobre todo por poder hacer este repertorio junto a la Orquesta Clásica de Huelva, que aporta esa majestuosidad que necesita la copla, y en este teatro que suena increíble.
P.Para Juanita Reina se compusieron más de 300 títulos, ¿cómo hace para escoger el repertorio?
R.La gente hay una serie de canciones que pide siempre, hay que cantarlas. A ella le sucedía igual, pero yo trato de recuperar canciones casi olvidadas excepto para los muy frikis de mi tía. Por ejemplo, voy a cantar Virgencita del Rocío, una marcha que estaba pensada para estrenar en Sevilla, pero que por circunstancias mi tía nunca cantó aquí, o Basura, que nunca grabó.
Esa imagen de mujer sumisa de la copla no es cierta
P.¿La copla requiere tanta capacidad vocal como destreza interpretativa?
R.Todo tiene que estar equilibrado. El conservatorio me enseñó a matizar, para eso están escritos en las partituras los ritardando, los forte, e incluso los silencios. Sin voz también se canta, porque en ese espacio puedes añadir un momento de interpretación que completa la historia. La copla es una gran historia condensada en tres minutos.
P.La copla es el género narrativo por excelencia, ¿ha cambiado nuestra manera de sentir o de contarlo?
R.Lo que cuenta la copla es atemporal. Quien conoce este género sabe que esa imagen de mujer sumisa no es cierta, hay mucha fuerza concentrada en las coplas.
P.Pareciera que el género tiene dificultades para renovar y actualizar su repertorio.
R.Solamente los maestros Quintero, León y Quiroga escribieron más de cinco mil títulos, de los que escuchamos unos ochenta, tirando por alto. Imagine cuánto nos queda por descubrir. Modernizar una copla no es desbaratarla, la copla sufre con eso, es como cambiarle la ropa a Las Meninas de Velázquez. Hay que respetar tempo y melodía, está todo en las partituras, porque así, los maestros como Solano, creaban expresividad. Los garganteos están bien para el flamenco, pero hay que tener bajos, que es lo difícil.
P.¿Su compromiso artístico es exclusivamente recordar a su tía o va más allá?
R.Mi inquietud es amar la copla, defender la esencia de este género. También que las nuevas generaciones sepan quién fue Juanita Reina y las otras mujeres que dieron alegría a un país hundido, popularizando espectáculos cuando no había internet ni AVE. Admiradores de mi tía me cuentan como dejaban de comer por ir a verla, porque una butaca costaba 10 pesetas y entonces el que ganaba 25 era capitán general. Los nombres de Paquita Rico, Marifé de Triana o Doña Concha Piquer no pueden quedar en el olvido.
P.La última aparición de su tía fue Azabache, un espectáculo ideado para la Expo 92 que ha quedado como el canto de cisne del género. ¿Podría armarse un espectáculo así hoy?
R.Voces hay, pero tienen que estar bien dirigidas, y hace falta un productor que aposte fuerte.
P.Pese a su enorme popularidad, en lo personal su tía fue una gran desconocida, ¿qué recuerda de ella en el seno familiar?
R.Era humilde y discreta. Hizo mucho por la Hermandad de la Macarena, y, sin embargo, cuando iba a la Basílica se sentaba en donde menos se la viera. Su compromiso era con el público, no con la vanidad.
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