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La Orquesta Barroca de Sevilla cierra el miércoles y el jueves su temporada sevillana en el Teatro Lope de Vega con una versión de concierto de 'La isla deshabitada', ópera de Joseph Haydn

Músicos de la Orquesta Barroca de Sevilla en un ensayo previo a una actuación en el Teatro Lope de Vega en el año 2015. / D. S.
Pablo J. Vayón

30 de abril 2018 - 09:05

Sevilla/Los más de veinte años de historia de la Orquesta Barroca de Sevilla son la historia de la lucha por una supervivencia que más veces de lo que la gente sabe (o cree) ha estado al borde de su final. Presionado desde el principio por unas finanzas que obligan a sus rectores a vivir casi permanentemente hipotecados y en constante sobresalto, frenado en su expansión por un sistema de subvenciones obsoleto, lento e hiperburocratizado, perjudicado por la contracción de la actividad musical en España por efectos de la crisis de la última década, el grupo sevillano se ha hecho fuerte localmente gracias en buena medida a la existencia de una potente Asociación de Amigos, que le permite mantener desde hace ya unos años una temporada propia en la ciudad.

En realidad, la OBS es uno de los pocos conjuntos de sus características (quizás el único) que resiste en España con una programación de abono fija. Su inclusión en la temporada del Teatro Real el año próximo (para las nueve funciones de Calisto, ópera de Cavalli que se ofrecerá en marzo de 2019), después de que en 2013 pasara ya por el Teatro de la Zarzuela (Viento es la dicha de amor de José de Nebra) y en 2017 por el Arriaga de Bilbao (Orfeo de Monteverdi), ha vuelto a reavivar el debate sobre la nula presencia del conjunto en el foso del Maestranza desde el Julio César haendeliano de noviembre de 2008. En declaraciones a este medio, Pedro Halffter, director artístico del coliseo sevillano, afirmaba hace unos días la voluntad de contar con el conjunto en un futuro cercano para un título escenificado, aunque no parece que esa cercanía se refiera al curso próximo.

La OBS es uno de los pocos conjuntos que resisten en España con una programación fijaEl italiano Enrico Onofri, colaborador habitual de la formación, vuelve a dirigir a la orquesta

Mientras, la OBS no ha dejado de programar títulos de ópera (o géneros cercanos), que en los últimos años se han presentado en su mayor parte en el Teatro Lope de Vega, en algunos casos de forma semiescenificada, en espectáculos que no han terminado de resultar del todo convincentes. Este año, el conjunto vuelve a la ópera para cerrar temporada, pero esta vez en una versión de concierto, que se ofrecerá en el Lope de Vega los próximos días 2 y 3 de mayo. El título elegido ha sido L'isola disabitata (La isla deshabitada), una azione teatrale que Joseph Haydn estrenó el 6 de diciembre de 1779 en el teatro de marionetas de la residencia del príncipe Nikolaus Esterházy en Eisenstadt, habida cuenta de que un incendio había acabado con el teatro de ópera apenas quince días antes.

La ópera parte de un antiguo libreto que Pietro Metastasio escribió para la corte española por petición de Farinelli, quien encargó la música al vienés de origen italiano Giuseppe Bonno. En esa forma se estrenó en el Palacio Real de Aranjuez el 30 de mayo de 1753, coincidiendo con la onomástica del rey Fernando VI. El libreto, como la mayoría de los escritos por Metastasio, sería usado luego por infinidad de compositores (más de 30), entre los más conocidos, y además de Haydn, Holzbauer, Sarti, Jommelli, Traetta, Davide Pérez, Beck, Paisiello, Kreutzer o el sevillano Manuel García, en este caso para una de sus óperas de cámara escritas al final de su vida (con acompañamiento puramente pianístico). Esta obra de García se representó con apreciable éxito en la sala del Teatro de la Maestranza que lleva su nombre en marzo de 2010 en una coproducción con el Arriaga de Bilbao que firmó en la parte escénica Emilio Sagi.

El argumento de la obra es simple: el barco con el que el caballero Gernando, su esposa Costanza, y la hermana de esta, Silvia, pretendían llegar a América, se refugia durante una tempestad en una pequeña isla en la que él es raptado por unos piratas sin que las mujeres se aperciban del hecho, por lo que, al empezar la acción, la esposa se lamenta al creerse abandonada. Tras trece años de cautiverio, en los que Costanza y Silvia han logrado sobrevivir gracias a la fertilidad y dulzura de la isla, Gernando vuelve a buscarlas junto a su amigo Enrico, que quedará enseguida prendado de Silvia. Deshechos los malentendidos entre los esposos, las dos parejas se juran amor eterno.

Se trata de una pieza estructurada en dos actos y trece escenas y no demasiado extensa (unos 80 minutos de duración) que se adscribe al género de la opera seria. Haydn le dio un tono de severo dramatismo, que queda ya marcado por su notable obertura en sol menor. La armazón teatral se construye sobre todo mediante el uso casi continuo del recitativo acompañado por la orquesta (cuerda, flauta, dos oboes y dos trompas más el bajo continuo). Cada personaje tiene adjudicadas dos arias, salvo Enrico que canta sólo una: en todos los casos son arias relativamente breves y no especialmente virtuosísticas. El único número de conjunto de la obra se encarga de cerrarla: se trata de un extenso y exultante cuarteto en tres secciones, que incluye partes instrumentales solistas.

En las dos funciones del Lope de Vega, la OBS será dirigida por el italiano Enrico Onofri, uno de los más habituales colaboradores del conjunto en los últimos años. Solistas también italianos para los papeles de Costanza (la soprano Roberta Mameli), Silvia (la igualmente soprano Silvia Frigato) y Enrico (el barítono Fulvio Bettini), mientras que el papel de Gernando lo cantará el tenor extremeño Víctor Sordo, muy conocido en Sevilla por haber militado en su día en el Coro Barroco de Andalucía y ser actualmente miembro del cuarteto vocal Vandalia, residente en la ciudad.

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